Resultados de la renovación en el Espíritu

Renovación espiritual  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
0 ratings
· 65 views

Cuando somos renovados por el poder del Espíritu Santo, nuestras vidas deben mostrar algun resultado. Los frutos de la obra de Cristo son palpables en nuestra vida, y respaldan las promesas y el poder de Dios en nosotros

Notes
Transcript

Contexto

Juan esta escribiendo la primera de sus epístolas, destacando en ella los contrastes que utiliza Juan para explicar los conflictos que enfrentamos en nuestra vida cristiana
uno de los contrastes que vemos en esta epístola es en cuanto al amor a Dios y el amor al mundo. Se puede estar en unas de estas posiciones, pero no en forma simultanea
Si hemos sido parte de la renovación en el poder de Dios, deberíamos ver presente en nuestras vidas, los resultados de esa renovación, o estar en medio de proceso de estas muestras.
Juan en estos versículos nos muestra 3 resultados que se generan cuando nuestros corazones han sido renovados en el poder de Dios

Ya no amamos al mundo, amamos a Dios v.15

Como parte de la obra que Cristo hace en nuestras vidas, al momento de salvarnos, es que quita de nosotros toda comunión o vínculo con el sistema que nos rodea
Santiago y 1-3 Juan 1. No améis al mundo (2:15)

La palabra amar que utiliza Juan es la misma que él usa en el versículo 10 donde habla de la persona que ama a su hermano. El amor que él tiene en mente es un amor que vincula, que causa una comunión íntima y una devoción leal. Es el amor que Dios demanda en el resumen de la ley: “Amarás al Señor tu Dios … y amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

Comunión sublime (1ra Juan) INCOMPATIBILIDAD ENTRE EL MUNDO Y DIOS 2:15–17

La Biblia usa la palabra mundo de diferentes maneras. El mundo fue creado por Dios (Juan 1:10). El amó al mundo (Juan 3:16). En 1 Juan 2:15–17 se habla del mundo como un sistema totalmente opuesto a Dios. El mismo está encabezado por Satanás (1 Juan 5:19), quien lucha en forma sutil para frustrar los propósitos divinos.

La enseñanza bíblica es clara en cuanto a la actitud que los creyentes deben manifestar hacia ese sistema llamado mundo: No han de amar al mundo ni las cosas que están en el mundo (2:15)

Si alguno de nosotros seguimos vinculados, en amor por el sistema mundano, Juan dice que en realidad el amor del Padre no está en él. Mismo contraste que hace en otros pasajes 1 Juan 1.6 “Por lo tanto, mentimos si afirmamos que tenemos comunión con Dios pero seguimos viviendo en oscuridad espiritual; no estamos practicando la verdad.” 1 Juan 1.8 “Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a nosotros mismos y no vivimos en la verdad;” 3 Juan 11 “Querido amigo, no te dejes influir por ese mal ejemplo. Imita solamente lo bueno. Recuerda que los que hacen lo bueno demuestran que son hijos de Dios, y los que hacen lo malo demuestran que no conocen a Dios.”
Entonces como primer resultado de la renovación es que no amamos al mundo, ahora amamos a Dios Mateo 22.37-39 “Jesús contestó: —“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primer mandamiento y el más importante. Hay un segundo mandamiento que es igualmente importante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.”

Abandonamos lo que hay en el mundo v.16

Juan menciona aqui, lo que para el viene a marcar una vida que esta totalmente marcada por este sistema, por este mundo, y lo menciona en estas 3 categorías
-los deseos de la carne
-los deseos de los ojos
-la vanagloria de la vida
Podemos entenderlas como apetitos, lujuria y alarde, los apetitos del hombre pecador, la lujuria de los ojos del hombre (tambien mujer), el alarde de lo que la persona tiene o hace
Para el apostol, estas 3 áreas son parte de la esencia del mundo, actitudes que estan presentes en aquellos corazones que no han sido renovados, donde el poder de Dios aun no ha actuado. Algunos piensan que la mundanalidad se relaciona con asuntos externos, donde voy, con quien comparto, que actividades me gusta hacer, y eso tiene solo una parte de verdad. Porque la mundanalidad empieza en el corazon del hombre, en su naturaleza caída, en estas tres actitudes.
Hebreos hasta Apocalipsis (Tomo 10) H. El Amor del Mundo, 2:15–17

Los deseos de la carne (“la lujuria de la carne”, KJV) son la sensualidad; no la tentación de satisfacer un apetito legítimo, como el caso de Jesús en el desierto, sino el deseo de lo antinatural como “glotonería, embriaguez y relaciones sexuales irregulares”. “El mal al que se refiere la frase es la ‘lujuria’, no la ‘carne’.”

Vemos situaciones como estas por ejemplo, en lo que genera la publicidad, cuando se promueve algo como bueno, como una “necesidad”, algo casi romantico, incluso llamado amor, pero que en el fondo tiene motivos que estan lejos de la fe.
La lujuria de los ojos, asi podemos comprender lo que menciona Juan respecto a esto. Escuchamos un termino popular que dice, que “todo entra por la vista”
Santiago y 1-3 Juan 2. Haced la voluntad de Dios (2:16–17)

Los ojos son los conductos al alma del hombre. Cuando el hombre es tentado por la lujuria, sus ojos sirven como instrumento que le hacen transgredir y pecar. Juan refleja el sentir de Jesús (registrado en el Sermón del Monte), quien coloca a la mirada codiciosa en la categoría de pecado: “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer codiciándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón”

Comprendemos entonces que ser “mundano” no esta solamente relacionado con lo externo, sino que primeramente con lo que hay en mi interior
Finalmente vemos la tercera caracteristica que es el “alarde” o “vanagloria de la vida”
Santiago y 1-3 Juan 2. Haced la voluntad de Dios (2:16–17)

Juan expresa esta tercera tendencia en palabras que no pueden traducirse fácilmente. Los traductores brindan una cantidad de versiones igualmente válidas. Aquí tenemos algunas que son representativas:

“La soberbia de la vida” (BdA)

“El alarde de la opulencia” (NTdT)

“La arrogancia del dinero” (NBE)

“La jactancia de las riquezas” (BJ)

“El alarde de lo que tiene y hace” (NIV)

Santiago y 1-3 Juan 2. Haced la voluntad de Dios (2:16–17)

La persona que hace alarde de sus obras y de sus bienes manifiesta “un apetito pecaminoso por el progreso y el status social

la palabra de Dios nos enseña con claridad, que nosotros somos meros mayordomos, somos administradores de lo que el Señor ha puesto en nuestras manos, y nada nos pertenece, todo eso va terminar, por lo mismo la actitud opuesta a este principio, es la jactancia, alardear de lo que soy o tengo, de mis logros o posicion.
Santiago y 1-3 Juan 2. Haced la voluntad de Dios (2:16–17)

Los tres vicios (apetitos, lujuria y alardes) no se originan en el Padre sino en el mundo, es decir, en el demonio

Dedemos comprender con total claridad, que estas actitudes en ningun caso provienen de Dios, son contrarias a Él, entonces cuando somos renovados por el poder de Dios, el resultado es que vamos abandonando estas malas conductas.

Permaneceremos para siempre v.17

Santiago y 1-3 Juan 2. Haced la voluntad de Dios (2:16–17)

El hombre necesita notar lo pasajero de la existencia de la gente mundana y de sus placeres y deseos. Si enfoca su interés en aquello que hoy está aquí y mañana no, recoge una cosecha de inestabilidad, tropieza en las tinieblas del pecado y, por haber echado su suerte con el mundo, encuentra un fin similar

1 Corintios 7.31 “Los que usan las cosas del mundo no deberían apegarse a ellas. Pues este mundo, tal como lo conocemos, pronto desaparecerá.”
Somos como la flor del campo dice el salmista, Mateo 24.35 “El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras no desaparecerán jamás.”
Juan nos enseña que no solo la Palabra de Dios permanecera para siempre, sino que ademas “los que obedecen la Palabra” tambien permaneceran eternamente, ese es el resultado final, ese es el resultado que deberia importarnos.
El contraste es que el mundo perdera todo, pero el hijo de Dios tiene la seguridad de poseer la vida eterna.
Santiago y 1-3 Juan 2. Haced la voluntad de Dios (2:16–17)

Cuando la voluntad del hombre está en armonía con la voluntad de Dios, el cristiano tiene una comunión con el Padre y el Hijo que dura para siempre

Related Media
See more
Related Sermons
See more