Un llamado irresistible
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· 6 viewsLa aparición de Jesús en el mar de Galilea corrigió el rumbo de los discípulos a retomar su posición como siervos de Dios.
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Un llamado irresistible
Un llamado irresistible
Juan 21:1–8
1Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera: 2Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos. 3Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada.
4Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús. 5Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. 6El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces. 7Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar. 8Y los otros discípulos vinieron con la barca, arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos.”
Introducción
Introducción
A pesar de que Jesús se había aparecido a ellos desde el día que resucitó, no comprendían aun que debían continuar con el ministerio que les encomendó.
Las fuertes emociones que experimentaban les impedía tener claridad del llamado y comisión del Señor.
En algún momento de estos 40 días entre la resurrección de Cristo y su ascensión al cielo, los discípulos decidieron volver a su antiguo oficio, pretendiendo olvidar el llamado de Jesús: Mateo 4:19 “Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.”
Sin embargo, cuando Dios llama, es muy difícil escapar de su llamado, lo vemos en Jonás.
Los planes humanos
Los planes humanos
Juan 21:3 “Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada.”
Los discípulos eran hombres activos, no eran ociosos. Pensando que todo avía acabado, decidieron ocuparse en lo que sabían hacer, pues no tenían claro que iba a suceder ahora.
Fueron 50 días que esperaron para recibir la promesa del Espíritu Santo que les daría la fuerza, valor y convicción para cumplir la encomienda del Señor, realizar la obra misionera.
Jesús les había ordenado volver a Galilea y esperar. Marcos 16:7 “Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.”
En algún momento consideraron que no era bueno estar ociosos y movidos por el sentido de responsabilidad decidieron ocuparse en su antiguo oficio.
Aunque eran pescadores experimentados, esa noche no pescaron nada. Situación que agravaba su crisis emocional.
Es muy probable que Dios no lo permitió para que no olvidaran su llamado.
Es importante ser personas responsables, ocuparnos y trabajar, pero siempre conducirnos por la voluntad de Dios, pues podemos tener buenas intenciones de trabajar, pero fuera del propósito de Dios no será prosperado.
Deuteronomio 32:15 “Pero engordó Jesurún, y tiró coces (Engordaste, te cubriste de grasa); Entonces abandonó al Dios que lo hizo, Y menospreció la Roca de su salvación.”
Llamado amoroso
Llamado amoroso
Juan 21:4-5 “4Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús. 5Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No.”
Cuando Judas traicionó a Jesús, la noche había caído, las tinieblas cubrían la tierra, esto simbolizaba las tinieblas que cubrían los corazones de los discípulos, que desconsolados y desconcertados buscaban respuestas.
Pero el texto nos dice Cuando iba amaneciendo se presentó Jesús.
Esto simboliza el amanecer para los discípulos. Salmo 30:5 “Porque un momento será su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, Y a la mañana vendrá la alegría.”
Amanecía y una dulce voz pregunta por su bienestar: “...Hijitos ¿tenéis algo de comer?...”, Jesús pregunta si habían logrado sustentar su necesidad.
cuando alguien se preocupa de nosotros, trae consuelo.
No solamente los consoló con sus palabras, además hizo un milagro para levantarles el ánimo. Un milagro que señalaba a Jesús como el proveedor.
Juan 21:6 “El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.”
El desánimo se convirtió en alegría y emoción. No regresarían avergonzados a la orilla, podían contar a sus familiares y amigos que tuvieron éxito.
¿Qué hacían ahora con este éxito?
La pasión y reverencia de Pedro
La pasión y reverencia de Pedro
Juan 21:7 “Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar.”
El discípulo amado es el apóstol Juan, es el primero en conocer a Jesús.
El corazón de Pedro se aceleró, ya no le importaba la prosperidad de la pesca, no estaba interesado en el éxito material.
Su amor por Jesús le hizo, nuevamente, abandonar todo y acudir a su encuentro, recordando sus Palabras:
Mateo 16:24 “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.”
En esa época, los griegos se desvestían para competir en eventos olímpicos, pero para los judíos era una falta moral descubrirse en público.
Por tal razón Pedro, que estaba descubierto de su torso, sin importar si mojaba su ropa, se viste para ir al encuentro con Jesús, demostrando un gran respeto y reverencia por su Señor.
Ese es el tipo de respeto que debemos mostrar al Señor, pues somos templo y morada del Espíritu Santo.
Los ángeles se cubren por la presencia de Dios:
Isaías 6:1–3 “1En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 2Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.”
Conclusión
Conclusión
El cristiano enfrentará desánimos que querrán desviarlo del camino de la fe.
Pero el buen pastor irá a nuestro encuentro, con amor nos hará volver a su redil, Dios lo hará con amor, convenciéndonos con su bondad: Jeremías 20:7 “Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí.” Seducir de persuadir.
Oseas 11:4 “Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.”
Dios está más interesado en mostrar su misericordia que su severidad.
Antes de mostrar sus severidad, Dios mostrará su misericordia.
Salmo 103:8 “Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia.”
Cuando te sientes desanimado, El Espíritu Santo obrará en tu corazón atrayendo nuevamente a Él. No resistas a su amor, Él quiere consolarte, bendecirte y animarte.