Una iglesia con propósito
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· 18 viewsLa iglesia de Laodicea comparaba su éxito espiritual con su éxito material, sin darse cuenta que vivía en una pobreza espiritual.
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Una iglesia con propósito
Una iglesia con propósito
Apocalipsis 3:14–19
14Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:
15Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 17Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. 18Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. 19Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.
Introducción
Introducción
El Señor antes de revelar a Juan las profecías del fin del mundo, lo inspira para escribir cartas a siete iglesias importantes de Asia, lo que hoy es Turquía.
En cada una de ellas resalta sus virtudes y corrige sus fallas.
Pero la última iglesia, Laodicea, solo hay reclamos y no elogios.
Estos deben ser una advertencia para no caer en semejante error.
Testigo fiel y verdadero
Testigo fiel y verdadero
Apocalipsis 3:14 “Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto:”
El Señor comienza estableciendo su veracidad como testigo fiel y verdadero.
Todo lo que El Señor dirá de la iglesia no puede ser puesto en duda o cuestionado porque Él lo sabe todo.
Lo que El Señor dice de nosotros no puede ser cuestionado ni puesto en duda.
El es omnisciente. Jeremías 17:10 “Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.”
También es omnipresente: Jeremías 23:24 “¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?”
El Salmo 139 revela ampliamente la omnipresencia y omnisciencia de Dios.
Salmo 139
2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos.
3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos.
4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
...
7 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
...
16 Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
El testimonio que Dios da del hombre en la Biblia revela la imperfección, obstinación y su necedad, comparado con la sabiduría, paciencia y misericordia de Dios.
Definidos
Definidos
Apocalipsis 3:15–16 “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.”
La ciudad de Laodicea tenía como vecinos a Colosas (una ciudad a la que Pablo envió una carta) a 16 kilómetros, y Hireápolis a 8 kilómetros.
Colosas era famosa por su agua fría y deliciosa que provenía de las montañas, cuando las personas querían refrescarse viajaban a Colosas a sus balnearios de agua refrescante.
Hireápolis era famosa por sus aguas termales, cuando las personas buscaban aguas medicinales viajaban a Hireápolis.
Pero Laodicea no contaba con manantiales de agua. Debía transportar agua caliente de las montañas al llegar a la ciudad el agua estaba tibias y de horrible sabor, de manera que provocaban vómito.
El Señor usa esta analogía para mostrarle a la iglesia que no tenía nada que ofrecer en lo espiritual. No tenía agua fría que refrescara al sediento, tampoco agua caliente que trajera sanidad al enfermo.
Era una iglesia tibia, insípida sin ningún propósito, las personas no encontraban alivio en ellos.
por tanto, serían desechados por Dios, como el alfarero desecha el barro que se resiste a ser moldeado.
Confundidos
Confundidos
Apocalipsis 3:17 “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.”
La ciudad de Laodicea era próspera porque estaba en una ruta comercial importante.
En cierta ocasión hubo un terremoto que destruyó las ciudades de la zona, pero Laodicea fue la única que rechazó la ayuda de Roma, y reconstruyó la ciudad con sus propios recursos aún más hermosa que antes.
Además era famosa por sus médicos, especialmente los oftalmólogos.
Al ser próspera económicamente la iglesia, se sentían confiados en sus riquezas, de manera que afirmaban que no tenían ninguna necesidad.
Pero el valor de la riqueza para la iglesia no son las posesiones materiales sino espirituales.
Las riquezas son un engaño que hacen creer a la persona que tienen seguridad, esto los hace orgullosos y obstinados. Lucas 12:15 “Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.”
La iglesia debe entender que las riquezas que debe buscar son las espirituales.
Lucas 12:33–34 “33Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye. 34Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”
Conclusión
Conclusión
Apocalipsis 3:18 “Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.”
El Señor invita a la iglesia a dejar el orgullo y la obstinación, que vean su pobreza espiritual.
Compra oro puro, refinado que son las riquezas espirituales: amor, fe, compasión, misericordia, paciencia, etc.
Vístete con las vestiduras de la santidad para no estar desnudo espiritualmente.
Unge tus ojos con colirio, la iluminación del Espíritu Santo para que puedas comprender tu condición y arrepiéntete, comprender también la Palabra de Dios.
Si eres un verdadero hijo de Dios y no te arrepientes, recibirás su corrección: Apocalipsis 3:19 “Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.”