Hebreos 4:14-16 - Reteniendo nuestra Fe en Medio del Desierto
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Introducción
Introducción
Cuando observamos las convulsiones en el Medio Oriente y los fenómenos naturales que nos rodean, es natural que algunos se pregunten sobre la inminencia de un rapto secreto y un reinado milenario de Jesús en la tierra. Sin embargo, el autor de Hebreos nos muestra una perspectiva diferente, que pronto exploraremos.
Ahora bien, el punto principal de lo que se ha dicho es este: tenemos tal Sumo Sacerdote, que se ha sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,
Este pasaje nos recuerda que Jesús es un rey celestial y un sumo sacerdote celestial, no terrenal.
Su segunda venida a la tierra, no será para establecer un reino terrenal, sino su reino celestial en el que toda la tierra será llena de su gloria. Es por este reino que oramos cuando decimos: “Venga tu reino”. Ese día el tabernáculo de Dios estará en medio de los hombres, la Jerusalén celestial descenderá del cielo y entremos en el reposo eterno de Dios. Debemos esperar esta manifestación visible de las cosas celestiales.
De manera que no esperamos un reino milenial, ni un arrebatamiento secreto de la iglesia para escapar de las condiciones actuales del mundo, Tal cosa sería un retroceso en el plan de redención diseñado y revelado por Dios.
El autor de Hebreos nos insta a comprender que no esperamos un reino milenario ni un arrebatamiento secreto para escapar de las realidades actuales del mundo. Más bien, queda un reposo para el pueblo de Dios Hebreos 4:9, un reposo que no se encuentra en esta tierra tal como la conocemos hoy.
Entre la primera y segunda venida de Jesus, esta el desierto lleno de desafíos, guerras, huracanes, hambre, fatiga, tentaciones, desaliento, desanimo, persecuciones y muerte. Estas cosas pueden intensificarse, pero no van a cambiar. No habrán mejores condiciones para la iglesia en este mundo bajo maldición. De manera que el autor de Hebreos, no solo no espera un milenio, sino que tampoco es post-milenialista, él nos enseña que hasta que Cristo regrese, la iglesia seguirá siendo una congregación en el desierto, semejante a la que salió con Moisés en Egipto, y al igual que ellos la última vez que estudiamos hebreos se nos exhortó a perseverar hasta entrar en el reposo eterno.
La Iglesia de los hebreos debía entender esto, sus circunstancias presentes no iban a cambiar, ni tampoco las nuestras cambiarán. ç
Hermanos, ni siquiera el éxito del evangelio llevará a la iglesia a una situación o posición de prosperidad y dominio terrenal, el desierto no será eliminado de este lado de la eternidad… La promesa de Dios es esta:
»Por tanto, Yo creo cielos nuevos y una tierra nueva, Y no serán recordadas las cosas primeras ni vendrán a la memoria.
De manera que la ausencia corporal de Cristo hoy, significa la existencia de la iglesia en el desierto, pero la presencia corporal de Cristo en el futuro, significa el reposo eterno de la iglesia en cielos nuevos y nueva tierra.
Es a la luz de esta realidad, es en este contexto que el autor de hebreos nos anima a perseverar en la fe, y como veremos hoy, es en este contexto que se nos llama a retenerla con determinación.
En nuestra circunstancia actual, hay muchas fuerzas externas como el mundo y satanás que nos van a empujar a abandonar nuestra confesión, aun la realidad de nuestro propio corazón caído nos va a desanimar y algunas veces vamos a cansarnos. El Desierto es un lugar de prueba, amenaza, dificultad y desafío.
Israel en medio del desierto es un ejemplo de lo que debemos hacer, ellos no retuvieron su fe, no pudieron perseverar en obedecer a Dios y perecieron sin entrar en el reposo
¿Que esperanza tenemos nosotros, si somos tan débiles como ellos? Es dicil mortificar la carne en un mundo lleno de seducciones, es difícil permanecer en obediencia con tantas tentaciones sutiles, que difícil se nos hace exhortar a nuestros hermanos a la luz de nuestros fracasos y exponernos a las escrituras cuando muchas veces nos deja mas desanimados al considerar nuestra miseria e insuficiencia.
El texto que leeremos hoy, nos recuerda el deber que tenemos como creyentes de retener nuestra fe hasta el fin, pero además nos ofrece u poderoso estimulo para cumplirlo y nos recuerda todos los recursos que tenemos a nuestra disposición para lograrlo.
Hoy veremos un llamado al deber “Retengamos nuestra fe” - Un poderoso estimulo poderoso para retener la fe y los recursos inagotables que tenemos para lograrlo. Es mi oración que que salgas decidido de este lugar a retener la fe que profesas, echando mano de todo lo que tienes a tu favor, que nos es poco.
Teniendo, pues, un gran Sumo Sacerdote que trascendió los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, retengamos nuestra fe. Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino Uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado. Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.
1. Un Llamado al Deber
1. Un Llamado al Deber
“Retengamos nuestra fe O NUESTRA PROFESIÓN”
A. ¿Que es nuestra fe ó nuestra profesión, en este texto?
Implica el contenido de la fe que confesamos: Rom. 10:10; 1 Ped. 3:15. Raíz
El contenido de la fe siempre produce fruto: "obediencia de la fe",
Es por medio de Él que hemos recibido la gracia y el apostolado para promover la obediencia a la fe entre todos los gentiles, por amor a Su nombre;
No obstante, el sólido fundamento de Dios permanece firme, teniendo este sello: «El Señor conoce a los que son Suyos», y: «Que se aparte de la iniquidad todo aquel que menciona el nombre del Señor».
no defraudando, sino mostrando toda buena fe, para que adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador en todo respecto.
B. Que implica aferrarse?
Sostener una cosa con todas nuestras fuerzas, por todos los medios legales, con resolución y con intención.
’No obstante, lo que tienen, reténganlo hasta que Yo venga.
Tiene que ver con retener lo que confesamos y crecer en obediencia constantemente, contra toda oposición", "hasta que él venga".
Para mantener firme nuestra profesión o nuestra fe, se requiere de nosotros un esfuerzo constante por mantenernos a la altura de lo que hemos alcanzado hoy y un esfuerzo continuo por avanzar en todo aspecto hacia la perfección: 2 Corintios 7:1
Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
Aferrarse a la fe y retenerla con todas nuestras fuerzas, contra toda oposición, implica que de este lado de la eternidad, en todo momento estamos en una batalla violenta por perderla.
Por esta razón el Señor nos exhorta a edificar sobre la roca nuestra fe… Aferrándonos a las promesas del evangelio y viviendo para obedecer sus implicaciones:
»Por tanto, cualquiera que oye estas palabras Mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; pero no se cayó, porque había sido fundada sobre la roca.
Amados, no se sorprendan del fuego de prueba que en medio de ustedes ha venido para probarlos, como si alguna cosa extraña les estuviera aconteciendo. Antes bien, en la medida en que comparten los padecimientos de Cristo, regocíjense, para que también en la revelación de Su gloria se regocijen con gran alegría.
El reposo será el fin de las pruebas en el desierto, es la realidad hacia la cual nos dirigimos mientras atravesamos este valle de lagrimas. Debemos esforzarnos por entrar al reposo y no desmayar en medio del desierto como lo hizo Israel:
Por tanto, esforcémonos por entrar en ese reposo, no sea que alguien caiga siguiendo el mismo ejemplo de desobediencia.
El deber al que se nos llama, tiene como tiene como propósito, que todos alcancemos una meta “Entrar al reposo de Dios”.
Negativamente hermanos, debemos evitar retroceder, declinar gradualmente o abandonar la fe y como consecuencia caer en la apostasía. Positivamente debemos retener la fe, creciendo en el conocimiento del evangelio y como consecuencia vivir a la altura de sus demandas para nuestra vida.
Pero todos nosotros, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.
Ahora que sabemos cual es nuestro deber....
2. Un Poderoso Estimulo para cumplirlo
2. Un Poderoso Estimulo para cumplirlo
"Por tanto, tenemos un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios"
El sacerdocio de Jesucristo en favor nuestro “Tenemos un Gran sumo sacerdote”
Noten que no es terrenal, no se trataba de Pedro ni de ninguno de sus sucesores como dice la iglesia de Roma, no es el sumo pontífice “es un usurpador del titulo y por lo tanto un anti-cristo.
Nuestro sumo sacerdote es: "Jesús el Hijo de Dios", no tenemos ningún otro. Solo Jesus es constantemente nuestro Gran Sumo sacerdote, es lo que comunica el participio activo “TENEMOS” tanto los primeros lectores, como nosotros hoy.
En medio de los desafíos presentes, contaremos con el ministerio de Jesus hasta que entremos al reposo prometido.
¿Porque es un poderoso estimulo?
»Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en Mí y Yo en él, ese da mucho fruto, porque separados de Mí nada pueden hacer.
Una joven creyente cuenta que un compañero de su trabajo la menospreció por ser cristiana, le dijo: Yo creo que tu fe es una vía de escape de las dificultades de la vida real, el cristianismo es el camino fácil que escogen los débiles.
Ella le dijo: "¿Un escape?", "porque no Intentas vivir como un cristiano en este mundo, intenta librar una guerra contra los deseos de la carne, intentas vivir como un extranjero en tierra extraña, ¡y luego vienes y me dices que el cristianismo es el camino fácil!".
Necesitamos el ministerio de Jesus para poder entrar en el campo de batalla espiritual Y CONTAREMOS CON ÉL SIEMPRE, tenemos enemigos poderoso como la carne, el mundo y el diablo.
La razón de nuestra perseverancia es la persona y la obra de Jesucristo. Noten como su ministerio es compatible con nuestra necesidad actual:
A. Vs. 15.... El puede compadecerse de nuestras flaquezas.
Esto es empatía con aquellos que sufren y son tentados. Él está profundamente preocupado por todas nuestras enfermedades, tristezas y sufrimientos, puesto que somos su cuerpo místico que esta unido a él estrechamente. No es como los amigos de Job que en medio de su dolor solo le dieron una reprimenda por pecador, sin sentirse afectados por su dolor:
»Tengan piedad, tengan piedad de mí, ustedes mis amigos, Porque la mano de Dios me ha herido.
Jesus puede compadecerse porque sufrió al igual que Job:
La afrenta ha quebrantado mi corazón, y estoy enfermo; Esperé compasión, pero no la hubo; Busqué consoladores, pero no los hallé.
Nuestro Sumo sacerdote se duele con nosotros y se ha comprometido a aliviar nuestro dolor un día:
»Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado»
El ha puesto TODA COSA O PERSONA CAUSANTE DE NUESTRO DOLOR BAJO SUS PIES. Su compasión es grande y es un estimulo para nuestra aferrarnos a la fe.
B- El es un sacerdote que fue tentado en todo, según nuestra semejanza pero sin pecado, fue obediente en todo - Esto es “Simpatía”.
Jesus el hijo de Dios vino a nosotros en medio del desierto y en medio del desierto fue tentado. El participó de todas las dificultades, sufrimientos y tentaciones propios de este mundo bajo maldición. Todas las cosas que ponen a prueba nuestra fe y nuestra obediencia, Jesus también la soportó y no fue vencido en medio de la prueba.
Jesus entro en la misma situación que se encontraban los lectores de la carta en ese momento y nuestras circunstancias presentes /no han cambiado mucho. De manera que él esta familiarizado con la tentación, el sufrimiento, las pruebas, la enfermedad, la escasez y la muerte.
Jesus no se familiarizo con estas cosas siendo un hombre común:
C. Él es el hijo eterno de Dios.
Siendo el hijo de eterno de Dios, Participo de una circunstancia común, vivió sujeto a este mundo bajo maldición, “siendo en forma de Dios, tomo forma de siervo”.
Experimento todo, sin ceder a la tentación, sin pecar, sin quejarse o murmurar de Dios en medio de la aflicción, sin dejar de confiar nunca en el amor del Padre a pesar de las duras pruebas que sufrió.
Luego de su padecimiento, Jesus salió del desierto y...
D. Trascendió los cielos
El paso a travez de los cielos para entrar en el reposo de Dios, sentándose en su trono de gloria. Jesus está en el tabernáculo celestial, en aquel lugar de reposo que le espera a la iglesia. Este reposo, puso fin a su paso por el desierto.
Jesus esta disfrutando hoy del reposo de Dios, él ha entrado en el reino celestial . Luego de expiar nuestros pecados, él resucito y ascendió, como ya leímos en:
Él es el resplandor de Su gloria y la expresión exacta de Su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de Su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, el Hijo se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
El trono de gracia, es un trono celestial, en el reino celestial invisible a nuestros ojos, pero real. Hermanos, el peregrinaje de Jesus a través del desierto al reposo sabático del cielo, es una buena noticia para nosotros.
Al atravesar los cielos, Jesus abrió un camino para que la iglesia tenga esperanza de Gloria. El es fue el pionero. En él tenemos la garantía de entrar en este reposo, por causa de su obra y por medio de su ministerio celestial como Nuestro Gran Sumo Sacerdote.
Un sumo sacerdote en el Antiguo Testamento, representaba al pueblo ante Dios. El intercedía en nombre del pueblo, llevando sus cargas delante de Dios.
»Aarón llevará los nombres de los hijos de Israel en el pectoral del juicio sobre su corazón cuando entre en el lugar santo, continuamente por memorial delante del Señor. »Pondrás en el pectoral del juicio el Urim y el Tumim, y estarán sobre el corazón de Aarón cuando entre a la presencia del Señor. Aarón llevará continuamente el juicio de los israelitas sobre su corazón delante del Señor.
Aaron debía llevar al pueblo de Dios en su corazón, delante de Dios. Luego salía de la presencia de Dios para bendecir al pueblo de Dios.
Una cosa no podía hacer Aaron, él no ministró en el santuario celestial, su situación como mediador, era la misma que la del pueblo que representaba, él era un hombre del desierto, un pecador que necesitaba ofrecer sacrificios por si mismo primero, un pecador que estaba en camino como un peregrino.
Pero Jesus vino del cielo a caminar con nosotros, y regreso al cielo luego atravesar el desierto, atravesó los cielos para ministrar en el santuario celestial.
Jesus no esta sujeto hoy a las mismas condiciones del desierto, el está mas allá como nuestro pionero, a la diestra de Dios, sentado en el trono, representándonos delante de Dios como nuestro Gran Sumo Sacerdote. No esta allí solo como un hombre de la tierra, sino como el hijo eterno de Dios que tomo para siempre nuestra humanidad y nos abrió un camino al cielo y nos llevará con él en gloria.
El vive para sacarnos del desierto y llevarnos al reposo de Dios. Ahora El mismo nos esta guiando a travez del desierto al monte de Sión, del que el tabernáculo fue una sombra:
como ministro del santuario y del tabernáculo verdadero, que el Señor erigió, no el hombre.
Jesus desde el cielo, esta ministrando para nosotros y por nosotros, desde el cielo el nos envía su ayuda y bendición por medio de su santo Espíritu.
Cristo consumó la redención, terminando su obra expiatoria en la cruz y ahora nos representa en la corte celestial a la que Aarón sólo podía apuntar.
El murió para vencer por nosotros la muerte y el pecado, resucito para darnos vida, resucito y ascendió para darnos esperanza de gloria y desde el cielo tiene a su disposición todos los poderes del siglo venidero para bendecirnos y sostenernos en todo momento, hasta llevarnos con él al reposo de Dios.
Esto nos lleva a nuestro tercer punto. Vimos nuestro deber y el estimulo para cumplirlo, veamos ahora:
3. Los Recursos Inagotables que tenemos para Retener la fe
3. Los Recursos Inagotables que tenemos para Retener la fe
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Ya que tenemos un Gran Sumo Sacerdote Celestial, Que tiene a su disposición todos los recursos celestiales que gano para nosotros por su sacrificio y Obediencia.... El autos nos anima a echar mano de lo que ya es nuestros en Cristo.
No tenemos que enfrentar este desierto son estimulo y sin provisiones. Dios le dio a Israel mana del cielo, agua de la roca y su presencia protectora a travez de un tabernáculo terrenal… Todas estas eran sombras de una gloriosa realidad que hoy tenemos “Cristo en Nosotros”, Cristo mora en mi es una maravilla de maravillas, el ha hecho su morada en nosotros por su santo Espíritu.
No tenemos que ir a un lugar especifico para buscarle, no hay un tabernáculo lleno de regulaciones y sacrificios para tener aseso a su presencia poderosa y a sus bendiciones.
Hoy cada uno de nosotros puede acercarse confiado al trono de la gracia cada momento para recibir ayuda oportuna.
Jesus como nuestro gran sumo sacerdote, cubre todas nuestras necesidades, el nos ofrece ayuda oportuna o nos da socorro en el momento que mas necesitamos, es decir, mientras atravezamos por este desierto, hasta que nos encontremos con él en gloria.
Jesus entró en el cielo para hacer del cielo “Un trono de gracia” de manera que podamos recibir misericordia nueva cada mañana:
Que las misericordias del Señor jamás terminan, Pues nunca fallan Sus bondades; Son nuevas cada mañana; ¡Grande es Tu fidelidad!
Cada vez que vienes a la presencia de Dios en oración, en el nombre de Cristo, con Cristo sentado a la diestra del trono de Dios, el trono de Dios, ese trono que imparte justicia y juicio, ese trono encendido con las llamas de su santidad, es un trono de gracia para ti.
Y mi Dios proveerá a todas sus necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Con toda oración y súplica oren en todo tiempo en el Espíritu, y así, velen con toda perseverancia y súplica por todos los santos.
Todo pecador arrepentido que ha puesto su confianza en Cristo como su mediador, puede venir al trono de Dios confiadamente. Porque Cristo tiene su nombre escrito sobre su corazón, él esta abogando todo el tiempo por ti, él esta al lado de Dios por ti, no contra ti, esa intercediendo a tu favor, para que Dios te extienda su bendición, su ayuda oportuna en todo momento. Así que vengan al trono de gracia, acérquense siempre. Tenemos un amigo en la corte del cielo, y a un abogado.
Thomas Watson nos recuerda que "la oración, tal como procede de los santos, no es más que débil y lánguida; pero cuando la flecha de la oración de un santo se pone en el arco de la intercesión de Cristo, atraviesa el trono de la gracia".
Esta es la clave de la oración: orar a menudo, orar abiertamente, orar con valentía, libertad y alegría de corazón; saber que venimos revestidos de la justicia de Jesucristo, invitados por su propio ministerio salvador, comprados por su sangre preciosa y anticipados por su intercesión compasiva. Este es el secreto de una oración viva y feliz.
Dietrich, socio de Lutero, escribió a Melanchthon durante la Dieta de Augsburgo esto sobre Lutero:
No puedo admirar lo suficiente la firmeza [de Lutero], su alegría, su fe y esperanza en estos días desolados. Se fortalece cada día en sus convicciones mediante una aplicación constante a la Palabra de Dios. No pasa un día sin que reserve al menos tres horas para la oración de la parte del día más adecuada para el trabajo. Un día tuve el privilegio de oírle orar y lo hacía con toda la devoción de un hombre ante Dios, pero con toda la confianza de un niño que habla con su padre. "Yo sé -dicía- que Tú eres nuestro buen Dios y nuestro Padre; por eso estoy persuadido de que Tú exterminarás a los que persiguen a tus hijos. Si no lo haces, el peligro es tanto para Ti como para nosotros. Esta causa es Tuya; lo que hemos hecho, no podíamos haberlo hecho de otro modo. Te corresponde a Ti, Padre misericordioso, protegernos". Cuando le oía desde lejos rezar estas palabras con voz clara, mi corazón ardía de alegría en mi interior, porque le oía hablar a Dios con tanto fervor y libertad; sobre todo se apoyaba tan firmemente en las promesas de los Salmos, que parecía plenamente seguro de que nada de lo que pedía podía dejar de cumplirse.
Conclusión:
Conclusión:
Amados hermanos, en el desierto, las cosas siempre serán difíciles. Es un lugar de pruebas y penurias, de dolor y sufrimiento, un lugar donde eventualmente experimentamos la muerte. Pero Jesús está más allá de las dificultades, más allá de toda prueba y sufrimiento, más allá del dolor y la muerte, el traspaso los cielos.
Pero además, El empatiza y simpatiza perfectamente con nuestras circunstancias actuales, porque a él le importa nuestro dolor, temor, angustia y sufrimiento, pero ademas lo soportó sin ser aplastado por la prueba y un día nos liberará de todo sufrimiento.
El nos ha dado acceso a su trono de gracia, para recibir de él cada vez que pedimos, todos los recursos necesarios para poder retener nuestra fe hasta que entremos en su reposo.
¿Que es aquello que profesamos?
“Que tenemos un gran sumo sacerdote fiel y misericordioso, que traspasó a los cielos, Jesús el Hijo de Dios”
Esta es la sustancia de nuestra fe, esto es lo que confesamos, y lo increíble es que en esto que confesamos tenemos todos los recursos necesarios para retener nuestra fe.
Jesus nos ha dado, aquello que demanda de nosotros, Él, habiendo atravesado el desierto que nos llama a recorrer, te otorgará la gracia de acercarte a su trono de gracia, donde encontrarás misericordia y recibirás la gracia necesaria en medio del camino.
Oremos.