El arca del pacto robada

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Dios había determinado disciplinar a su pueblo por su pecado, iniciando por el sacerdocio. Israel pensó que llevando el arca obtendría la victoria pero los planes de Dios eran otros.

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El arca del pacto robada

1º Samuel 4:2–11
Y los filisteos presentaron la batalla a Israel; y trabándose el combate, Israel fue vencido delante de los filisteos, los cuales hirieron en la batalla en el campo como a cuatro mil hombres. 3Cuando volvió el pueblo al campamento, los ancianos de Israel dijeron: ¿Por qué nos ha herido hoy Jehová delante de los filisteos? Traigamos a nosotros de Silo el arca del pacto de Jehová, para que viniendo entre nosotros nos salve de la mano de nuestros enemigos. 4Y envió el pueblo a Silo, y trajeron de allá el arca del pacto de Jehová de los ejércitos, que moraba entre los querubines; y los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, estaban allí con el arca del pacto de Dios.
5Aconteció que cuando el arca del pacto de Jehová llegó al campamento, todo Israel gritó con tan gran júbilo que la tierra tembló. 6Cuando los filisteos oyeron la voz de júbilo, dijeron: ¿Qué voz de gran júbilo es esta en el campamento de los hebreos? Y supieron que el arca de Jehová había sido traída al campamento. 7Y los filisteos tuvieron miedo, porque decían: Ha venido Dios al campamento. Y dijeron: ¡Ay de nosotros! pues antes de ahora no fue así. 8¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos? Estos son los dioses que hirieron a Egipto con toda plaga en el desierto. 9Esforzaos, oh filisteos, y sed hombres, para que no sirváis a los hebreos, como ellos os han servido a vosotros; sed hombres, y pelead.
10Pelearon, pues, los filisteos, e Israel fue vencido, y huyeron cada cual a sus tiendas; y fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie. 11Y el arca de Dios fue tomada, y muertos los dos hijos de Elí, Ofni y Finees.

Introducción

En el libro de Jueces se revela la decadencia espiritual de Israel.
El capítulo 2 de 1 Samuel describe la corrupción espiritual del sacerdocio.
En el capítulo 3 Dios escoge a un niño como su profeta, a través de quien revela lo que acontecerá a Israel por su pecado: 1 Samuel 3:11Y Jehová dijo a Samuel: He aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos.
Israel merece la corrección por su rebeldía y pecado.
Dios promete restaurar la santidad en su pueblo, a establecer orden y respeto por las cosas santas.
Teniendo este perspectiva, podremos entender lo que sucede en este capítulo.

La enemistad con los filisteos

Desde Jueces hemos visto la enemistad de los israelitas con los filisteos, pero ahora los filisteos se constituyen en instrumento en las manos de Dios para corregir a su pueblo y traer las reformas que veremos hasta David.
Los israelitas estaban consternados porque fueron derrotados por los filisteos. 1 Samuel 4:2Y los filisteos presentaron la batalla a Israel; y trabándose el combate, Israel fue vencido delante de los filisteos, los cuales hirieron en la batalla en el campo como a cuatro mil hombres.
Los israelitas estaban consternados porque no reconocieron su pecado, al contrario, culpan a Dios por su derrota:
1 Samuel 4:3Cuando volvió el pueblo al campamento, los ancianos de Israel dijeron: ¿Por qué nos ha herido hoy Jehová delante de los filisteos?...
Esta actitud es producto del orgullo y de la auto-justificación.
Es peligrosa, porque no nos permitirá reconocer nuestro pecado por lo tanto no nos arrepentiremos, ni pediremos perdón ni cambiaremos de actitud.
Malaquías 1:6–7
6El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? 7En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable.
Dios es santo y no puede habitar donde hay pecado, por tanto su presencia los había abandonado dejándolos a merced de sus enemigos.
Los filisteos sintieron miedo porque habían oido del Dios que los sacó de Egipto con poder y maravillas. Pero Dios no había cambiado, pero los israelitas si.

Amuletos

1 Samuel 4:3-4Cuando volvió el pueblo al campamento, los ancianos de Israel dijeron: ¿Por qué nos ha herido hoy Jehová delante de los filisteos? Traigamos a nosotros de Silo el arca del pacto de Jehová, para que viniendo entre nosotros nos salve de la mano de nuestros enemigos. Y envió el pueblo a Silo, y trajeron de allá el arca del pacto de Jehová de los ejércitos, que moraba entre los querubines; y los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, estaban allí con el arca del pacto de Dios.
Lejos de humillarse delante de Dios, los israelitas mandaron traer el arca del pacto, con una actitud arrogante de exigirle a Dios que los librar de sus enemigos.
El arca del pacto estaba en el lugar santísimo, sobre ella estaba una tapa con dos querubines tallados en oro llamado el propiciatorio. En este propiciatorio Dios prometió encontrarse con Moisés (Éxodo 30:6Y lo pondrás delante del velo que está junto al arca del testimonio, delante del propiciatorio que está sobre el testimonio, donde me encontraré contigo.
Así que los israelitas pensaban que si el arca del pacto estaba entre ellos no sufrirían derrota porque Dios estaría con ellos.
Israel no consultó a Dios, no se humilló por su pecado, sino que actuó con soberbia y necedad.
Quisieron manipular la presencia de Dios a su antojo, usando el arca como un amuleto.
No es posible manipular el favor y la gracia de Dios con amuletos, ritos, decretos o ceremonias. Dios es soberano y no puede ser manipulado. Solamente reconociendo nuestro pecado y humillándonos ante Él alcanzaremos su misericordia.
2 Crónicas 7:14si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

El resultado

Como resultado fueron vencidos nuevamente con una mayor perdida.
1 Samuel 4:10-11Pelearon, pues, los filisteos, e Israel fue vencido, y huyeron cada cual a sus tiendas; y fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie. Y el arca de Dios fue tomada, y muertos los dos hijos de Elí, Ofni y Finees.
Esta vez murieron 30,000 hombres, además de que el arca del pacto fue tomada por los filisteos y muertos los sacerdotes.
Una calamidad que debía hacer considerar a Israel su pecado.
La palabra profética fue cumplida como el inicio del trato de Dios con su pueblo: 1 Samuel 2:34Y te será por señal esto que acontecerá a tus dos hijos, Ofni y Finees: ambos morirán en un día.
La Biblia constantemente nos invita a tener temor de Dios, porque si somos arrogantes podemos estar en pecado sin reconocerlo, e intentar tocar las cosas santas de Dios. Esta actitud desata la ira de Dios. Proverbios 3:7No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal;

Conclusión

Ante tal noticia, el sacerdote Elí murió, su nuera dio a luz y también murió.
1 Samuel 4:18-20Y aconteció que cuando él hizo mención del arca de Dios, Elí cayó hacia atrás de la silla al lado de la puerta, y se desnucó y murió; porque era hombre viejo y pesado. Y había juzgado a Israel cuarenta años. Y su nuera la mujer de Finees, que estaba encinta, cercana al alumbramiento, oyendo el rumor que el arca de Dios había sido tomada, y muertos su suegro y su marido, se inclinó y dio a luz; porque le sobrevinieron sus dolores de repente. Y al tiempo que moría, le decían las que estaban junto a ella: No tengas temor, porque has dado a luz un hijo. Mas ella no respondió, ni se dio por entendida.
Es interesante que tanto Elí como su nuera murieron por la pena al saber que el arca del pacto había sido robada.
Aunque el arca del pacto era un símbolo muy importante de la presencia de Dios, era aun más importante lamentarse porque la presencia de Dios ya no estaba con ellos.
Debieron de haber sentido temor y dolor por haber ofendido a Dios que por la pérdida del arca.
Hoy en día no está el arca entre nosotros pero si la presencia de Dios, apreciémosla y no contristemos al Espíritu Santo.
Efesios 4:30Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
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