DE LA MUERTE A LA VIDA (Marcos 15:42-16:8)
1. FUE SEPULTADO (15:42-47)
Estos textos indican, entonces, que Cristo experimentó en su muerte las mismas cosas que los creyentes experimentan en este tiempo cuando mueren: Su cuerpo muerto permaneció en la tierra y fue enterrado (como el nuestro lo será), pero su espíritu (o alma) pasó inmediatamente a la presencia de Dios en el cielo (como el nuestro lo hará). Así, pues, en el primer domingo de Resurrección, el espíritu de Cristo se volvió a juntar con su cuerpo y se levantó de la tumba, de la misma manera que los cristianos que han muerto se volverán a unir con sus cuerpos (cuando Cristo regrese) y se levantarán a nueva vida en sus cuerpos perfectos de resurrección.
Este hecho contiene aliento pastoral para nosotros: No tenemos por qué temer a la muerte, no solo porque la vida eterna está al otro lado, sino también porque conocemos que nuestro Salvador mismo ha pasado exactamente por las mismas experiencias que nosotros pasaremos. Él ha preparado el camino, incluso lo ha santificado, y nosotros le seguiremos con confianza en cada paso a lo largo de ese camino. Este es un consuelo muy superior en cuanto a la muerte que el que jamás podría recibir por cualquier idea de que descendió al infierno.
2. MAS AL TERCER DÍA RESUCITÓ
3 y se iban preguntando:
—¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?