La sangre

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La sangre contiene la vida, por tanto es sagrada para Dios. Debemos evitar consumirla.

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La sangre

Génesis 9:3–6 (RVR60)
3Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo.
4Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.
5Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre.
6El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.

Introducción

Después del diluvio, la vida en la tierra tuvo transformaciones drásticas, no solo en lo espiritual sino que también en lo físico.
Según Génesis 6, antes del diluvio los ángeles tenían relación con los seres humanos. Génesis 6:2que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.
Antes del diluvio las personas vivían muchos de años (Enoc 365, Matusalén 969): Génesis 6:3Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.
La tierra era regada con un rocío de agua que fluía del suelo: Génesis 2:6sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra.
Antes del diluvio no se consumían carne: Génesis 9:3Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo.” Posiblemente las plantas producían alimentos con mejores nutrientes que ahora.
Entre estos cambios encontramos la importancia de la sangre.
Instintivamente la sangre es muy importante para nosotros, nos parece horrible una escena donde hay mucha sangre, porque la consideramos un símbolo de vida, y verla derramada, evoca muerte, maldad.
Estos es porque...

Es la vida del hombre

La sangre contiene la vida: Génesis 9:4Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.
La ciencia (fuera de Dios) no ha podido descubrir que origina de la vida y donde reside, es decir, esa energía que nos hace ser, nos permite mover, actuar, pensar, hablar, decidir, etc.
En primer lugar el origen de la vida es Dios: Génesis 2:7Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.
Dios colocó es hálito de vida en la sangre: Génesis 9:4Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.
Este es un misterio que la ciencia no puede descifrar, si perdemos la sangre, perdemos la vida. La sangre inunda todo el cuerpo, parece ser que ahí está el alma y el espíritu del hombre.
Por esa razón, Dios prohíbe su consumo.
Antes de la ley: Génesis 9:4Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.
En la ley: Deuteronomio 12:23Solamente que te mantengas firme en no comer sangre; porque la sangre es la vida, y no comerás la vida juntamente con su carne.
En la gracia: Hechos de los Apóstoles 15:28–2928Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: 29que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien.
Algunas doctrinas afirman que estas prohibiciones son para los judíos solamente, pero Dios lo prohibe antes de Israel, y también a la iglesia.
Estos no pueden aplicarse para prohibir las transfusiones de sangre (como afirman los testigos de Jehová), pues en este caso no se está consumiendo la sangre, sino que se utiliza para dar vida.
Las transfusiones naturales se dan en el vientre de la madre, por tanto, no hay ninguna contaminación espiritual.
La contaminación espiritual se da en el adulterio: 1 Corintios 6:16¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne.” De ahí la solemne importancia del matrimonio, debe haber un compromiso porque en la relación sexual existe una unión espiritual, y sino es bajo la bendición de Dios se expone a la contaminación demoniaca.

La prohibición del asesinato

El derramamiento de sangre en la Biblia es sinónimo de asesinato, de muerte.
Génesis 9:5Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre.
Y la muerte es consecuencia del pecado:
Génesis 2:17mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Romanos 6:23Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
La muerte es un juicio que solamente Dios, el juez supremo tiene la potestad de ejecutarla.
Cualquiera que derrame sangre, sufrirá las consecuencias porque no tiene la autoridad de hacerlo, aun los animales que matan a un ser humano.
La vida del hombre es sagrada para Dios.
Éxodo 20:13No matarás.” 6to mandamiento.
Cualquiera que mate, debe tener el mismo destino:
Génesis 9:6El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.
Aquí se presenta un juicio (antes de la ley) para quien derrame sangre.
Dios decreta el castigo y utiliza la ley (tanto Bíblica como terrenal) para ejecutar el castigo, utilizando las autoridades y jueces civiles.
Romanos 13:4porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.
En los lugares donde se aplica la pena de muerte, el juez o el verdugo no son culpables de asesinato porque ellos están ejecutando la ley, la culpa cae sobre el condenado que cometió el delito.
la culpa de la muerte del asesino no cae sobre el juez que condena ni sobre el verdugo que ejecuta, pues están aplicando la ley, por lo tanto, la culpa cae sobre el condenado por su pecado.
2º Samuel 1:16Y David le dijo: Tu sangre sea sobre tu cabeza, pues tu misma boca atestiguó contra ti, diciendo: Yo maté al ungido de Jehová.” David condenó a muerte al joven amalecita que confesó haber matado a Saúl. David declara que no lo está asesinando sino que está ejecutando la sentencia establecida en la ley, por tanto la cual cae sobre él.

Derramamiento de sangre en los animales

Génesis 9:3Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo.
Dios permite matar animales únicamente para nuestro consumo.
No está permitido matar animales por maldad o por placer, esto es pecado ante Dios pues todo le pertenece a Él. Salmo 24:1De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.” Dios nos pedirá cuentas por esta maldad.
Proverbios 12:10 (NTV) 10 Los justos cuidan de sus animales, pero los perversos siempre son crueles.
La sangre de los animales también es apreciada para Dios...
Se derramaba para la expiación de los pecados. (Expiación significa cubrir o limpiar los pecados).
Antes de la ley, fueron muertos millones de animales limpios para expiar los pecados del pueblo, su sangre era derramada en lugar del pecado.
El animal pagaba con su vida los pecados del hombre.
Cuando Adan y Eva pecaron Dios derramó la sangre de un animal para hacerles vestiduras.
Dios aceptó el sacrificio de Abel porque había derramado la sangre del animal para expiar sus pecados.
Ahora nosotros ya no debemos hacerlo, porque Cristo se presentó como sacrificio y derramó su sangre en nuestro lugar para limpiarnos de todo pecado.
Hebreos 10:11–12Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios.
Nuestra sangre no será derramada como castigo por nuestro pecado, porque Cristo ya lo hizo por nosotros.
Por la sangre de Cristo nuestra sangre está limpia de pecado, podemos entrar confiadamente al trono de la gracia. Hebreos 4:16Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Conclusión

Dios nos manda a respetar la sangre de los animales
Jesús enseñó que: Insultar o maltratar a nuestro prójimo tiene la misma culpa que el asesinato.
Mateo 5:21–22Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.
Mateo 5:21–22 (NTV)21 »Han oído que a nuestros antepasados se les dijo: “No asesines. Si cometes asesinato quedarás sujeto a juicio”. 22 Pero yo digo: aun si te enojas con alguien, ¡quedarás sujeto a juicio! Si llamas a alguien idiota, corres peligro de que te lleven ante el tribunal; y si maldices a alguien, corres peligro de caer en los fuegos del infierno.
Por tanto, tengamos temor de Dios, prestemos oido a su Palabra y no la despreciemos, porque ahora que la hemos escuchado no tenemos excusa delante de Dios si incurrimos en la falta.
Ahora que entendemos lo valioso que es la sangre para Dios y para nosotros, debemos apreciar y valorar el sacrificio de Cristo, quien derramó su precisa sangre por amor a nosotros.
Nuestra sangre no será derramada porque Cristo lo hizo por nosotros, por tanto, debemos estar eternamente agradecidos por lo que Él hizo.
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