Bartimeo
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· 240 viewsLa sanidad del ciego Bartimeo es una figura de la necesidad del hombre de recobrar la vista espiritual para que pueda ver la luz de Cristo.
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Bartimeo
Bartimeo
Marcos 10:46–52
“46Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. 47Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! 48Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. 50El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. 52Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.”
Introducción
Introducción
Jesús residía en Galilea donde expandió su ministerio a las regiones vecinas incluyendo Judea.
Cuando llegó el tiempo de entregar su vida en la cruz, con valentía se encaminó de Galilea a Jerusalén, por la ruta de Jericó.
Jericó fue la primera en ser destruida por Josué y reedificada bajo maldición:
Josué 6:26 “En aquel tiempo hizo Josué un juramento, diciendo: Maldito delante de Jehová el hombre que se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó. Sobre su primogénito eche los cimientos de ella, y sobre su hijo menor asiente sus puertas.”
1 Reyes 16:34 “En su tiempo Hiel de Bet-el reedificó a Jericó. A precio de la vida de Abiram su primogénito echó el cimiento, y a precio de la vida de Segub su hijo menor puso sus puertas, conforme a la palabra que Jehová había hablado por Josué hijo de Nun.”
En esta ciudad habitaba Bartimeo, que ademas era ciego.
Es necesario reconocer que nuestra tierra ha sido contaminada con maldición debido a la idolatría y culto pagano desde tiempos antiguos, por lo tanto es muy necesario clamar por la sanidad y salvación de nuestra tierra.
Pero en el relato de su camino a su pasión y muerte, encontramos uno de los últimos milagros de sanidad de su ministerio.
Debido a que se acercaba la fiesta de la pascua, multitudes se dirigían a Jerusalén, en el camino estaba pidiendo limosna el ciego Bartimeo, que su nombre significa hijo de Timeo, pedía limosna.
Condición de Bartimeo
Condición de Bartimeo
Marcos 10:46 “Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.”
Debemos considerar la condición lamentable de Bartimeo, vivía en una ciudad reconstruida bajo maldición,
Su condición de ciego le hacía despreciable a la sociedad, creían que los incapacitados sufrían la maldición de su pecado, por tal razón Bartimeo tenía que pedir limosna para vivir pues nadie le ofrecería trabajo, mucho menos recibirlo en su casa.
Jesús nos enseña lo contrario: Lucas 14:13-14 “Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos.”
La condición de Bartimeo era triste, debía de sufrir mucho dolor en su corazón por los desprecios y las humillaciones. Nadie daba nada por Bartimeo.
Así es el hombre sin Cristo, valorado únicamente por sus posición social o económica, pero con una gran necesidad de ser aceptado por lo que es y no por lo que tiene.
Solo Cristo nos acepta a pesar de nuestras imperfecciones y fallos.
Clamor
Clamor
Marcos 10:47 “Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!”
Bartimeo había escuchado de Jesús y había creído en Él: Romanos 10:14 “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?”
La fe de Bartimeo fue tan grande de tal manera que comenzó a clamar como un bebé hambriento por la misericordia de Jesús: “...¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!...” 1 Pedro 2:2 “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,”
la gente lo reprende
la gente lo reprende
Pero la sociedad, que no toleraba a los ciegos, lo querían hacer callar:
Marcos 10:48 “Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!”
La gran necesidad de Bartimeo combinada con su grande fe en Jesús, sabiendo que no podía perder esta oportunidad, (pues literalmente ya no volvería a tener la oportunidad de encontrarse con Jesús), le hacían ignorar los insultos, desprecios y desánimos, con más insistencia clamaba en alta voz.
Si has tenido un verdadero encuentro con Jesucristo, nada ni nadie podrá apartarte de Él ni debilitar tu fe: Romanos 8:35 “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?”
Las circunstancias, las palabras de desánimo, las burlas y los rechazos son armas del enemigo para hacerte desistir de tu clamor, pon tu mirada en Jesús y no prestes atención a nada más.
Jesús lo llama
Jesús lo llama
El clamor insistente de Bartimeo dio fruto:
Marcos 10:49 “Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.”
El Señor está atento a nuestro clamor sincero, no tardará en respondernos:
Lucas 18:7 “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?”
Ahora aquellas personas que lo querían hacer calla ahora lo anima a ir “...y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.”
El Señor gozaba de respeto y admiración de las multitudes, por eso cuando se dan cuenta que está dispuesto a atender a un despreciado ciego, se admiran y respetan al ciego que antes despreciaba.
Es un privilegio ser llamado por el Señor, su llamado nos corona de honra delante de los hombres. Salmo 3:3 “Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.”
La fe salvadora
La fe salvadora
Marcos 10:50-52 “50El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. 52Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.”
El llamado de Jesús significaba para Bartimeo una esperanza gloriosa, un camino sin retorno.
Se deshizo de su capa que lo identificaba como mendigo, donde también tenía guardado el dinero de sus limosnas, aun no había sido sanado pero sabía que no lo necesitaría más.
El Señor pregunta: “¿Qué quieres que te haga?”, a lo que responde claramente: “Que recobre la vista”
El Señor honró su fe, inmediatamente fue sanado, la palabra griega “sesóke” es utilizada para sanar como también para salvar.
El Señor estaba sanado a Bartimeo como también salvando.
Conclusión
Conclusión
Tomemos el milagro de Bartimeo como una figura espiritual, en la que nosotros ahora necesitamos ser libres de la ceguera espiritual. 2 Corintios 4:4 “en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.”
Esto significa ceguera en nuestro entendimiento para no comprender nuestra condición de pecado, nuestra necesidad de salvación y el amor de Cristo al derramar su sangre por nuestros pecados.
Hechos 26:18 “para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.”
No le clames por una bendición material, estas ya están garantizadas para los que le temen: Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
Clámale para que tus ojos espirituales siempre estén abiertos, puedas comprender su voluntad y conducirte por el camino de santidad a la salvación.
El texto termina: Marcos 10:52 “...y seguía a Jesús en el camino.”
El camino que Jesús seguía fue el camino a la cruz, por amor a nosotros.