EL REY Y SEÑOR DE DAVID

Evangelio según San Marcos  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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1 UNA ACLARACIÓN NECESARIA.
2 ¿HIJO O SEÑOR?
Intro.
En el último pasaje, después de que Jesús hablara con el escriba sobre el principal mandamiento, y decirle que no estaba muy lejos de ese reino. Hoy nos da un poco más de pista de como es ese Reino, ¿quién es el rey y Señor de ese Reino?
Muchos judíos, tenían una mala perspectiva sobre el Reino de Dios, tenían a David como el rey ideal y deseaban que volviera el hijo de David para liberarlos del yugo romano.
Pero esto no es así, era más una leyenda popular, llena de folclor y fantasía.
Pues no estamos muy lejos cuando nosotros nos apartamos la mirada de la Biblia y miramos más a otras cosas, como las tradiciones extra bíblicas, las leyendas urbanas y supersticiones.
Por eso debemos conocer bien, tal como el se muestra en las Escrituras, a Cristo.
Como cristianos, si queremos indentificarnos con Cristo, debemos conocerlo bien.. Esta predicación será muy buena para ese objetivo..
¿Quién es Cristo? ¿Qué quiere decir Cristo con este pasaje? ¿Quién es el Rey del Reino? ¿Quién reina tu corazón?

1. UNA ACLARACIÓN NECESARIA

a) Explicar el contexto. El pueblo judío esperaba el descendiente de David.
Los judíos tenían a la esperanza de que llegara el hijo de David, algunos si creían que era Jesús cuandio le aclamaron en la entrada tirunfal de Jerusalén
Marcos 11:9–10 LBLA
9 Los que iban delante y los que le seguían, gritaban: ¡Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del Señor; 10 Bendito el reino de nuestro padre David que viene; ¡Hosanna en las alturas!
Pero ellos en general, tenían una concepción errónea de ese nombre. Lo clamaban como el hijo de David, pero días despúes ellos mismo clamarían «Crucificale» porque les decepcionó por la concepción que ellos tenían de mesías, vieron en Jesús un fraude, cuando realmente era el Cristo.
Pero volviendo al Hijo de David…
“Hijo de David” aparece por primera vez como título mesiánico en el siglo primero a.C. Salmos de Salomón (17:21) y se convirtió en el título favorito para el Mesías en el judaísmo rabínico.4 El grito de Bartimeo en 10:47–48, junto con el grito de la multitud a la entrada de Jesús en Jerusalén (“¡Bendito es el reino venidero de nuestro padre David!” 11:10), ilustra que el título se estaba utilizando para hacer referencia al Mesías en los tiempos de Jesús.5
Y como decimos…
No figura como tal en los textos del AT; sin embargo, toda la tradición ve al Mesías como aquel que nacerá de la «casa de David», conforme a la profecía de Natán (2 Sam. 7:13–16) y de aquellas otras que anunciaban el dominio firme y glorioso de un davídida (Is. 9:7; Jer. 23:5; Am. 9:11).
b) La promesa de reino a David.
Obviamente no es secreto que había una promesa de Dios sobre el Rey Mesías…
2º Samuel 7:13–16 LBLA
13 “El edificará casa a mi nombre, y yo estableceré el trono de su reino para siempre. 14 “Yo seré padre para él y él será hijo para mí. Cuando cometa iniquidad, lo corregiré con vara de hombres y con azotes de hijos de hombres, 15 pero mi misericordia no se apartará de él, como la aparté de Saúl a quien quité de delante de ti. 16 “Tu casa y tu reino permanecerán para siempre delante de mí; tu trono será establecido para siempre”».
Pero esto es facil de entender para aquellos que les ha sido revelado por Dios, otros verían un reino terrenal libertador y no la profundidad real de este Reino.
Pero estar gozoso, porque Dios en su voluntad te ha revelado el Reino, eres parte de ese Reino…
Lucas 12:32 LBLA
32 No temas, rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha decidido daros el reino.
Pero cuidado, esa promesa puede ser desvirtuada en nuestra mente si apartamos la vista del foco principal, Cristo. Cristo es el protagonista de la historia de salvación y de su Reino.
Por lo tanto, yendo al segundo punto, cabe preguntarse...

2. ¿HIJO O SEÑOR?

Aunque ya he dado diversas pistas, eran necesario que Cristo hiciera esta aclaración, para aquel que tenía o tiene que entender que entienda.
Marcos 12:35–37 LBLA
35 Y tomando la palabra, Jesús decía mientras enseñaba en el templo: ¿Por qué dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? 36 David mismo dijo por el Espíritu Santo: «El Señor dijo a mi Señor: “siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies”». 37 David mismo le llama «Señor». ¿En qué sentido es, pues, su hijo? Y la gran multitud le escuchaba con gusto.
¿Qué quiere decir Cristo mencionando el salmo 110?
Salmo 110 LBLA
Salmo de David. 1 Dice el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. 2 El Señor extenderá desde Sión tu poderoso cetro, diciendo: Domina en medio de tus enemigos. 3 Tu pueblo se ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder; en el esplendor de la santidad, desde el seno de la aurora; tu juventud es para ti como el rocío. 4 El Señor ha jurado y no se retractará: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. 5 El Señor está a tu diestra; quebrantará reyes en el día de su ira. 6 Juzgará entre las naciones, las llenará de cadáveres, quebrantará cabezas sobre la ancha tierra. 7 Beberá del arroyo en el camino; por tanto Él levantará la cabeza.
Vamos a ir poco a poco…
a) Cristo «hijo de David»
Ya hemos leído anteriormente la promesa del Reino davidico eterno.
Pero si el hijo de David murió, su reino ya no se daba… ¿A qué se refiere Dios con un reino eterno?
Génesis 49:8–12 LBLA
8 A ti Judá, te alabarán tus hermanos; tu mano en la cerviz de tus enemigos; se inclinarán a ti los hijos de tu padre. 9 Cachorro de león es Judá; de la presa, hijo mío, has subido. Se agazapa, se echa como león, o como leona, ¿quién lo despertará? 10 El cetro no se apartará de Judá, ni la vara de gobernante de entre sus pies, hasta que venga Siloh, y a él sea dada la obediencia de los pueblos. 11 Él ata a la vid su pollino, y a la mejor cepa el hijo de su asna; él lava en vino sus vestiduras, y en la sangre de las uvas su manto. 12 Sus ojos están apagados por el vino, y sus dientes blancos por la leche.
También hay otros texto en el AT
Isaías 9:7 LBLA
7 El aumento de su soberanía y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre su reino, para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia desde entonces y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará esto.
Jeremías 23:5 LBLA
5 He aquí, vienen días—declara el Señor— en que levantaré a David un Renuevo justo; y Él reinará como rey, actuará sabiamente, y practicará el derecho y la justicia en la tierra.
Amós 9:11 LBLA
11 En aquel día levantaré el tabernáculo caído de David, repararé sus brechas, levantaré sus ruinas, y la reedificaré como en tiempo pasado,
Obviamente, es cierto que aquí se refiera al mésias como descendiente de David.
Las dos geneaología tanto la de Mateo (José) Lucas (María), nos dicen las dos eran descendientes de David, por lo tanto en la carne, Jesús, por lo tanto el mesías, era descendiente de David…
Y Aunque “hijo de David” no es un título mesiánico en el AT, es conceptualmente paralelo a los títulos que hacen referencia a su linaje, como “descendiente,” “retoño,” y “vástago.”
¿Pero que quieres decir Cristo con este salmo?
b) Cristo «Hijo de Dios».
Jesús habla en esta salmo 110, que es un salmo mesianico, y pone las cosas en su sitio, trata de dar luz en la ignorancia de la supertición y el folclor.
c. Jesús afirma aquí que el Salmo 110 es un salmo mesiánico. Así fue considerado también por Pedro (Hch. 2:34, 35), por Pablo (1 Co. 15:25), y por el escritor de la Epístola a los hebreos (1:13; cf. 10:13).595
Por lo tanto, habla del meesías, el Hijo de Dios.
Ya lo vemos en el credo apostólico que recitamos congregacionalmente cada mes:
Creo en Dios Padre omnipotente, creador del cielo y de la tierra, y en Jesucristo, su Hijo único, Señor nuestro, que fue concebido del Espíritu Santo, nació de María virgen,
«El Hijo único de Dios»
Como dice el apóstol Pablo
Romanos 1:1–6 LBLA
1 Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, 2 que Él ya había prometido por medio de sus profetas en las santas Escrituras, 3 acerca de su Hijo, que nació de la descendencia de David según la carne, 4 y que fue declarado Hijo de Dios con poder, conforme al Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos: nuestro Señor Jesucristo, 5 por medio de quien hemos recibido la gracia y el apostolado para promover la obediencia a la fe entre todos los gentiles, por amor a su nombre; 6 entre los cuales estáis también vosotros, llamados de Jesucristo;
Volviendo al Salmo:
El Señor dijo a mi Señor
d. En este salmo, David hace una distinción entre YHWH (Jehová) y ʹAdonai. De manera que, YHWH está hablando al ʹAdonai de David; o, si se prefiere, Dios está hablando al Mediador. Le está prometiendo al Mediador tal preeminencia, poder, autoridad y majestad que sólo es adecuada para Alguien que, en cuanto a su persona, es Dios desde la eternidad, ahora y para siempre. Véase Ef. 1:20–23; Fil. 2:5–11; Heb. 2:9; Ap. 5:1–10; 12:5.
3068. יְהוָֹה Yejová; de 1961; (el) auto Existente o Eterno; Jehová, nombre nacional
judío de Dios:—Jehová, el Señor. Comp. 3050, 3069.
113. אָדוֹן adón; o (abr
אָדֹן adón; de una raíz que no se usa (que sign. gobernar); soberano, i.e.
controlador (humano o divino):—amo, dueño, señor. Comp. también los
nombres que empiezan con «Adoni-».
Sientate a mi diestra
El Hijo de David es el hijo de Dios. En consecuencia, cuando Jesús dice, “¿Cómo pueden decir los escribas que el Cristo es el Hijo de David?”, lo que quiere decir es, “¿Cómo pueden decir que el Cristo es tan sólo hijo de David?” Después de todo, él no sólo es hombre; ¡también es Dios!
Por la enseñanza del Antiguo Testamento, los escribas deberían haber tenido esta idea bien clara.
c) Cristo más grande qeu David.
Cristo aunque era descendiente de David, no era un simple hijo, el es más grande que David.
Si David eran tan admirado y respetado por lso judíos, Cristo como Dios, dedía y debe ser adorado.
Pues Cristo es Dios, y no hay nada que no se someta a su poder.
Hebreos 1:5–14 LBLA
5 Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy; y otra vez: Yo seré Padre para Él, y Él será Hijo para mí? 6 Y de nuevo, cuando trae al Primogénito al mundo, dice: Y adórenle todos los ángeles de Dios. 7 Y de los ángeles dice: El que hace a sus angeles, espiritus, y a sus ministros, llama de fuego. 8 Pero del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos, y cetro de equidad es el cetro de tu reino. 9 Has amado la justicia y aborrecido la iniquidad; por lo cual Dios, tu Dios, te ha ungido con oleo de alegría más que a tus compañeros. 10 Y: , Señor, en el principio pusiste los cimientos de la tierra, y los cielos son obra de tus manos; 11 Ellos perecerán, pero tú permaneces; y todos ellos como una vestidura se envejecerán, 12 y como un manto los enrollarás; como una vestidura serán mudados. Pero tú eres el mismo, y tus años no tendrán fin. 13 Pero, ¿a cuál de los ángeles ha dicho jamás: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? 14 ¿No son todos ellos espíritus ministradores, enviados para servir por causa de los que heredarán la salvación?
Este episodio comparte con el anterior el énfasis sobre la superior sabiduría y conocimiento de Jesús. Teológicamente, es principalmente cristológico. Jesús es desde luego el Hijo de David, el rey mesiánico de la línea de David que cumplirá las promesas de las Escrituras hebreas (cf. Is 11:1–9). Pero es mucho más que el Hijo de David: es el Hijo de Dios y el Señor de todo.
Que Jesús sea Señor e Hijo de Dios tiene profundas implicaciones para los cristianos. Declarar que Jesús es Señor en los tiempos de Marcos se podía considerar sedición, ya que sólo César era “el Señor de todo.” Al igual que muchos judíos a lo largo de la historia murieron con el shemá en sus labios (ver sobre 12:29–30), así muchos cristianos murieron con el grito de “Jesús es el Señor” en la boca; y como su esperanza de reivindicación.
Que realmente Cristo sea neustro Señor y que no haya ninguna cosa en nuestro corazón a su altura, ningún afecto, ningún amor, ningúna cosa, ninguna persona.
CONCLUSIÓN
- David, que era muy importante para el pueblo judío, era la sombra de lo que había de venir.
- Un mejor y más grande «David», un Rey eterno, es el centro de toda la revelación, de la promesa que hizo Dios a David.
Si, Cristo descendiente en la carne de David, pero Señor de David, aquí entra en juego el misterio de la unión hipostática, es decir: Cristo es plenamente hombre y plenamente Dios.
Dejemos de mirar a otros reyes, y poner nuestra confienza en ellos, sino que pongamos la confianza en el mejor y mayor Rey, El Rey de Reyes y Señor de Señores. Pase lo que pase en este día, en esta tierra, Él siempre es el Rey y seguira siendo Rey para toda la eternidad.
Termino con la parte final del credo de Atanasio, donde resume esta preciosa doctina y nos habla de quien es Cristo…
«Pero es necesario para la eterna salvación creer también fielmente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo. Es, pues, fe recta que creamos y confesemos que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es [igualmente] Dios y hombre; es Dios engendrado de la sustancia del Padre antes de los siglos, y es hombre nacido de la sustancia de la madre en el tiempo; perfecto Dios, perfecto hombre, subsistente de alma racional y de carne humana; igual al Padre según la divinidad, menor que el Padre según la humanidad. Mas aun cuando sea Dios y hombre, no son dos, sino un solo Cristo; y uno solo no por la conversión de la divinidad en la carne, sino por la asunción de la humanidad en Dios; uno absolutamente, no por confusión de la sustancia, sino por la unidad de la persona. Porque a la manera que el alma racional y la carne es un solo hombre; así Dios y el hombre son un solo Cristo. El cual padeció por nuestra salvación, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos, está sentado a la diestra de Dios Padre, desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. A su venida todos los hombres han de resucitar con sus cuerpos y dar cuenta de sus propios actos; y los que hicieron el bien, irán a la vida eterna; los que, en cambio, el mal, al fuego eterno.
Esta es la fe católica: todo el que no la creyere fiel y firmemente, no podrá salvarse.»
Mateo 3:17 LBLA
17 Y he aquí, se oyó una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido.
Adoremos a Dios.
Que Dios bendifga su Palabra.
ORACIÓN FINAL
Señor Dios y Padre celestial, te pedimos que nos conceda la sabiduria para que podamos vivir de una manera racional la fe que tu nos has dado. Que vemaos a tu Hijo como quien es realmente, nuestro Señor y Rey, para que cada día nuestro corazón se humille ante su trono y vivamos poniendo la confianza en Él y en su obra. Todo esto te lo pedimos por medio de Nuestro Señor Jesucristo, que vive y Reina por los siglos de siglos. Amén.
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo, sea con todos vosotros. Amén.
Bendigamos al Señor, demos gracias a Dios.
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