El Testimonio de Jesús

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El Señor enseñó el camino de salvación, el cual es una luz que alumbra el entendimiento. Esta Palabra es la que será usada para juzgar al mundo.

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El Testimonio de Jesús

Juan 12:44–50
44Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; 45y el que me ve, ve al que me envió. 46Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. 47Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. 48El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. 49Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. 50Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.

Introducción

Jesús enfrentó gran oposición de parte de los líderes religiosos quienes constantemente cuestionaban sus enseñanzas y sus obras.
Días antes de ser crucificado, el Señor recibe testimonio público de parte del Padre que es el Mesías salvador, pues la gente no creía en Él: Juan 12:28-29Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado.
A pesar de la Palabra poderosa que enseñaba y de las obras milagrosas, las personas dudaban de Él, y algunos que creían, ocultaban su fe con tal de no ser rechazados por los hombres. Juan 12:42-43Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.
Por tal razón, en su último discurso público, El Señor declara estas Palabras:

Creer en Cristo es creer en Dios

Juan 12:44-45Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; y el que me ve, ve al que me envió.
Por la incredulidad de la gente que decía creer en Dios pero no en Jesús, les declara que, para creer en Dios deben creer en Él, y para ver a Dios deben de verlo a Él.
Cristo es el camino al Padre. Juan 14:6Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Los judíos estaban equivocados al decir que creían y conocían a Dios sin venir a Jesús.
En el Antiguo Testamento las personas no podían acercarse a Dios y conocerlo, debían haber un intermediario, el sacerdote que ofrecía ofrendas y sacrificios en nombre de Pueblo.
Los que lograron conocer a Dios fueron los que atravesaron la dura prueba, como Job: Job 42:5De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.
Podemos ver a Cristo con los ojos de la fe, y esto es conocerlo en espíritu y verdad.
Para ello necesitamos luz, porque la humanidad está en tinieblas.

Cristo la luz

Juan 12:46Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
La obscuridad impide conocer lo que nos rodea, solo podemos imaginarlo. Si tocamos algo, tratamos de adivinar qué es, corriendo el riesgo de equivocarnos.
La luz revela todo para que caminemos sin tropezarnos.
El Señor al decir que Él es la luz está afirmando que puede abrir el entendimiento para que podamos conocer y entender la verdad.
Sin la luz de Cristo leemos la Biblia a ciegas, tratando de imaginar su significado, solo Cristo es la luz que puede mostrarnos la verdad.
Es necesario creer en Él para ser iluminados. Creer va más allá del conocimiento teórico. Es tener comunión íntima con Cristo por medio de la oración, la comunión y la Palabra. No solamente creer, también conocer. Santiago 2:19Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.

La Palabra que nos juzga

Juan 12:47Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
El propósito de Jesús es traer salvación y no condenación, por esa razón no condenó a la mujer sorprendida en adulterio (Juan 8)
Tampoco quizo condenar a los samaritanos que le rechazaron, y que Juan y Jacobo sugerían pedir que descendiera fuego del cielo y los consumiera. (Lucas 9). Lucas 9:56porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.
Sin embargo, ha dejado su Palabra para que por ella alcancemos salvación, la Biblia nos muestra la condición humana de pecado, y la esperanza de salvación que hay en Cristo.
Aquellos que rechazan ese mensaje de amor serán condenados en el juicio de Dios, y serán juzgados por la Palabra.
Dios ha establecido el medio de salvación, su muestra más grade de amor es haber enviado a su Hijo a morir en la cruz por nuestros pecados, y ha dejado en su Palabra el testimonio de su amor. No es posible alcanzar salvación por ningún otro medio que no esté en su Palabra, ella juzgará a los que le rechazaron.
Para el Cristiano ya no hay condenación. Romanos 8:1Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
El juicio de Dios para el cristiano verdadero es la prueba de nuestra fe. 1 Pedro 4:17Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?
Pero el que rechaza la Palabra de Dios será juzgado en el trono blanco. Apocalipsis 20:12Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
En Cristo somos justificados y no condenados, por lo tanto es necesario permanecer en Cristo.

Conclusión

Mucha gente pretende que Dios se amolde a su pensamiento, conducta y obras, cuando andan alejados del propósito de Dios.
Alegan que nadie los puede juzgar, pues solo Dios los juzga. Dios los juzgará en base a lo que está escrito en la Palabra, y no en opiniones humanas o falsas profecías.
El Señor enfatiza que la Palabra que nos ha sido dada viene de Dios.
Juan 12:49-50Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.
Alimentate de la Palabra, conócela, créela y ponla por obra pues en ella encontramos el camino de salvación.
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