El fruto del arrepentimiento

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La exhortación de Juan a los fariseos y saduceos revela que la verdadera salvación se obtiene a través del reconocimiento de nuestro pecado.

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El fruto del arrepentimiento

Mateo 3:7–10
7Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 10Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.

Introducción

Juan el Bautista fue escogido por Dios para preparar el camino al Mesías. Isaías 40:3Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.
Su mensaje fue de arrepentimiento, llamaba a a las personas a abandonar el pecado y volverse a Dios.
Su mensaje exhortatívo atraía a muchas personas (soldados, publicanos, religiosos), para ser bautizados.
Nos enfocaremos en la exhortación a los fariseos y saduceos, que les dice: la verdadera manera de alcanzar la salvación no es a través de su linaje, sino a través de un genuino arrepentimiento que produce frutos.

Generación de víboras

Mateo 3:7Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?
A primera impresión las palabras de Juan parecen ofensivas.
Sin embargo, para ellos no era así.
Juan les dice que son una generación astuta como una víbora, se han aprovechado de los mandamiento para oprimir a sus seguidores, agregando exigencias que no están en los mandamientos.
Lucas 11:46Y él dijo: ¡Ay de vosotros también, intérpretes de la ley! porque cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero vosotros ni aun con un dedo las tocáis.
Quieren aparentar piedad con su vestimenta ostentosa y exhibiciones públicas de devoción. Mateo 6:16Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
La primer generación de fariseos y saduceos no eran así, ellos procuraban instruir al pueblo en la obediencia a la Palabra de Dios.
Es necesario examinar nuestras vidas para evaluar si no nos hemos extraviado del verdadero evangelio por darle lugar a sentimientos y opiniones personales.
Juan les hace ver que Dios está airado por el pecado del mundo, y que un día pedirá cuentas, y los que no hayan dado fruto serán cortados y lanzados al fuego.
Mateo 3:10Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.

Frutos de arrepentimiento

Mateo 3:8Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento
La Biblia enseña en varios pasajes la importancia de producir buen fruto para salvación.
Debemos entender cual es el verdadero fruto para salvación.
El servicio a Dios y las buenas obras son responsabilidades que debemos cumplir como cristianos, pero no son en si el fruto, aunque pueden ser el resultado del fruto.
Los fariseos y saduceos eran expertos en estos temas, por todos los medios querían aparentar una vida piadosa:
Mateo 23:27¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
Las buenas obras no pueden ser fruto porque pueden estar contaminadas de injusticia:
Isaías 64:6Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.
Los dones no pueden ser fruto porque aun Satanás puede hacer señales:
Mateo 24:24Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.
El servicio no puede ser fruto porque puede ser realizado para exaltación personal.
Mateo 7:22–2322 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
El verdadero fruto de arrepentimiento comienza con reconocer que somos pecadores, que necesitamos salvación y que solamente Cristo puede salvarnos, reconocerlo como nuestros Señor y Salvador.
Estábamos muertos pero ahora tenemos vida porque Cristo está en nosotros y nosotros en Cristo.
Por tal razón cada vez más somos transformados hasta llegar a ser con Él.
1 Juan 2:6El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo.
Nuestro carácter, conducta y personalidad debe ser como la de Cristo.
Gálatas 5:22–2322Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” El fruto evidencia una transformación genuina en el carácter, conducta y palabras. De ahí nuestro servicio y dones tienen sentido y propósito.

Falsa confianza

Mateo 3:9y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.
Los fariseos y saduceos aseguraban que eran salvos por ser descendientes de Abraham, quien había recibido la promesa de ser padre de un pueblo escogido.
Juan les dice, no pongas tu esperanza en tu raza, pues esa también está contaminada de pecado.
Aun hoy día hay personas que ponen su confianza en su religión, denominación, obras, títulos, familia, aun en su propia justicia.
El único que puede darte salvación es Cristo. Hechos de los Apóstoles 4:12Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Conclusión

Los fariseos y saduceos en general, no eran malas personas, hacían bien al pueblo enseñando la ley, ayudando al pobre y cumpliendo con sus diezmos y ofrendas.
El gran error de ellos fue que siempre se aferraron a sus méritos para buscar la salvación, por tal razón perecieron.
Pablo tenía muchos méritos personales porque gloriarse, pero todo eso lo consideró basura por amor a Cristo:
Filipenses 3:4–74Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: 5circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; 6en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. 7Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
El mensaje para nosotros es que reconozcamos que somos pecadores, que nos arrepintamos y vivamos para Cristo.
Hoy en día aun es vigente ese mensaje: Hechos 3:19Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,
No confundamos el fruto del arrepentimiento con grandes logros, el verdadero fruto es la manifestación de un carácter como el de Cristo.
1 Corintios 13:1–31Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
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