EL REY QUE SE CONVIERTE EN REO POR AMOR (Marcos 15:1-21)

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1 EL REY DE LOS JUDIOS ES EL REY DE REYES (1-5)
2 EL REY DE REYES SIENDO DESPRECIADO POR EL MUNDO (6-15)
3 EL REY DE REYES SUFRE LA BURLA DEL MUNDO (16-21)
Introducción
Seguimos con la serie de los hechos de Jesús en Marcos.
Vamos a a ver al Rey, a nuestro Rey entregandose por nosotros.
Siendo humillado, siendo maltratado, insultado, golpeado, experimentado la carga del odio del mundo, y del juicio de DIos que iba destinado hacia nosotro.
El desprecio del corazón humano hacia lo divino para inclinarse hacia lo vulgar y vano de este mundo.
En su pasíon, en su dolor, podemos entender su amor.
¿Qué nos esneña este pasaje? ¿Qué nos enseña Cristo? ¿Por qué siendo el Rey de reyes se somete a ser un reo? ¿Quién fue el responsable de esta muerte?

1. EL REY DE LOS JUDIOS ES EL REY DE REYES. (1-5)

Marcos 15:1–5 LBLA
1 Muy de mañana, los principales sacerdotes prepararon enseguida una reunión con los ancianos, los escribas y todo el concilio; y atando a Jesús, le llevaron y le entregaron a Pilato. 2 Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo Él, le dijo*: Tú lo dices. 3 Y los principales sacerdotes le acusaban de muchas cosas. 4 De nuevo Pilato le preguntó, diciendo: ¿No respondes nada? Mira de cuántas cosas te acusan. 5 Pero Jesús no respondió nada más; de modo que Pilato estaba asombrado.
a) El Rey que estaba siendo humillado.
Marcos 15:1 LBLA
1 Muy de mañana, los principales sacerdotes prepararon enseguida una reunión con los ancianos, los escribas y todo el concilio; y atando a Jesús, le llevaron y le entregaron a Pilato.
El sanedrín no tenía autoridad para la pena de muerte. Ellos querían que Cristo muriera como el peor de los declincuentes traidores.
Por eso querían mostrar a Roma, en este caso Pilato como procurador, que Jesús era una enemigo de Roma. Para que fuera Pilato quien lo condenara y así los enemigos de Cristo echarle la culpa a Roma.
Jesús siendo el Rey de Reyes, siendo tratado como un reo, atado e interrogado por su creación.
Pero…
b) El Rey que tenía y tiene el control.
Como ya vimos en anteriores pasajes, Cristo era el que marcaba los tiempos y el son, nada escapaba de su control, eso nos hace ver su entrega voluntaria.
Nos hace ver que a pesar de lo malo que aparenta ser la situación, el Señor siempre está al control.
Marcos 15:2–5 LBLA
2 Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo Él, le dijo*: Tú lo dices. 3 Y los principales sacerdotes le acusaban de muchas cosas. 4 De nuevo Pilato le preguntó, diciendo: ¿No respondes nada? Mira de cuántas cosas te acusan. 5 Pero Jesús no respondió nada más; de modo que Pilato estaba asombrado.
Por un lado, Cristo responde con una afirmación a la pregunta de Pilato, por otro lado, el delante de su creación guarda silencio, no abre la boca, se muestra dócil.
En cuatro ocasiones diferentes durante las últimas horas de su vida, Jesús “no abrió su boca”: ante Caifás (Mr. 14:60, 61), ante Pilato (Mr. 15:4, 5), ante Herodes (Lc. 23:9b), y nuevamente ante Pilato (Jn. 19:9b). Estos silencios hablaron más claro que las palabras. Eran en realidad otras tantas condenaciones de sus enemigos. Y fueron también pruebas de su identidad como Mesías.
Habló cuando el quiso…
c) El Rey que se entrega y habla de la consumación
Él se está entregando cuando dice: «Tú lo dices»
Pero encontramos en el texto de Juan, algo más explícito…
Juan 18:33–37 LBLA
33 Entonces Pilato volvió a entrar al Pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? 34 Jesús respondió: ¿Esto lo dices por tu cuenta, o porque otros te lo han dicho de mí? 35 Pilato respondió: ¿Acaso soy yo judío? Tu nación y los principales sacerdotes te entregaron a mí. ¿Qué has hecho? 36 Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; mas ahora mi reino no es de aquí. 37 Pilato entonces le dijo: ¿Así que tú eres rey? Jesús respondió: Tú dices que soy rey. Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.
Pilato termina con una pregunta…
¿Qué es la verdad?
Jesús no se lo reveló…
Vemos aquí unas palabras escatológicas. (Hablar de esto)
Juan nos da más dato de la secuencia que sigue…
Juan 18:38–40 LBLA
38 Pilato le preguntó*: ¿Qué es la verdad? Y habiendo dicho esto, salió otra vez adonde estaban los judíos y les dijo*: Yo no encuentro ningún delito en Él. 39 Pero es costumbre entre vosotros que os suelte a uno en la Pascua. ¿Queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos? 40 Entonces volvieron a gritar, diciendo: No a este, sino a Barrabás. Y Barrabás era un ladrón.

2. EL REY DE REYES SIENDO DESPRECIADO POR EL MUNDO (6-15)

Marcos 15:6–15 LBLA
6 Ahora bien, en cada fiesta él acostumbraba soltarles un preso, el que ellos pidieran. 7 Y uno llamado Barrabás había sido encarcelado con los sediciosos que habían cometido homicidio en la insurrección. 8 Y subiendo la multitud, comenzó a pedirle que hiciera como siempre les había hecho. 9 Entonces Pilato les contestó, diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos? 10 Porque sabía que los principales sacerdotes le habían entregado por envidia. 11 Pero los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que le pidiera que en vez de Jesús les soltara a Barrabás. 12 Y Pilato, tomando de nuevo la palabra, les decía: ¿Qué haré, entonces, con el que llamáis el Rey de los judíos? 13 Ellos le respondieron a gritos: ¡Crucifícale! 14 Y Pilato les decía: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho? Y ellos gritaban aún más: ¡Crucifícale! 15 Pilato, queriendo complacer a la multitud, les soltó a Barrabás; y después de hacer azotar a Jesús, le entregó para que fuera crucificado.
Ahora bien, Pilato actuó como buen político…
a) Pilato quiso hacer responsables a otros. A los judíos.
Pilato pudo haber absuelto a Jesús, porque no vio maldad en él.
Pero fue cobarde y egoista… como muchas veces nostros.
Él quiso, por miedo a los judíos, que los judíos, los enemigos de Cristo, tomaran tal decisión.
Y bueno…
b) Sus enemigos contaminaron la muchedumbre.
Marcos 15:11–15 LBLA
11 Pero los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que le pidiera que en vez de Jesús les soltara a Barrabás. 12 Y Pilato, tomando de nuevo la palabra, les decía: ¿Qué haré, entonces, con el que llamáis el Rey de los judíos? 13 Ellos le respondieron a gritos: ¡Crucifícale! 14 Y Pilato les decía: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho? Y ellos gritaban aún más: ¡Crucifícale! 15 Pilato, queriendo complacer a la multitud, les soltó a Barrabás; y después de hacer azotar a Jesús, le entregó para que fuera crucificado.
Fueron estos, quienes contaminaron, malmetieron…
c) Prefirieron lo vulgar del mundo al Rey de Reyes (los mismo que le alababan el domingo, lo condenaban el viernes)
Aquí vemos un reflejo de nuestra humanidad pecaminosa.
Cuantas veces nosotros nos dejamos llevar por lo vano del mundo, e incluso negando al mismo Cristo…
Puedes estar adorando y alabando a Dios el domingo, y cuatro días después estar negando, fallando, traicionando a Cristo.
Esta pregunta debe ir directa a nuestro corazón…
¿Cómo está tu corazón y tu fe? ¿Eres capaz de adorar a Dios un domingo, y crucificarlo con viernes?
Cada vez que preferimos algo por encima de Él, algo de este mundo, nuestro corazón está actuando como la de este pueblo.

3. EL REY DE REYES SUFRE LA BURLA DEL MUNDO (16-21)

Jesús no sólo sufrió la burla, el desprecio de sus enemigos judíos, también por parte de los romanos.
Pero hay que ver, que Pilato lo mandó Azotar primero.
Marcos 15:15–21 LBLA
15 Pilato, queriendo complacer a la multitud, les soltó a Barrabás; y después de hacer azotar a Jesús, le entregó para que fuera crucificado. 16 Entonces los soldados le llevaron dentro del palacio, es decir, al Pretorio, y convocaron* a toda la cohorte romana. 17 Le vistieron* de púrpura, y después de tejer una corona de espinas, se la pusieron; 18 y comenzaron a vitorearle: ¡Salve, Rey de los judíos! 19 Le golpeaban la cabeza con una caña y le escupían, y poniéndose de rodillas le hacían reverencias. 20 Y después de haberse burlado de Él, le quitaron la púrpura, le pusieron sus ropas y le sacaron* para crucificarle. 21 Y obligaron* a uno que pasaba y que venía del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y Rufo, a que llevara la cruz de Jesús.
Y para que entendamos esto:
El flagelo romano consistía de un corto mango de madera al cual se ataban varias correas en cuyos extremos se colocaban trozos de plomo, bronce, o hueso afilado. Los azotes se descargaban especialmente en la espalda desnuda e inclinada de la víctima. Generalmente se utilizaban dos hombres para administrar este castigo, uno azotaba a la víctima por un lado, el segundo por el otro. Las heridas que se producían en la carne llegaban a tal extremo que a veces quedaban expuestas venas y arterias profundas, y a veces entrañas y órganos internos. Esta pena, de la cual los ciudadanos romanos estaban exentos (cf. Hch. 16:37), a menudo provocaba la muerte.
Los azotes eran una tortura espantosa. Sin embargo, debemos tener presente que el sufrimiento del Varón de Dolores no fue sólo intenso, sino también vicario:
“Mas él herido fue por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados” (Is. 53:5; 1 P. 2:24).
a) Los militares se burlan de quien para ellos era un falso rey.
Le ponen un manto viejo de púrpura, y una corona de espina.
Con el manto de púrpura, señalaba su realeza, pero una realeza burlada. Esto era parte de su padecimiento y no sólo por la humillación, que también. Imaginaros ese manto sobre su cuerpo lleno de heridas por los azotes.
La corona de espina, que quedará como un simbolo de su pasión (hablar de esto) Era una muestra absoluta de humillación y desprecio.
Hay quien dice que es un tipo de..
Génesis 3:18 LBLA
18 Espinos y abrojos te producirá, y comerás de las plantas del campo.
Como símbolo de la maldición de la caída llevada por Cristo para nuestro perdón.
b) Le cargaron con la carga de la cruz.
Marcos 15:21 LBLA
21 Y obligaron* a uno que pasaba y que venía del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y Rufo, a que llevara la cruz de Jesús.
El madero del castigo, símbolo de la carga de nuestro pecado.
Cruz que portaba con amor y dligencia para cumplir la misión que nos salvaría.
Esta cruz
Esta normalmente era el travesaño de madera (latín, patibulum), que después era fijada a un palo vertical (palus) que se encontraba en el lugar de la crucifixión. El término griego para “cruz” (σταυρός) originalmente se refería a un palo clavado en el suelo para la pena capital,12 pero la “cruz” de Marcos aquí probablemente se refiera al patibulum.
Apare en escina Simón de Cirene, Padre de Alejando y Rufo, miembros de la igleisa de Roma, donde iba destinado este Evangelio Escrito. De eso que hubiera aquí tal aclaración.
Ya va camino del Golgota, ya va nuestro Señor.
Respecto
¿Quién fue el responsable de la muerte de Cristo?
(Hablar de esto)
Al final debemos decir que ni los judíos ni los romanos fueron responsables de la muerte de Jesús. Los responsables fueron sus enemigos, un pequeño subgrupo dentro de estos dos grupos. Como ocurre a menudo a lo largo de la historia, los que sienten amenazado su poder e influencia, se lanzan contra aquellos que perciben como una amenaza para ellos. Tanto para el liderazgo sacerdotal como para las autoridades romanas Jesús era un problema a eliminar para proteger su poder y territorio.
Por supuesto, desde una perspectiva teológica, la cuestión de quién mató a Jesús tiene una respuesta más profunda. Todos somos al final responsables de la muerte de Jesús, ya que él murió en sacrificio por nuestros pecados. No obstante, como afirma repetidamente Marcos, no fue un accidente de la historia. En última instancia, fue Dios mismo el responsable de la muerte de Jesús. Él fue el que “entregó” a Jesús para que sufriera y muriera, el “que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros” (Ro 8:32). Y fue el Hijo mismo el que voluntariamente “se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!” (Flp 2:8). La respuesta a la muerte de Jesús no debería ser buscar quién es el culpable, sino alabar y dar gracias a Dios por su don inefable (2 Co 9:15).
Para el creyente es un consuelo saber que detrás de Pilato estaba Dios mismo. Por supuesto que la responsabilidad de este acto pecaminoso recaía sobre Pilato y sobre los que le presionaron para que Jesús fuese entregado a la crucifixión.807 Pero los actos de todos aquellos pecadores estaban incluidos en el eterno decreto de Dios que lo abarcaba todo: “A éste, entregado (a vosotros) por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole” (Hch. 2:23). “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Ro. 8:1).
CONCLUSIÓN
Hermanos, hemos visto aquí, como se entregó el Rey de Reyes.
Como padeció por nosotros.
Y como a veces nos parecemos más aquellos que dicen «crucificale»
El Señor nos da una gran lección, es sólo Él nuestro salvador, por eso murió, sçolo Cristo para salvar.
También, que a pesar que Él se entregó y fue juzgado, un día el Volverá como juez y tendrá bajo el estrado de sus pies a sus enemigos a los cuales juzgará.
Mirad hermanos, que maravilloso es el amor de Dios, que padeció Cristo toda esta humillación, estuvo dispuesto el Rey de Reyes convertirse en reo por nosotros sin merecerlo.
Hermano, miremos a Cristo, pidamos que llene nuestra vida.
Que Dios bendiga su Palabra.
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