Las firmes convicciones de David

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David tenía la oportunidad de librarse de Saúl y tomar su lugar en el trono, pero sus convicciones evitaron que cometiera un error.

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Las firmes convicciones de David

1º Samuel 24:1–6
1Cuando Saúl volvió de perseguir a los filisteos, le dieron aviso, diciendo: He aquí David está en el desierto de En-gadi. 2Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses. 3Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva. 4Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl. 5Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl. 6Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.

Introducción

Cuando la gente de Zif informó a Saúl que David estaba en su territorio, David escapó a otro lugar y Saúl lo persigió.
Pero fue dado aviso a Saúl que los filisteos atacaban el país, por lo que interrumpió la persecución para enfrentar a los filisteos.
Cuando acabó de combatir a los filisteos, se reorganizó, juntó 3000 hombres y retomó la persecución a David.
David había huido a la región de En-gadi, que aunque era un oasis en el desierto, se escondió en las cuevas de la parte desértica.
Con tantos hombres, parecía que Saúl esta vez si tendría éxito, no había posibilidad que David escapara.
Pero Dios guardaba a David. Salmo 121:5Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
Pero se le presentaría una fuerte tentación que definirían su éxito espiritual.

Los esfuerzos infructuosos de Saúl

1º Samuel 24:2Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses.
Mientras que David era acompañado por personas de mala fama, afligidos endeudados y amargados. Saúl podía darse el lujo de escoger entre los mejores guerreros de todo el país de Israel.
Aunque Saúl de manera religiosa repetía que Dios estaba con él, sus acciones decían lo contrario, pues seguía confiando en su razonamiento, en su poder y en sus fuerzas.
Reunió a 3000 hombres escogidos para perseguir a David, pensando que con esto tendría éxito.
Dios estaba con David, y no había ninguna fuerza o poder de este mundo que pudiera hacerle frente.
Salmo 20:7–8Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria. Ellos flaquean y caen, Mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie.
Romanos 8:31¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
(La guerra de los seis días, junio 1967)

La tentación

1º Samuel 24:3Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva.
Saúl encuentra una cueva grande que utilizaban los pastores para guardar sus ovejas y fue a cubrir sus pies. No se tiene claro qué significa cubrir sus pies, unos dicen que fue hacer sus necesidad, otros a descansar y otros a dormir.
Lo cierto es que David y alguno de sus hombres estaban escondidos en esa cueva y Saúl no se dio cuenta.
Mientras que Saúl se esforzaba por tener una oportunidad para matar a David, a David se le presenta esa oportunidad.
Es aquí donde David debe tomar una decisión de acuerdo a sus convicciones y conocimiento de la Palabra de Dios.
Los hombres de David lo alentaban para que tomara venganza de Saúl.
1º Samuel 24:4Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl.
Estas palabras sonaban lógicas y hasta proféticas.
David tenía la oportunidad de terminar con la incomodidad de huir como delincuente y tomar el trono de Israel, con todas las riquezas y lujos.
Podía justificarlo porque él había sido ungido como el próximo rey de Israel.
Pero antes debía pesar la situación con la Palabra de Dios. David sabía bien que no podía tocar al ungido de Jehová Salmo 105:15No toquéis, dijo, a mis ungidos, Ni hagáis mal a mis profetas.”
David entendía que Dios es quien pone reyes y quita reyes, que Dios había ungido a Saúl como rey, y sería Él quien lo quitaría a su tiempo.
Si David intervenía en los planes de Dios, estaría cometiendo pecado.
La fuerza de voluntad de David y su temor a Dios son un ejemplo para nosotros hoy día, cumplir con la Palabra de Dios aunque esto por un tiempo nos traiga sufrimiento, a la postre será una gran bendición. Santiago 1:12Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.

El temor de David

1º Samuel 24:5Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl.
David aprovechó que Saúl esta descuidado para cortar una esquina de su capa.
Pero esto le trajo turbación y temor.
Cuando Saúl rasgó el mando de Samuel recibió el rechazo de Dios.
1º Samuel 15:27–2827Y volviéndose Samuel para irse, él se asió de la punta de su manto, y éste se rasgó. 28Entonces Samuel le dijo: Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú.
Para los hombres de David, lo ideal sería matar a Saúl y cortar el borde de su manto era insignificante.
Pero David que conocía a Dios y lo respetaba, sabía que aun esta acción aparentemente insignificante podía considerarse como rebelión.
El temor de Dios nos guarda de cometer muchos errores. Proverbios 14:27El temor de Jehová es manantial de vida Para apartarse de los lazos de la muerte.

Conclusión

Cuando Saúl se dispone a seguir su camino, David a la distancia le declara lo que acaba de suceder y le muestra el borde del manto.
Se dirige a Saúl con respeto y reverencia: 1º Samuel 24:8También David se levantó después, y saliendo de la cueva dio voces detrás de Saúl, diciendo: ¡Mi señor el rey! Y cuando Saúl miró hacia atrás, David inclinó su rostro a tierra, e hizo reverencia.
No importa que tan injustas o malas nos parezcan nuestras autoridades, nuestros pastores o nuestros padres. Nuestro deber es siempre darles la respectiva honra para que no caigamos en la ira de Dios.
Romanos 13:7Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra.”
Esto va en contra del sentir popular: “yo respeto a los que me respetan o a los que merecen respeto”.
Después de esto, Saúl dejó de perseguir a David, pero David no se confió, sabía que en cualquier momento Saúl cambiaría nuevamente.
Se conduce con mayor libertad aun lugar más seguro donde podía estar con sus hombres.
Debemos hacer siempre lo correcto conforme a la Palabra de Dios, sin importar si eso represente pérdida o sufrimiento.
Esto será temporal, a su momento Dios honrará nuestra fidelidad y nos recompensará con muchas bendiciones.
Gálatas 6:8–98Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 9No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
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