1 Doctrinal - La Cena del Señor

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Análisis teológico-doctrinal de la Cena del Señor

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La Cena del Señor

1. Introducción

Existen algunos mandamientos y enseñanzas muy propios de la Iglesia de Cristo, doctrinas que claramente hacen una diferencia entre las sectas y la iglesia del Señor, una de ellas es la Cena del Señor, es un mandamiento el cual la Iglesia debe guardar y cuyo formato es un tanto relevante ya que ha requerido de la exhortación a disciplina con este respecto por parte de los apóstoles a la iglesia del primer siglo, dado la importancia y los descuidos que se estaban teniendo con este respecto.

2. Desarrollo

2.1 La Profecía

Salmos 41:5-13 “Mis enemigos dicen mal de mí, preguntando: ¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre? Y si vienen a verme, hablan mentira; Su corazón recoge para sí iniquidad, Y al salir fuera la divulgan. Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen; Contra mí piensan mal, diciendo de mí: Cosa pestilencial se ha apoderado de él; Y el que cayó en cama no volverá a levantarse. Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, Alzó contra mí el calcañar. Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar, Y les daré el pago. En esto conoceré que te he agradado, Que mi enemigo no se huelgue de mí. En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, Y me has hecho estar delante de ti para siempre. Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, Por los siglos de los siglos. Amén y Amén.”
El escritor del Salmo, habla en forma profética y específicamente en el verso 19 nos remite inmediatamente en un momento de suma relevancia en el ministerio de Jesucristo, esto es la Cena del Señor.
Mateo 26:17-25 “El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos. Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y prepararon la pascua. Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce. Y mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor? Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me va a entregar. A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido. Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho.”

2.2 La instrucción de la Cena del Señor.

2.2.1 Instrucción directa en vida del Señor

(Mateo 26:26; Marcos 14:22-25 y Lucas 22:14-20)
En este momento crítico en la vida del Señor y en la obra de la salvación, enseguida el Señor introduce una instrucción para los creyentes diciendo:
Mateo 26:26 “Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
Esta declaración que sale de los labios de Jesús, ha causado muchos pensamientos, reflexiones y disertaciones a lo largo de los siglos con respecto a la importancia y relevancia del acto que conocemos como “La Cena del Señor”; indudablemente este texto como el paralelo en Marcos 14:22-25 y Lucas 22:19-20 y como la confirmación de 1 Corintios 11:23-19, coinciden en el orden que lleva este mandamiento (Lucas 22:14-20 menciona dos copas, aunque entendemos que la primera como una mención previa a la institución formal):
1- Primero se participa del pan
2- Se bendice, por medio de la oración
3- Se quiebra (parte) el pan para ser repartido entre los discípulos.
4- En nuestras mentes y corazones de la iglesia debemos saber que este pan lo participamos “en memoria “del Señor (1 Corintios 11:23), sobre esto hablaremos más adelante.
enseguida menciona algo no menos impactante en los corazones de todo creyente:
Mateo 26:27-28 “Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.”
Estos pasajes nos dejan claro el orden en el cual se imparte la Cena, primeramente, participamos del Pan y solo entonces participamos del “Jugo de la vid”, siguiendo este orden
1- Toma la Copa
2- La bendice, dando gracias
3- Toman de ella todos
4- Es de suma importancia que nuestras mentes tengamos en cuenta vívidamente el sacrificio de Cristo, sus promesas, su sangre derramada en la Cruz.
Mateo 26:29 “Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.”
El Señor en este verso remite la promesa de que aun cuando él sabe de antemano del sufrimiento que esta por acontecerle y que en memoria de ello instituye la conmemoración, la promesa del Reino esta firme! Y debe mantenerse firme en nuestras mentes, porque participaremos con Cristo de esta misma copa, pero en aquel momento en señal de la gran victoria del Señor en el Reino de Dios.

2.2.2 Ratificación Apostólica de la institución de la Cena del Señor

(1 Corintios 11:23-29)
Una vez que Jesús hubo obrado el evangelio y habiendo resucitado y llevado al Cielo a la diestra de Dios, la enseñanza doctrinal para la Iglesia de Cristo es ratificada por el Apóstol Pablo, haciendo uso de su autoridad para llevar acabo la corrección de algunos excesos y divisiones que se estaban dando durante la ministración del mandamiento en la Iglesia de Cristo en Corinto señalando:
1 Corintios 11:23-29 “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.”

2.2.3 El “pan”

Sobre el “pan” la palabra mencionada en el idioma original es la palabra “artos” que se refiere a un pan sin levadura, hecho específicamente de Harina de trigo y agua.
1. artos (ἄρτος, G740) , pan; (a) una hogaza o torta pequeña, compuesta de harina y agua, cocida, de forma oblonga o redonda. Estas tortas no se cortaban, sino que se partían; el pan de la Cena del Señor (p.ej., Mateo 26:26 : «tomó Jesús el pan»); el partimiento del pan llegó a ser el nombre de esta institución (Hechos 2:42 ; Hechos 20:7; 1 Corintios 10:16 ; 1 Corintios 11:23); (d) metafóricamente, de Cristo como el pan de Dios y de vida (Juan 6:33, Juan 6:35).

2.2.4 “es mi cuerpo”

Cristianos de todos los tiempos han analizado estas palabras de Jesús, "Este es mi cuerpo", todos coinciden en la suma relevancia del mandamiento pero difieren en tres teologías principales sobre este asunto:
(1) Transustanciación. - Algunos creen que el vino y el pan, realmente, vienen a ser el cuerpo y la sangre de Cristo.
(2) Consustanciación. -Otros creen que el pan y el vino permanecen invariables, pero que Cristo está, en cierta manera, espiritualmente presente en el pan y el vino.
(3) Conmemoración. -Aun otros creen que el pan y el vino simplemente simbolizan el cuerpo y la sangre de Cristo, sin que los elementos en si tengan ninguna relevancia, sino resaltando que lo importante del mandamiento es “elevarlo a la memoria”.

2.2.5 “Lo partió”

La Biblia nos indica que posterior a dar gracias por el pan él lo partió, de aquí entendemos que la iglesia parte y no corta o come en conjunto del pan completo, lo ideal es que el hermano que da gracias parta el pan, esta participación del pan indudablemente nos trae a mente la figura utilizada por el mismo Señor en el verso:
1 Corintios 10:14-17 “Por tanto, amados míos, huid de la idolatría. Como a sensatos os hablo; juzgad vosotros lo que digo. La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan.”
1. katagnumi (κατάγνυμι, G2608) , (kata , abajo, intensivo, y regnumi , véase ROMPER), se utiliza de romper una caña cascada (Mat_12:20 : «La caña cascada no quebrará», rv , rvr ), y de la rotura de las piernas de los crucificados (Jua_19:31 : «quebrasen»; vv. 32, 33: «quebraron».

2.2.6 “En memoria de mi”

Las palabras en el texto original, no solo implica recordar fríamente con nuestra mente, sino elevar nuestro corazón y traer a memoria como si en ese mismo momento estuviésemos frente a la Cruz, implica un recuerdo con la carga emocional correspondiente. Así como en la Pascua, el pueblo Judío, celebraba la liberación de la esclavitud en Egipto, en la cena del Señor se recuerda la liberación de nuestros pecados por la muerte de Cristo.
1. anamnesis (ἀνάμνησις, G364) , memoria (ana , arriba, o de nuevo, y B, Nº 1). Se utiliza: en el mandamiento de Cristo en la institución de la Cena del Señor (Lucas 22:19 ; 1 Corintios 11:24-25) , no solo «en memoria de», sino en un afectuoso traer a la mente de la persona misma); no es simplemente un traer a la memoria externamente, sino un despertar de la mente.

2.2.7 es el nuevo pacto en mi sangre.

Todos los que hemos sido Gálatas 3:27 “porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.”
porque hemos hecho un pacto con Dios por medio de la sangre de Cristo, la cual nos ha limpiado de nuestros pecados, entonces cuando tomamos la copa de la Cena del Señor debemos saber que tomamos el pacto que hemos hecho con Dios Comer el pan y beber la copa muestra por una parte estamos recordando la muerte de Cristo por nosotros y por otra parte estamos teniendo vigente el pacto nuestro de servirle.

2.2.8 haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.

Esto nos lo dice el pasaje para exhortarnos a NO descuidar la importancia del mandamiento, la importancia de la actitud de nuestros corazones cuando participamos de ella;
“Si la cena del Señor sólo se convierte en un ritual nada más o en un hábito piadoso, ha dejado de recordarnos a Cristo y perdió su significado.”

2.2.9 indignamente.

Esta porción es algo que preocupa a todo Cristiano, ya que nadie queremos tomar la Cena Indignamente, por tanto Pablo da instrucciones específicas relacionadas con la forma en lo relativo a lo espiritual en que debiera celebrarse la cena del Señor, para cuidar de no participar del mandamiento de forma indigna.
(1) (1 Corintios 11:26) Deberíamos participar en la cena del Señor con una actitud reverente de arrepentimiento y al mismo tiempo de gozo porque recordamos que Cristo murió por nuestros pecados y de esta forma venció la muerte, y que resucito y que volverá por nosotros.
(2) (1 Corintios 11.27) NO deberíamos tomarlo dignamente, en dos niveles
(2.1) (1 Corintios 11.28) Deberíamos examinarnos a nosotros mismos para ver si tenemos algún pecado sin confesar o alguna actitud de resentimiento. Estamos preparados y listos solo cuando creemos en El y lo amamos, y nuestra conciencia, en lo que a nosotros respecta, es limpia delante de Él.
(2.2) (1 Corintios 11.29) Debemos discernir (diakrino (διακρίνω, G1252) , lit: separar totalmente, hacer una distinción) darnos cuenta que lo que estamos participando no es algo común sino que entender que participamos del cuerpo y la sangre del Señor en conmemoriacion.
(4) (1 Corintios 11.33) Deberíamos considerar a otros, esperando hasta que todos estén presentes y participando en ella en orden y en unidad.
El contexto de esta confirmación de Pablo con respecto a la Cena del Señor es para atender un descuido grave que estaba aconteciendo en Corinto al tomar la Cena del Señor:
1 Corintios 11:17-22 “Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor.Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo.Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga.Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.”
1 Corintios 11:29-34 “Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo. Así que, hermanos míos, cuando os reunís a comer, esperaos unos a otros. Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré en orden cuando yo fuere.”

2.3 La Periodicidad de la participación de la Cena del Señor.

Con respecto a cada cuando un creyente debe participar de la Cena del Señor, la biblia nos indica que este era una constante en la iglesia de Cristo.
Hechos 2:42 “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.”
¿Pero qué tan constante?, para definir la constancia el pasaje de
Hechos 20:7a “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.”
La Biblia nos deja evidencia de que la iglesia participaba de la Cena del señor de una manera constante, es decir cada primer día de la semana.

2.4 Reflexiones finales sobre textos relacionados

Adicional a los textos que hemos leído existen un par de textos que nos permiten alcanzar alguna interpretación adicional o espiritual del mandamiento de la Sena del Señor, los cuales me gustaría resaltar no de forma dogmática sino más bien a manera de contexto.

2.4.1 Juan 6:30-59

Juan 6:30-59 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer. 32 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, más mi Padre os da el verdadero pan del cielo. 33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.34 Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. 35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. 36 Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis. 37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. 38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. 40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. 42 Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido? 43 Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros. 44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. 45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí. 46 No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre. 47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. 50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. 52 Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? 53 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. 58 Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente. 59 Estas cosas dijo en la sinagoga, enseñando en Capernaum.
Sobre esto, algunos piensan que se refiere a la participación del evangelio que los creyentes tenemos por Fe, por medio de la cual participamos de la salvación que ha sido obrada por el cuerpo y la sangre de Cristo.
Sin embargo, algunos otros gustan de observar este pasaje de manera espiritual y lo conectan directamente con la Cena del Señor, percibiendo que, si nos mantenemos en fidelidad con Dios participando de la Cena del Señor con toda integridad y honestidad, siendo fieles al Señor desde nuestros corazones, participaremos de la vida eterna.

2.4.2 1 Corintios 10:15-22

1 Corintios 10:15-22 Como a sensatos os hablo; juzgad vosotros lo que digo. La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan.
Mirad a Israel según la carne; los que comen de los sacrificios, ¿no son partícipes del altar? ¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos? Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios.
No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios. ¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él?
Esto es un desarrollo teológico que Pablo presenta para explicar lo malo que es participar de la comida dedicada a los ídolos, lo que comenta es que aquel que participa de lo dedicado a los ídolos participa del altar de los demonios y se hace “partícipe con los demonios” y por tanto les exhorta que sean sensatos y puedan comprender que no pueden participar de Dios y de los ídolos a la vez porque serán destruidos a causa del celo de Dios.
Por otra parte, este pasaje puede ser interpretado en el sentido de que:
(1) Cuando participamos del jugo de uva, participamos de la sangre de Cristo y con ello hacemos comunión con Dios, por medio de la sangre del Señor; ósea, hacemos comunión vertical
(2) Cuando participamos del pan hacemos comunión con el cuerpo de Cristo que es la Iglesia, es decir, hacemos comunión horizontal.

3. Conclusión del Sermón. -

De tal forma que mediante la mesa del señor somos participes con el Señor y su Reino en esta tierra, después del bautismo, ratificamos nuestra fe mediante esta proclamación de la Sena del Señor que somos del Señor.
Así como el acto del bautismo en agua es para los hombres para salvación por medio de la sangre del Señor Jesús, cada vez que se celebra la Cena del Señor es una poderosa ocasión para confesar la fe.
En esta ordenanza, el cristiano confiesa ante todos que no solamente ha creído, sino que no ha olvidado.
Se trata de un sermón representado, vivido, en el que se «proclama» la muerte del Señor. Se nos dice explícitamente que el acto externo, al participare del pan y la copa, constituye una confesión activa de fe; que significa literalmente, «anunciáis» (1 Corintios 11:26).
Las personas deben venir a la santa cena deseando la comunión con otros creyentes y preparados
· La Cena del Señor consiste en Pan sin levadura y Fruto de la Vid
· La Cena del Señor es un mandamiento a guardar por todo cristiano
· La Cena del Señor es la comunión con su Cuerpo y su Sangre.
· La Cena del Señor conmemora la muerte, sepultura, resurrección y “anuncia” su segunda venida.
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