Primer éxito de Saúl

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La coronación de Saúl como rey fue oportuna para librar a los de Jabes de Galaad de los amonitas.

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Primer éxito de Saúl

1 Samuel 11:1–7
1Después subió Nahas amonita, y acampó contra Jabes de Galaad. Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: Haz alianza con nosotros, y te serviremos. 2Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel. 3Entonces los ancianos de Jabes le dijeron: Danos siete días, para que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel; y si no hay nadie que nos defienda, saldremos a ti. 4Llegando los mensajeros a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo alzó su voz y lloró.
5Y he aquí Saúl que venía del campo, tras los bueyes; y dijo Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que llora? Y le contaron las palabras de los hombres de Jabes. 6Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder; y él se encendió en ira en gran manera. 7Y tomando un par de bueyes, los cortó en trozos y los envió por todo el territorio de Israel por medio de mensajeros, diciendo: Así se hará con los bueyes del que no saliere en pos de Saúl y en pos de Samuel. Y cayó temor de Jehová sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre.

Introducción

Israel ya tenía lo que quería, un rey como las demás naciones, sin embargo, aun no estaban totalmente convencidos de que Saúl sería el rey deseado, aun Saúl no lo crecía pues todo seguía igual en el pueblo y en la casa de Saúl.
No había palacio, trono o corona.
Después que Samuel presenta a Saúl como rey, algunos trajeron presentes pero otros lo despreciaron, al final cada quien se fue a su casa:
1 Samuel 10:26Y envió Samuel a todo el pueblo cada uno a su casa. Saúl también se fue a su casa en Gabaa, y fueron con él los hombres de guerra cuyos corazones Dios había tocado.
Debía presentarse una crisis para demostrar que Dios no se había equivocado al escoger a Saúl.
Así en nuestra vida, las crisis vienen para probar nuestro llamado y nuestra fe (para darle uso y conocer quien es Dios).

La amenaza

1 Samuel 11:1-21Después subió Nahas amonita, y acampó contra Jabes de Galaad. Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: Haz alianza con nosotros, y te serviremos. 2Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel.
Los amonitas descendían de Lot, sobrino de Abraham, quienes habitaban al oriente de Israel, lo que hoy es Jordania.
Nahas rey de los amonitas, que su nombre significa “serpiente”, amenazó a los habitantes de Jabes, un pueblo de la tribu de Gad en el territorio de Galaad. Jabes de Galaad significa “monte del testimonio”.
Los de Jabes al verse amenazados quisieron hacer alianza con sus enemigos, “...Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: Haz alianza con nosotros, y te serviremos...
Nahas respondió: “...Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel...” (poner en ridículo a Israel)
La exigencia de Nahas tenía propósito, pues los guerreros con su mano izquierda tomaban el escudo que les cubría el ojo izquierdo, con su mano derecha el arma y usaban la visión del ojo derecho para pelear.
Cuando nos sentimos amenazados por el enemigo nos sentimos tentados a hacer alianzas con él, pero esto nos costará un ojo de la cara.
Nunca será buena idea hacer alianzas con el enemigo pues procurará dejarnos incapacitados de nuestra visión espiritual, estaremos ciegos a la contaminación del pecado.

La humildad de Saúl

Mientras esto sucedía en Galaad, Saúl seguía con su vida cotidiana, trabajando como jornalero en las tierras de su padre, sin recibir ninguno honor real.
1 Samuel 11:3-53Entonces los ancianos de Jabes le dijeron: Danos siete días, para que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel; y si no hay nadie que nos defienda, saldremos a ti. 4Llegando los mensajeros a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo alzó su voz y lloró. 5Y he aquí Saúl que venía del campo, tras los bueyes; y dijo Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que llora? Y le contaron las palabras de los hombres de Jabes.
La gente no fue a Saúl para pedir ayuda, sino que lo declararon, como una queja al pueblo. Saúl se enteró por boca de otros.
El éxito de los primeros años de gobierno de Saúl fue debido a que se identificaba con el pueblo, sentía lo que el pueblo sentía, convivía con ellos y se sentía parte de ellos.
Todo cambió cuando se sintió superior a los demás. Este es el gran problema del ser humano, afecta su carácter sentirse con poder y autoridad.

La actitud de Saúl

1 Samuel 11:6-76Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder; y él se encendió en ira en gran manera. 7Y tomando un par de bueyes, los cortó en trozos y los envió por todo el territorio de Israel por medio de mensajeros, diciendo: Así se hará con los bueyes del que no saliere en pos de Saúl y en pos de Samuel. Y cayó temor de Jehová sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre.
Saúl había sido ungido y había cambiado por el Espíritu Santo.
Al escuchar lo sucedido, el Espíritu Santo vino sobre él, capacitándolo para tomar acciones y desiciones adecuadas conforme al propósito de Dios.
La ira que sintió Saúl fue encausada por el Espíritu Santo para obrar.

La ira

La ira puede ser producto de las manifestaciones de las obras de la carne:
Gálatas 5:19-2119Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Colosenses 3:8Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.
Sin embargo, La ira es un sentimiento que en ocaciones no podemos evitar, así que debemos controlarla y no permitir que nos haga pecar.
Efesios 4:26-27Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.
Se necesita haber muerto a ti mismo y haber rendido tu vida totalmente a Cristo para tener la madurez y el dominio propio para controlar la ira y encauzarla en el propósito de Dios.
Esta sentimiento de ira condujo a Saúl, guiado por el Espíritu Santo, a convocar al pueblo para la batalla, utilizando la amenaza de matar a sus bueyes (muy importantes para su trabajo), si no acudían a la convocatoria.
Dios hizo que el pueblo sintiera temor y acudieron al llamado.
En resumen, no fue el llamado de Saúl, ni su amenaza que hizo que el pueblo acudiera al llamado, sino que Dios los movió a hacerlo.

Conclusión

1 Samuel 11:11Aconteció que al día siguiente dispuso Saúl al pueblo en tres compañías, y entraron en medio del campamento a la vigilia de la mañana, e hirieron a los amonitas hasta que el día calentó; y los que quedaron fueron dispersos, de tal manera que no quedaron dos de ellos juntos.
Los Israelitas acudieron a defender a sus hermanos de Galaad, destruyeron a sus enemigos y no hubo vergüenza en Israel porque Dios peleó por ellos.
La serpiente, el Nahas amonita de nuestros días, desea negociar contigo, pero dile que no, tu ojo derecho no puede ser negociado.
Dios no quiere creyentes tuertos, que no puedan ver el pecado que los contamina, que se hagan de la vista gorda ante la injusticia y el pecado. Quiere creyentes con una visión clara para que identifiquen las maquinaciones de Satanás que operan en sus vidas.
Con esta acción Saúl confirmó su reino ante Israel, de aquí en adelante ya Saúl es reconocido como rey.
Es importante que venga las amenazas para que seas afirmado como hijo de Dios.
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