No Tentarás al Señor tu Dios
Dominical • Sermon • Submitted • Presented
0 ratings
· 151 viewsTentar a Dios es un peligro que corremos los cristianos.
Notes
Transcript
No Tentarás al Señor tu Dios
No Tentarás al Señor tu Dios
Deuteronomio 6:16 “No tentaréis a Jehová vuestro Dios, como lo tentasteis en Masah.”
Introducción
Introducción
El versículo de hoy es parte de los mandamientos que Moisés le recuerda a Israel antes de su muerte.
Moisés exhorta al pueblo a no tentar a Dios, como lo hicieron sus antepasados.
Tentar a Dios no se refiere a hacerlo caer en pecado. Santiago 1:13 “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;”
Dios es totalmente contrario al mal, por lo tanto no hay manera de que pueda ser inducido al mal.
Se refiere más bien a la intransigencia, necedad o ignorancia de probar si Dios cumple sus promesas cuando queramos.
Exigir a Dios que cumpla sus promesas, o que nos demuestre que tiene poder para hacerlo.
Mateo 16:1 “Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo.”
Para entender de qué manera podemos caer en el error de pretender tentar a Dios, debemos saber que pasó en Masah
Masah
Masah
Éxodo 17:1–2 “Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese. 2Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová?”
Israel recién había salido de Egipto rumbo al Sinaí. Dios les había provisto alimento y agua. Pero al llegar a Refidim (Masah) ya no llevaban agua, y en ese lugar tampoco había.
Los Israelitas murmuraron contra Dios. El salmista nos amplía.
Salmo 78:18–20 “18Pues tentaron a Dios en su corazón, Pidiendo comida a su gusto. 19Y hablaron contra Dios, Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto? 20He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, Y torrentes inundaron la tierra; ¿Podrá dar también pan? ¿Dispondrá carne para su pueblo?”
Los israelitas dudaban de que Dios podría sostenerlos en el desierto, aun cuando había mostrado su poder en Egipto, el mar Rojo y que los alimentaba con maná.
Retaban a Dios a que les demostrara su poder.
Este es un pecado porque no confiaban en sus promesas y en su amor, es incredulidad en toda su expresión. Hebreos 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
Cuando estamos en la crisis, podemos caer en la trampa de tentar a Dios, al dudar de su poder y murmurar diciendo que Él no nos ayuda porque somos malos. La ayuda de Dios no depende de nuestras obras sino de su misericordia.
Poner a prueba Dios
Poner a prueba Dios
Mateo 4:5–7 “5Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, 6y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra. 7Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.”
Satanás utilizó la Biblia para tentar a Jesús, usando el Salmo 91:11-12, donde Dios promete guardarnos del peligro, lo reta a lanzarse de lo alto para ver si es cierto lo que dice el salmista.
Estas promesas sí se cumplen cuando estamos en un peligro verdadero y no podemos evitarlo.
Pero si no estamos en peligro y voluntariamente subimos a un precipicio para ver si se cumple este Salmo, estamos tentando a Dios porque lo estamos tomando como nuestro sirviente y no creemos en Él.
No podemos actuar descuidadamente con el pretexto de que Dios nos librará, esto es tentar a Dios.
Lucas 10:19 “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.” Este pasaje se refiere a demonios, porque nuestra lucha no es contra carne y sangre (Efesios 6:12).
Dios puede librarnos de las serpientes y escorpiones físicos si estamos en un peligro inevitable, pero eso no significa que vamos a buscarlos para probar que esto es cierto.
No puedes ser imprudente, descuidado con tu seguridad, tu salud y decir que Dios tiene la obligación de cuidarte. Esto es tentar a Dios.
Presunción
Presunción
Deuteronomio 18:20 “El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá.”
La presunción es hacer o decir cosas sin que Dios no haya mandado y dicho.
Tentamos a Dios al querer imponer nuestros deseos, gustos o voluntad, diciendo que es de parte de Él.
Sabemos que Dios nos habla de diversas maneras, pero para saber de donde vienen las voces que oímos, debemos conocer su voz. Juan 10:4 “Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.”
Cuando Dios nos habla por sueño, visión o profecía, El Espíritu Santo dará testimonio a nuestro corazón, habrá confirmación, paz, convicción y temor en nosotros.
Además, Dios nos ha dado 1) entendimiento para tomar decisiones triviales sin su intervención. 2) Nos ha dejado su Palabra que nos revela sus mandamientos, su voluntad y carácter para que comprendamos cómo conducirnos correctamente.
Por tanto, es necesario escudriñar la Biblia para que seamos llenos del conocimiento de Dios, sabiduría e inteligencia para comprender su voluntad, y no estar ociosos esperando que traiga una Palabra para tomar desiciones triviales.
Dios nos hablará una Palabra específica si es necesario, pero será dentro del propósito que tiene para nuestras vidas.
Conclusión
Conclusión
Tentamos a Dios porque queremos satisfacer nuestra curiosidad, morbosidad, o queremos que se cumplan nuestros caprichos, estas son obras de la carne.
Moisés advirtió a Israel de no caer en el pecado de tentar a Dios, porque por eso fueron castigados y muchos de ellos perecieron.
Volvemos al llamado de tener temor de Dios y humillarnos delante de Él.
Tomemos la actitud de Daniel, que no retó a Dios para que lo librara del foso de los leones, sino que se dispuso a entrar su vida por amor a Dios. Daniel 6.
Tampoco los amigos de Daniel tentaron a Dios al retarlo de librarlos del horno de fuego, sino que estuvieron dispuesto a morir por amor a su Dios. Daniel 3:17–18 “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.”
Pudieron haber recitado Isaías 43:2 “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.” Pero no lo hicieron, porque sabían que Dios actuaría según su propósito.
No se trata de exigir a Dios nuestros deseos, sino rendir nuestra voluntad a Él. Mateo 6:10 “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”