Discipulado Renacer - Paso 1 - Situaciones sin salida

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Los Doce Pasos.
Confesamos que éramos impotentes ante nuestras dependencias y que nuestra vida se había vuelto inmanejable.
Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros podía devolvernos el sano juicio.
Tomamos la decisión de poner nuestra voluntad y nuestra vida en las manos de Dios.
Sin miedo, hicimos un profundo y audaz inventario moral de nosotros mismos.
Confesamos a Dios, a nosotros mismos y a los demás la naturaleza exacta de nuestros defectos.
Estuvimos completamente listos para que Dios eliminara todos estos defectos de carácter.
Le pedimos a él humildemente que eliminara nuestras imperfecciones.
Hicimos una lista de todas las personas a las que habíamos lastimado y estuvimos dispuestos a reparar el daño hecho a cada una de ellas.
Reparamos directamente el daño a todas las personas siempre que fue posible, excepto cuando hacerlo implicaba lastimarlos a ellos o a otros.
Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocamos, lo admitimos inmediatamente.
Tratamos, por medio de la oración y la meditación, de mejorar nuestra comunión consciente con Dios, pidiendo solamente conocer su voluntad para nosotros y el poder para llevarla a cabo.
Luego de experimentar un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a otros y practicar estos principios en todos nuestros asuntos.
Introducción.
La biblia es el mejor libro que se ha escrito sobre recuperación. En sus páginas encontramos numerosos individuos que han alcanzado restauración gracias a la sabiduría y el poder de Dios.
Ej.:
La próxima vez que sientas que Dios no puede usarte, solo recuerda…
NOÉ estaba borracho…
ABRAHAM era muy viejo…
JACOB era un mentiroso…
LEA era fea…
JOSÉ se aprovecharon de él…
MOISÉS era tartamudo…
GEDEÓN tenía miedo…
SANSÓN tenía el cabello largo y era un mujeriego…
¡RAAB era una prostituta!
JEREMÍAS y TIMOTEO eran muy jóvenes…
DAVID tuvo una aventura y era un asesino…
ELÍAS era suicida…
JONÁS huyó de Dios…
NOEMÍ era viuda…
JOB se fue a la bancarrota…
PEDRO negó a Cristo
LOS DISCÍPULOS se quedaron dormidos mientras Él oraba…
MARTA se preocupaba por todo…
MARÍA MAGDALENA estaba poseída por demonios…
La MUJER SAMARITANA era divorciada… ¡más de una vez…!
ZAQUEO era chaparrito…
PABLO era muy religioso…
¡LÁZARO ESTABA MUERTO!
…ya no hay más excusas. Dios está esperando para usar tu potencial completo.
2 Timoteo 3:16–17 RVR60
16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
Conocemos al Dios que espera son sus brazos abiertos que todos regresemos a él, busquemos su voluntad y recuperemos la maravillosa vida que tiene para cada uno de nosotros.
Muchos de nosotros solo estamos despertando al hecho de que la recuperación es una parte esencia de la vida.
Es el sencillo pero desafiante proceso de buscar diariamente la voluntad de Dios en lugar de insistir en seguir nuestro propio camino.
La recuperación es dejar que Dios haga por nosotros lo que nosotros no podemos hacer por nuestra propia cuenta, mientras que a la vez damos los pasos necesarios para acercarnos más a nuestro creador y redentor.
Es permitir que Dios sane nuestra alma herida para que podamos ayudar a otros en el proceso de curación. Todos necesitamos tomar parte en este proceso, es parte inherente de ser humanos.
Emprendamos juntos el viaje hacia la curación y una nueva fortaleza, fortaleza que no encontramos en nosotros mismos, sino que hallamos por medio de la confianza en Dios al permitirle que dirija nuestras decisiones y nuestros planes.
Este viaje nos llevará alrededor de los doce pasos y otros materiales que tienen el objetivo de ayudarnos a ver con claridad las provisiones que nuestro poderoso Dios nos ofrece para la recuperación.
Sin Dios no hay recuperación sino sustitutos desilusionadores y continuos fracasos.
Nuestra oración es que los recursos contenidos en estas páginas nos ayuden a entender mejor quién es Dios y como quiere curar nuestro quebrantamiento y ponernos en el camino hacia la salud total.
Situaciones sin Salida.
Texto: Génesis 16.1 – 15 Agar e Ismael
Génesis 16:1–15 RVR60
1 Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar. 2 Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai. 3 Y Sarai mujer de Abram tomó a Agar su sierva egipcia, al cabo de diez años que había habitado Abram en la tierra de Canaán, y la dio por mujer a Abram su marido. 4 Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora. 5 Entonces Sarai dijo a Abram: Mi afrenta sea sobre ti; yo te di mi sierva por mujer, y viéndose encinta, me mira con desprecio; juzgue Jehová entre tú y yo. 6 Y respondió Abram a Sarai: He aquí, tu sierva está en tu mano; haz con ella lo que bien te parezca. Y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia. 7 Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur. 8 Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora. 9 Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano. 10 Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud. 11 Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción. 12 Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará. 13 Entonces llamó el nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve? 14 Por lo cual llamó al pozo: Pozo del Viviente-que-me-ve. He aquí está entre Cades y Bered. 15 Y Agar dio a luz un hijo a Abram, y llamó Abram el nombre del hijo que le dio Agar, Ismael.
“Confesamos que éramos impotentes ante nuestras dependencias y que nuestra vida se había vuelto inmanejable.”
A veces estamos impotentes ante nuestras circunstancias en la vida.
Podemos estar en una situación en que otra persona ejerce poder sobre nosotros.
Podemos sentirnos atrapados ante las demandas de los demás y no hay manera de agradar a todos.
Estamos ante una disyuntiva: agradar a uno es ofender a otro.
A veces, cuando nos sentimos atascados y frustrados en nuestras relaciones, buscamos una medida de control y nos escapamos a través de nuestras conductas adictivas.
Agar es una muestra de impotencia. No tenía derechos. Siendo joven era esclava de Sarai y Abram. Cuando estaban confundidos porque Sarai no podía tener hijos, esta le dio a Agar como mujer para que concibiera el hijo que Abram debía de tener.
Cuando Agar quedó encinta, que era lo que deseaban, Sarai se puso tan celosa que echó a Agar y ésta huyó.
Completamente sola en el desierto, la encontró un ángel y le dio un maravilloso mensaje:
Génesis 16:9–11 RVR60
9 Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano. 10 Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud. 11 Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción.
Cuando estamos en un callejón sin salida, es tentador huir a través de nuestras vías de escape.
En tiempos así Dios está presente y escucha nuestros lamentos.
Es necesario que aprendamos a expresar nuestro dolor ante Dios en lugar de tratar de evitarle.
Él escucha nuestros clamores y está dispuesto a darnos esperanza para el futuro.
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