Desecha la amargura
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· 5 viewsMinistración de perdón para sanidad del alma
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Desecha la amargura
Desecha la amargura
Hebreos 12:14–15
14Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. 15Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
Introducción
Introducción
Todos enfrentamos el enojo y la ira, pues es parte de la naturaleza humana.
La ira es un problema cuando perdemos el control, necesitamos aprender a tomar el control, para ello, es necesario seguir el consejo Biblico. Efesios 4:26 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo”
No debes permitir que el enojo y la ira tome el control de tu vida porque este se convierte en resentimiento, y este a su vez produce raíz de amargura.
La amargura es un veneno mortal.
Guardar amargura contra otros es como beber veneno pensando que el otro es quien morirá.
El origen de la amargura es el orgullo, la ira y la falta de perdón, sentimientos que son producto del pecado.
La ira es peligrosa
La ira es peligrosa
La ira se convierte en resentimiento , el resentimiento produce amargura, deseos de venganza y aleja al hombre de la gracia de Dios.
La amargura enferma, consume, trae infelicidad, insatisfacción, rompe relaciones, marchita y finalmente mata.
Al dejarse dominar por el enojo, no se estará dispuesto a perdonar las ofensas, por tanto, no tendremos el perdón de Dios.
Mateo 18:35 “Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.”
Como combatir la amargura
Presta atención al consejo de Dios
Presta atención al consejo de Dios
Así como estamos dispuestos a seguir el consejo médico, así debemos seguir el consejo de Dios:
Colosenses 3:8–10 “8Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. 9No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, 10y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno.”
La persona carnal será dominado por el enojo, pero el espiritual domina el enojo porque está revestido del nuevo hombre que es imagen del Señor Jesús.
La ira y la amargura ciegan el entendimiento, la persona no quiere reconocer su error, por tanto no está dispuesto a corregirlo. Caen en la obstinación como Saúl quien fue presa de la paranoia, amargura y resentimiento.
Proverbios 28:1 “Huye el impío sin que nadie lo persiga; Mas el justo está confiado como un león.”
Valora el perdón de Dios
Valora el perdón de Dios
Cristo sufrió el castigo que nosotros merecíamos, su sacrificio es algo muy valioso que debemos apreciar.
Saber que somos perdonados debe producir en nosotros gozo, pero también conciencia que no somos nada sin Cristo, y esto producirá en nosotros paciencia, amor y tolerancia , virtudes que nos permitirán perdonas las ofensas, así como Cristo nos perdonó.
Efesios 4:32 “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”
Sabemos que somos perdonados por medio de la fe. Si no estamos dispuestos a perdonar, estaremos renunciando a tan valioso beneficio, “El perdón de Dios”
Confía en la justicia de Dios
Confía en la justicia de Dios
El enojo y el resentimiento surge cuando se es ofendido,
el ofendido mantiene en su mente la indignación y el deseo de venganza, su incapacidad para hacer justicia por mano propia lo que lo carcome y hace crecer la raíz de amargura.
Cree que se sentirá satisfecho cuando sus ofensores sufran, pero aunque ellos sufran, creerá que no es suficiente.
Esto lo aleja de la gracia de Dios.
Santiago 1:19–20 “19Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; 20porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.”
El deseo de venganza se combate confiando en las promesas de Dios, sabiendo que su justicia es perfecta.
Romanos 12:19 “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.”
Conclusión
Conclusión
La Biblia nos invita a estar en paz con todos para poder ver a Dios. Hebreos 12:14 “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.”
En las relaciones sociales siempre habrá roces, diferencias y desacuerdos, pero es una oportunidad para fortalecer nuestra tolerancia, paciencia y amor.
Darle lugar a los malos sentimientos nos aleja de Dios, quedando a merced del enemigo que quiere destruirnos. Estos nos aleja de la gracia de Dios: Hebreos 12:15 “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;”
Recuerde que nosotros también hemos ofendido, no solo a nuestro prójimo, sino también a Dios, por tanto, así como necesitamos el perdón de Dios, también debemos perdonar a quien nos ofendió para alcanzar la gracia de Dios.
Permita que El Señor ministre sanidad a su alma.