Sermón del monte: ¿Sabio o necio?

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Introducción

Cuando era niño a menudo sufría de dolor de muelas, y sabía que si acudía a mi madre, ella me iba a dar algo que acabaría con el dolor por esa noche y me permitiría dormir. Pero yo no iba a pedir ayuda a mi madre, al menos no hasta que el dolor se hacía muy insoportable. Y la razón por la que no iba es ésta: no dudaba de que me daría una aspirina, pero sabía que también haría otra cosa. Sabía que a la mañana siguiente me llevaría al dentista. No podía obtener de ella lo que quería sin obtener algo más, que yo no quería. Quería alivio inmediato a mi dolor, pero no podía obtenerlo sin que me arreglaran definitivamente las muelas. Y yo conocía a esos dentistas; sabía que empezaban a meterse con un montón de otras muelas que todavía no me habían empezado a doler. No iban a dejar tranquila mi dentadura; les dabas la mano y te tomaban el codo. (C.S. Lewis, Mero cristianismo, p. 159-160).
Cita bíblica: Mateo 7:24-27 “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.”

I. Semejanza de sabio

“Cualquiera” representa la apertura para que todos cuantos quieran pueden hacerse semejantes a hombres sabios. No hay especiales, no hay favoritos, el que quiera ser sabio debe esforzarse por ser así.
Hacer lo que se escucha
¿Qué es oír? Todos tienen la capacidad de oír. Técnicamente “oír” significa “Percibir una cosa por medio del sentido del oído.” Pero tenemos también el otro significado que es “Hacer caso de un consejo o aviso. (escuchar)” Cuando revisamos Deuteronomio 6:4 encontramos que oír tiene que ver con hacer, no con solamente recibir información o percibir una cosa.
Oír la enseñanza mencionada en los capítulos anteriores significaría entonces, cambiar la forma tradicional de vida y ajustarlo a los principios de Dios (Stg ), es decir escuchar. Oír (pasivo) es una bendición que muchas personas poseen, escuchar (activo) es una habilidad que requiere de voluntad y mucha atención para dar respuesta eficaz a lo que percibimos.
En el Nuevo Testamento encontramos esa diferencia. Mateo 7:24 y Deuteronomio 6:4 nos hablas de “oír” con el sentido de escuchar detenidamente (ἀκούω (akouō)), mientras que Santiago 1:22 y Romanos 2:13 de aquellos que oyen pero solo como espectadores, son oyentes (ἀκροατής (akroatēs)).
Edificar sobre la roca
Si tu escuchaste el mensaje del Señor hasta ahora, pero no comenzaste a edificar sobre la roca, es momento de que seas sabio y comiences a edificar lo que realmente vale la pena edificar (Stg. 1:25). La pregunta que surge es ¿Cómo edifico mi vida en la roca? no seas como se menciona en Santiago 1:23-24, comienza a mirar en lo que se te dijo y ponte a obrar en relación a eso.
Construir no es algo que se logra en un día, se hace con esfuerzo, dedicación paciencia. ¿Quieres construir tu vida sobre la roca? esfuérzate. Debes reflexionar en que lo que tu construyas repercutirá en tus hijos. Sabios serán los hijos que no construyan sobre los errores que sus padres cometieron. Sabios serán los padres que no dejarán fundamento de errores para que sus hijos construyan.
Quiere decir que el Evangelio, si no está profundamente arraigado en la mente, es como un muro que se ha levantado a gran altura, pero que no descansa sobre ningún cimiento. "Es verdadera la fe que hunde sus raíces en lo más profundo del corazón y se apoya en un afecto sincero y firme como fundamento, para no ceder a las tentaciones". Porque tal es la vanidad de la mente humana, que todos construyen sobre la arena, quienes no cavan tan hondo como para negarse a sí mismos (Juan Calvino).
Estabilidad segura
El río llega cuando en algún lugar ha habido demasiada lluvia. El descenso de la lluvia fue tanto que los ríos comenzaron a embravecerse, acompañado de viento se convierte en una calamidad. La lluvia cae sobre buenos y malo, sobre justos e injustos. La intensidad de la lluvia, ríos y vientos generan inestabilidad en el hogar, pero el hogar se mantiene seguro cuando se encuentra edificado en el lugar correcto “En la Roca”. El “no cayó” es similar a lo que pasó con Eutico, es decir, que la casa no sufrió el golpe así como lo sufrió Eutico (Hch 20:9).

II. Semejanza de necio

El Salmo 53:1 expresa: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, e hicieron abominable maldad; No hay quien haga bien.” El necio no buscará escuchar y hacer, sino sólo oir.
No hacer lo que se escucha
La palabra que utiliza el Señor Jesús ahí es muy fuerte, la traducción alternativa es: “ser extremadamente imprudente y necio, tonto”. Cuando Jesús quería hacer que sus oyentes necios experimenten un cambio profundo, les decía las cosas tal cual como eran (Mt. 23:17, 19; 25:2-3).
Edificar sobre la arena
Ese extremadamente necio aquel que construye su casa sobre la arena, sobre lo inestable de esta vida: Los placeres, deleites, cosas efímeras, el trabajo, etc. No te esfuerces en aquello que prontamente se convertirá en tu propia ruina. Así como le llegaron los ríos de la vida al que es considerado como sabio, te llegarán los ríos de la vida. ¿Está tu casa tan segura que si llega el río no se derrumbará?
Grande ruina
Hay un refrán que dice «el agua siempre vuelve a su cauce» es decir que por mucho que los seres humanos se esfuercen, ante la necesidad de crecer y el afán de usar terrenos donde han sido cauce natural del agua, en temporadas de lluvia, siempre el agua volverá a su cauce original. ¿No te parece esto una gran reflexión sobre la vida cristiana también?
Caerás como Eutico, tu fin será destrucción, tu hogar será destruído.

Aplicación

Estrecha es la Puerta, Mateo 7:1–27 LA GRAN DESTRUCCIÓN (vs. 26–27)

Aunque la casa del incrédulo quizás soporte las embestidas temporales y relativamente leves de esta vida, no tiene ninguna posibilidad de mantenerse en pie en el día final. ¡Grande será su caída! La furiosa corriente de las inundaciones no encontrará resistencia alguna en la tierra inestable sobre la cual ha sido construida. En seguida se llevará la arena y, con ella, la casa. Ésta, con un estruendo terrible caerá en el agua y será arrasada, esparciéndose los despojos por todas partes. Su ruina será completa19.

El Sermón del Monte 2. El peligro de un conocimiento meramente intelectual | 24–27

Mucho más importante y grave aun que la elección del trabajo en la vida de uno o del compañero de vida, es la elección de la vida misma. ¿Por cuál sendero vamos a viajar? ¿Sobre qué cimientos vamos a construir?

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