La muerte de Saúl
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· 93 viewsTermina la vida de Saúl en derrota por los pecados cometidos, es una enseñanza para que recapacitemos y abandonemos el orgullo y la obstinación.
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La muerte de Saúl
La muerte de Saúl
1º Samuel 31:1–6
“1Los filisteos, pues, pelearon contra Israel, y los de Israel huyeron delante de los filisteos, y cayeron muertos en el monte de Gilboa. 2Y siguiendo los filisteos a Saúl y a sus hijos, mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl. 3Y arreció la batalla contra Saúl, y le alcanzaron los flecheros, y tuvo gran temor de ellos. 4Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella. 5Y viendo su escudero a Saúl muerto, él también se echó sobre su espada, y murió con él. 6Así murió Saúl en aquel día, juntamente con sus tres hijos, y su escudero, y todos sus varones.”
Introducción
Introducción
Saúl fue contaminado de soberbia, arrogancia y obstinación que le trajeron la ruina.
Aunque nunca adoró dioses paganos, estos pecados eran equivalentes porque es culto al ego. 1º Samuel 15:23 “Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.”
La historia de Saúl debe hacernos reflexionar, de que si sembramos ambición, orgullo y obstinación, segaremos dolor, angustia, desgracia y muerte:
Proverbios 22:8 (NTV) “Los que siembran injusticia cosecharán desgracia, y su régimen de terror se acabará.”
La vida de Saúl termina trágicamente, no logró terminar su carrera en la vejez, con paz y bendición.
La derrota
La derrota
1º Samuel 31:1 “Los filisteos, pues, pelearon contra Israel, y los de Israel huyeron delante de los filisteos, y cayeron muertos en el monte de Gilboa.”
Dios se había apartado de Israel por los pecados de Saúl, por su obstinación murió él, sus tres hijos y muchos israelitas.
Debido a que Dios se apartó de él, Saúl fue paralizado por el miedo. 1º Samuel 28:5 “Y cuando vio Saúl el campamento de los filisteos, tuvo miedo, y se turbó su corazón en gran manera.”
Estas emociones negativas como líder ministró a sus hombres.
Antes que Israel y Saúl enfrentara la batalla ya estaban derrotados emocionalmente.
Este decaimiento de Saúl inició cuando no tuvo respuesta de Dios, luego cuando consultó a la adivina, el mensaje de Dios fue de derrota y muerte.
Saúl entonces comprendió su error, y quizá tuvo oportunidad para ratificarlo, pero prefirió darle lugar al orgullo antes que a la humillación.
Hay personas que nunca van a reconocer su error, aun cuando estén sufriendo las consecuencias de sus malas desiciones. Apocalipsis 16:10–11 “10El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas, 11y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras.” Reflexiona en esta palabra, para que no seas como ellos.
Saúl sufrió derrota porque rechazó a Dios, y sin Él nuestras batallas están perdidas.
El suicidio
El suicidio
1º Samuel 31:4 “Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella.”
Saúl no pudo soportar la presión del miedo y la angustia, cree que la mejor decisión es suicidarse.
Aunque no existe un mandamiento directo contra el suicidio, si sabemos que no es la voluntad de Dios.
En primer lugar, los personajes que cometieron suicidio en la Biblia, estaban alejados de Dios, como Saúl.
Abimelec se suicidó en Tebes Jueces 9:54 “Entonces llamó apresuradamente a su escudero, y le dijo: Saca tu espada y mátame, para que no se diga de mí: Una mujer lo mató. Y su escudero le atravesó, y murió.”
Judas: Mateo 27:5 “Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó.”
Lo que estos hombres tenían en común es eran rebeldes a Dios, y sus acciones los llevaron al suicidio.
Toda aquella persona que decide suicidarse está enojada, decepcionada o deprimida, es fracaso espiritual y un acto de cobardía al no tener el valor de enfrentar las adversidades.
Quien piensa en el suicidio no está en comunión con Dios, pues Dios quiere para nosotros vida:
Juan 10:10 “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
No importa que tan grave es el problema, la enfermedad o la amenaza, humilla tu alma delante de Dios, si es tu voluntad darte vida, el te la dará, pero si es tu voluntad llevarte a descansar, Él lo hará sin que lo tengas que hacerlo tú.
Aunque Saúl pidió a su escudero que lo matara, este no obedeció, pues al igual que David, sabía que no podía tocar al ungido de Jehová.
Saúl tuvo el respeto de su gente aunque no fue buen rey.
La honra de Saúl
La honra de Saúl
Los filisteos al encontrar el cadáver de Saúl, cortaron su cabeza y colgaron su cuerpo en un muro visible. 1º Samuel 31:8–9 “Aconteció al siguiente día, que viniendo los filisteos a despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus tres hijos tendidos en el monte de Gilboa. Y le cortaron la cabeza, y le despojaron de las armas; y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos, para que llevaran las buenas nuevas al templo de sus ídolos y al pueblo.”
Era un día de luto para Israel y un día de celebración para sus enemigos.
Saúl aun en su muerte es humillado por sus enemigos, cuando él no quizo humillarse ante Dios.
Es mejor humillarnos ante Dios y que no seamos humillados por nuestros enemigos.
1º Samuel 31:11–12 “Mas oyendo los de Jabes de Galaad esto que los filisteos hicieron a Saúl, todos los hombres valientes se levantaron, y anduvieron toda aquella noche, y quitaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-sán; y viniendo a Jabes, los quemaron allí.”
Los de Jabes de Galaad son los mismo que Saúl ayudó contra los amonitas, cuando iniciaba su reinado (1º Samuel 11:1–4). Saúl lleno del Espíritu Santo convocó a los israelitas y pelearon contra los amonitas y libraron a los de Jabes.
Esto no lo olvidaron, se armaron de valor para recuperar el cuerpo de Saúl y de sus hijos para darle una digna sepultura.
Recordamos fácilmente las transgresiones que nos hacen, pero difícilmente recordamos la favores recibidos.
Los de Jabes nunca olvidaron que Saúl los rescató, por lo tanto se arriesgaron a honrarlo en su muerte.
Nunca olvidemos los favores recibidos, más aun los de Dios. Salmo 103:2 “Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.”
Conclusión
Conclusión
Así termina trágicamente la vida de Saúl. Sus pecados no fueron la idolatría como Salomón o el adulterio como David, pero su rebeldía y obstinación eran pecados tan graves como esos, principalmente porque no le permitieron reconocer su error, arrepentirse y pedir perdón.
La maldad de Saúl lo alejaron de Dios y fue presa de la angustia, el terror y la debilidad.
Procuremos examinar nuestra vida para que no caigamos en el mismo error.