Conociendo su Santidad
Conociendo al Dios que adoramos • Sermon • Submitted • Presented
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Introducción.
Introducción.
La Santidad es considerado el atributo central de todos los atributos divinos.
La Santidad es el atributo por el cual Dios quiso que se le conociera en el A.T.
Entender la santidad de Dios es la clave para entender los demás atributos, por ejemplo su amor y su justicia, entender también la condición del hombre y el sacrificio de su hijo Jesucristo en la cruz.
Sólo Dios es infinita, independiente e inmutablemente santo.
En 1827, la viuda y amigos del fallecido pastor anglicano, Reginald Heber, publicaron 57 de sus himnos como tributo a su memoria. Entre esos himnos estaba uno de los más valiosos que el mundo cristiano conoce: el trisagio Santo, Santo, Santo.
Este himno se ha entonado por miles de creyentes alrededor del mundo, y estoy casi seguro de que también lo has cantado en algún momento de tu vida cristiana.
Lamentablemente, la forma en que viven y piensan muchos cristianos que han cantado este himno apunta a un escaso entendimiento de lo que es la santidad de Dios. En otras palabras, nuestra generación actual parece no entender la santidad que canta.
I. La santidad es la esencia de Su naturaleza.
I. La santidad es la esencia de Su naturaleza.
En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.. Is 6.3
Significado de la palabra “santo”
Isaías nos revela algo que pocas veces ocurre en la Escritura: nos muestra la palabra, santo, siendo elevada a un grado máximo de importancia.
La raíz hebrea qad es la que se encuentre en la palabra santidad; significa “cortar”, “separar”, o “apartar”, “consagrar”.
La santidad de Dios es perfecta pureza.
Dios está absoluta y eternamente apartado de todo pecado e impureza moral.
Esta gloriosa perfección es tan pura que su fulgor llevó a los serafines, en Isaías 6, a cubrirse el rostro con sus alas. Dicho de otra forma, la luz de la santidad es tan intensa e inaccesible que no puede ser vista, incluso por seres libres de pecado como los ángeles.
También tenían que cubrir los pies reconociendo que eran criaturas en la exaltada presencia de Dios.
Pablo lo expreso de la misma manera cuando escribe a Timoteo..
el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. 1 Tim 6.16
La repuesta del hombre a la santidad de Dios.
La respuesta debe ser un efecto temeroso, ya que nos lleva a reconocer sin lugar a duda nuestra pecaminosidad, que nos debe guiar al arrepentimiento.
Esto fue el temor de Isaías cuando experimentó la santidad de Dios...
Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. Is 6.5-7
Cuando usted entiende la santidad de Dios, reconocerá cuan lejos está de su perfección y entenderá la necesidad apremiante de arrepentimiento y de apartarse de inmediato del pecado.
II. Su santidad demanda separación y castigo.
II. Su santidad demanda separación y castigo.
Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; Rom 1.18
El hombre ha ofendido y sigue ofendiendo la santidad de Dios.
Por eso la idea de un Dios santo es algo que el mundo detesta. No hay otro atributo divino que más odie el mundo que la verdad de un Dios santo.
La razón es simple: la humanidad no quiere vivir bajo un estándar de pureza moral:
-No quieren oír textos como: “sed santos, porque Yo soy santo (1 P. 1:16).
La ira de Dios contra el hombre pecador esta relacionada directamente con su santidad.
Su ira es indignación por la rebeldía del hombre.
Cualquier otra disposición sería negar Su naturaleza santa.
Si no aborreciera el pecado, ¿qué significaría? ¿Que lo acepta y lo tolera? ¿Que le disgusta, pero lo consiente? ¿Que le es indiferente? Cualquier otra actitud de parte de Dios que no fuera el odio y el alejamiento del pecado conllevaría que Él no es intrínsecamente santo, recto y justo; por tanto, no sería Dios.
Separación; Viendo el pecado cómo Dios lo ve.
Si vemos a alguien que miente no pensaríamos que es tan malo porque nosotros también mentimos. Pero cuando vemos un asesino inmediatamente pensamos que es alguien malo.
Esto se debe al hecho que esa persona hizo algo que yo no hago y es por eso que lo vemos con desagrado y de seguro estamos de acuerdo con que merece un castigo.
Sin embargo Dios que ha dicho «no matarás» (porque Él nos garantiza la vida) es el mismo que dijo «no mentirás» (porque Él quiere garantizar la verdad, porque Él es verdad). Así que para Dios el asesinato y la mentira son igualmente pecado y merecen el castigo.
Castigo: el justo pago en la cruz.
Si había algún momento para que la justicia de Dios fuera más flexible era cuando Dios iba a castigar a su Hijo por nuestros pecados. Era el momento de hacer el castigo menos severo, más permisivo. Pero ni aun allí ocurrió de esa manera, sino que la ira de Dios fue sobre el bendito y santo Hijo de Dios. Is 53.6
III. Su santidad demanda una provisión y condición.
III. Su santidad demanda una provisión y condición.
Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona. Lev 17.11
Levítico es un libro sangriento. Usted lee y rápidamente se encuentra envuelto en sangre, sacrificios y ofrendas. Hay derramamiento de sangre y esparcimiento de sangre sobre altares y velos.
No es nada agradable pero nunca este libro pretende ser agradable. Sino más bien procura pintar un cuadro de lo espantoso que son las consecuencias del pecado.
Ilustra la separación de un Dios santo.
Tan grande es la santidad de nuestro Dios y tan grande la profundidad del pecado que un velo se colocó en el templo, un velo que significaba la separación de Dios y el hombre.
Condición; derramamiento de sangre.
En las escrituras, el significado de la palabra "expiación" es la ofrenda de un sacrificio sangriento..
La palabra "expiar" tiene el significado de "tirar," "borrar," "cubrir." A también se traduce cómo "olvidar," "perdonar," y "reconciliar."
Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. Heb 9.22
La expiación se hace necesaria debido al pecado en el hombre. Dios es un Dios Santo y Él no puede ver sobre nuestro pecado.
Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; Hab 1.13
Provisión; Satisfacción completa por medio de la sangre de Cristo.
Los sacrificios del antiguo testamento en conjunto encuentran su cumplimiento en la sangre de Cristo y en su muerte sacrificaría
Cuando veo los efectos del pecado en mi vida y en otros, entonces
entiendo por qué la ira de Dios fue descargada sobre Cristo,
entiendo el porqué Jesús tuvo que venir a la tierra a ocupar mi lugar,
entiendo el precio que Él tuvo que pagar y el valor de la salvación para mi vida.
Ahora yo soy declarado santo por la vida santa que Cristo vivió y por medio de Él he adquirido este estado. ¡Gloria a Dios!, sin embargo la santidad también es un mandato que estoy llamado a obedecer
sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. 1 Pedro 1.15-16
Conclución
Conclución
La buena noticia es que sí hay esperanza. Dios, en su infinita gracia, mandó a su Hijo Jesucristo a este mundo para que pudiera cargar con el pecado del ser humano y así recibir la ira que el hombre merece por su pecado. Ya que Cristo pagó la deuda del pecado de sus hijos, Dios perdona sus pecados y promete hacerlos partícipes de su santidad (2 P. 1:4).
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. 2 Cor 7.1