La Polaridad de la Cruz

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Jesús no solo fue nuestro Sustituto, sino nuestro Sacrificio Vicario, pues nos concede los beneficios de Su muerte en lugar de nosotros.

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Ilustración de Introducción:

Carson, D.A. (2011) Escándalo: La Cruz y la Resurrección de Jesús. Publicaciones Andamio, p. 99.
Satanás acusa a los cristianos día y noche. No sólo ataca nuestra conciencia para hacernos sentir sucios, culpables, derrotados, destruidos, débiles y feos, sino que hace algo peor. Su plan, desde el pasado, es acusarnos delante de Dios de día y de noche con cargos que sabemos que no podemos justificar ante la majestuosa santidad de Dios.
¿Cómo responderemos? ¿Será nuestra defensa: “Oye, ¡yo no soy tan malo!”? Jamás podremos vencer a Satanás de esa manera. Lo que debemos decir es: “Satanás, soy peor de lo que piensas, pero Dios me ama igualmente. Me ha aceptado por causa de la sangre del Cordero”. El gran acto de redención que los libró de sus pecados (Ap. 1:5) y estableció su derecho a reinar como sacerdotes y reyes (Ap. 5:9) es además lo que les da autoridad sobre Satanás y les permite vencerlo a él y a todas sus acusaciones (Ap. 12:11).
¿Te encuentras aceptado delante de este Dios santo? Si es así, es por la sangre del Cordero. ¿Has recibido la bendición del Espíritu Santo? Él ha sido derramado en nosotros por la sangre del Cordero. ¿Tienes la esperanza de una vida eterna consumada en la gloria? Fue asegurada por la sangre del Cordero. ¿Disfrutas de la comunión de los santos, de hermanos y hermanas que aman a Cristo, de la iglesia del Dios viviente, de un cuerpo nuevo, del cuerpo de Cristo sobre la Tierra? Todo esto lo compró, aseguró y constituyó la sangre del Cordero. ¿Estás agradecido por las armas espirituales que Pablo nos dice que usemos (en Efesios)? El arsenal entero está a nuestra disposición por la sangre del Cordero. ¿Podemos acercarnos a Dios en oración? Es por la sangre del Cordero.

I. ¿Cómo llegó Jesús a la Cruz?

Después de tomar la Cena (la Pascua) e instituir esta cena como un memorial que anuncia Su muerte. El Señor Jesús fue con sus discípulos al monte de los Olivos y se detuvo en un huerto llamado Getsemaní (que significa, prensa o molino de aceite) para orar, pues comenzó a sentir

a) Con «gran angustia»

(Mateo 26:37-38 )
Mateo 26:37–38 NBLA
37 Y tomando con Él a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse. 38 Entonces les dijo*: «Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quédense aquí y velen junto a Mí».
El Señor Jesús ora en repetidas ocasiones (Mateo 26:44 )
Mateo 26:44 NBLA
44 Dejándolos de nuevo, se fue y oró por tercera vez, y dijo otra vez las mismas palabras.
¿Qué pidió el Señor Jesús? (Mateo 26:39 )
Mateo 26:39 NBLA
39 Y adelantándose un poco, cayó sobre Su rostro, orando y diciendo: «Padre Mío, si es posible, que pase de Mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino como Tú quieras».
Nuestro Señor ve venir la «hora más oscura de todas», el momento donde el Padre no lo mirará con complacencia, más bien «lo abandonará». (Salmo 22:1 )
Salmo 22:1 NBLA
1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación y de las palabras de mi clamor?
Chafer, Lewis Sperry. “Teología Sistemática” Tomo I. Editorial Clíe. 2009. pág. 870
“La Justicia del Padre ni por un minuto puede suavizarse en beneficio de la misericordia, porque debido a Su Santidad esencial, Dios no puede abrigar el menor grado de “tolerancia” con el pecado.”

b) Con valentía!

Juan 12:27
Juan 12:27 NBLA
27 »Ahora Mi alma se ha angustiado; y ¿qué diré: “Padre, sálvame de esta hora”? Pero para esto he llegado a esta hora.
Juan 18:11
Juan 18:11 NBLA
11 Jesús le dijo a Pedro: «Mete la espada en la vaina. La copa que el Padre me ha dado, ¿acaso no he de beberla?».

II. Cristo, nuestro sustituto

La Sustitución de Jesús en la Cruz” provocó Su punto más bajo y alejado de Su Padre que jamás habríamos imaginado; provocando Su mayor «vergüenza y maldición».
Cristo fue tratado como merecíamos ser tratados nosotros. Cristo tomó nuestro lugar en el castigo que debíamos recibir a causa de nuestra maldad.
Eso lo hace nuestro “Sustituto,” es decir, «quien murió en nuestro lugar»
(Gálatas 3.13)
Gálatas 3:13 NBLA
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros, porque escrito está: «Maldito todo el que cuelga de un madero»,

a) La Esencia del sustituto:

Ningún hombre podría morir por los pecados de otro; porque en esencia somos igual de pecadores (todos los hombres) y no hay inocencia en ninguno de nosotros.
«Nuestro castigo cayó sobre Él» pues al tomar el pecado de todos nosotros, Él se convierte en el máximo enemigo de Dios el Padre y para hallar «satisfacción» de la Justicia de Dios, debe vaciar toda la «copa de su ira» sobre Dios el Hijo que será ejecutado.

b) La Obra del Sustituto

(Isaías 53:10-11 )
Isaías 53:10–11 NBLA
10 Pero quiso el Señor Quebrantarlo, sometiéndolo a padecimiento. Cuando Él se entregue a Sí mismo como ofrenda de expiación, Verá a Su descendencia, Prolongará Sus días, Y la voluntad del Señor en Su mano prosperará. 11 Debido a la angustia de Su alma, Él lo verá y quedará satisfecho. Por Su conocimiento, el Justo, Mi Siervo, justificará a muchos, Y cargará las iniquidades de ellos.
«será entregado como ofrenda de expiación llevando así las iniquidades de ellos y salvando a muchos».
La Palabra de Dios dice e, (Ezequiel 18.4c)
Ezequiel 18:4 (NBLA)
4 “...El alma que peque, esa morirá...”
El Señor no solo fue sustituto de los pecadores al recibir el castigo que ellos merecían, sino también, que Su sacrificio fue “Vicario,” eso es, que Él nos representó en el castigo, pero con el énfasis de «hacerlo para nuestro beneficio»
Los términos Sustituto y Vicario son muy similares.
Ser sustituto de alguien, generalmente solo conlleva el concepto de estar “en lugar de…” Aunque también en algunas ocasiones se toma el significado “en beneficio de...” El sacrificio vicario de Cristo, tiene el énfasis de “obtener algo en beneficio de otro”.
(Juan 10:11 )
Juan 10:11 NBLA
11 »Yo soy el buen pastor; el buen pastor da Su vida por las ovejas.
(Romanos 5.8)
Romanos 5:8 NBLA
8 Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
(Gálatas 1.4)
Gálatas 1:4 NBLA
4 que Él mismo se dio por nuestros pecados para librarnos de este presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre,
(2 Corintios 5.21)
2 Corintios 5:21 NBLA
21 Al que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él.
Estos versículos nos dan testimonio de lo que se obtiene a partir del sacrificio vicario y sustitutivo de Cristo por los pecadores.
Chafer, Lewis Sperry. “Teología Sistemática” Tomo I. Editorial Clíe. 2009. pág. 871
Acostumbran los teólogos a distinguir el sacrificio vicario de Cristo de la siguiente manera:
“Cuando el pecador carga con su propia pena, está perdido para siempre… Cuando el pecador recibe los beneficios del sacrificio de Cristo (vicariamente) “en su representación y para beneficio de él” entonces se salva.”
Hemos dicho que Cristo fue el sustituto de los pecadores en Su muerte.
Cristo recibió lo que merecía el pecador
Cristo se hizo enemigo de Dios por causa de llevar encima los pecados del pecador.
Cristo sufrió la “Vergüenza” de la Crucifixión en lugar del pecador.
Cristo recibió la Ira de Dios que le tocaba recibir al pecador.
La humillación, la aflicción, el sufrimiento que merecía el pecador, vino sobre Cristo.

III. El Juez y el Acusado

Vemos la obra central de Cristo, pero ésta repercute en ambas direcciones, tanto para el Señor, el Juez Santo; y el pecador, el acusado declarado culpable.

a) ¿Qué pasa con el pecador?

Como resultado de la muerte de Jesús en la Cruz, el acusado recibe:

1) Los beneficios:

John Owen en su libro: “Vida por Su muerte” dice lo siguiente:
El valor de la muerte de Cristo, compró nuestra liberación del poder del pecado y de la ira de Dios, nuestra liberación de la muerte y del poder del diablo, nuestra liberación de la maldición de la ley y la culpa del pecado.
El valor de Su muerte obtuvo la reconciliación con Dios, la paz y la redención y la vida eterna. Estas cosas son ahora los dones gratuitos que Dios otorga, porque Cristo los compró en beneficio del pecador.
(Salmo 32.1-2)
Salmo 32:1–2 NBLA
1 ¡Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada, Cuyo pecado es cubierto! 2 ¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño!

b) ¿Qué pasa con Dios?

El Juez no puede ser burlado, ni engañado. El Juez está al tanto de todo lo que ocurre, por lo que el Juez experimenta:

1) Una Polaridad

Dios está al mismo tiempo ejerciendo Su Ira y Su Amor.
Sin contraponerse ni confundirse el uno con el otro. Por un lado Dios está en Su Tribunal Santo, condenando al Pecado en un acusado real y visible (Cristo el Sustituto) quien ha cargado con él.
Pero por otro lado, en ese mismo Tribunal, está Salvando a todo aquel que Ama, y que por gracia se le ha concedido recibir los beneficios de la muerte de Cristo.
Esta es la Polaridad de la Cruz.
En la misma Cruz, Dios muestra Su furia contra el pecado, y da la más maravillosa muestra de Su amor por los pecadores al entregar a Su Hijo para ser sacrificado en lugar de nosotros.
Dios Condena al pecador en la Cruz, Dios Salva al pecador por medio de esa misma Cruz.
La Justicia Santa de Dios se hace visible, y al mismo tiempo La Gracia y la Misericordia se hacen presentes.
Chafer, Lewis Sperry. “Teología Sistemática” Tomo I. Editorial Clíe. 2009. pág. 872-873
“El Calvario fue la necesaria ejecución en el tiempo, de lo que el corazón de Dios albergaba desde toda la eternidad… Una reconciliación que se haría real en el tiempo histórico y habría de ser reconocida como firme y estable por toda la eternidad.”
Dios no pasó por alto los pecados simplemente. ¡Él es Justo!
Romanos 3.25-26)
Romanos 3:25–26 NBLA
25 a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por Su sangre a través de la fe, como demostración de Su justicia, porque en Su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente, 26 para demostrar en este tiempo Su justicia, a fin de que Él sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús.
¿Él es misericordioso! al proveer remedio para nuestra condenación.
Ahora el Señor es Justo y a la vez Perdona al que tiene fe en Cristo.
La salvación es real, y Dios manda en (Hechos 17.30-31)
Hechos de los Apóstoles 17:30–31 NBLA
30 »Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignorancia, Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan. 31 »Porque Él ha establecido un día en el cual juzgará al mundo en justicia, por medio de un Hombre a quien Él ha designado, habiendo presentado pruebas a todos los hombres cuando lo resucitó de entre los muertos».
Jesús significa “El Señor Salva”
Él vino a Salvar a Su pueblo de sus pecados.
Él vino a morir en lugar de nosotros.
Él vino a satisfacer la Justicia de Dios.
Él vino a proveer el rescate inalcanzable para el pecador.
¡Hoy recordamos este día Glorioso!
Cristo fue crucificado, en debilidad, en soledad, traicionado, rechazado, golpeado y escupido.
Odiado por los hombres, abandonado por Dios, el Juez Justo. Entregado al Tribunal de Dios para ser castigado cruelmente.
Cristo, venció, pues llevó a cabo esta obra para cumplir así todos los requisitos que exigía la Ley.
Cristo venció al salvar a los pecadores que sin este sacrificio, quedarían condenados para siempre y sin esperanza alguna.
¡Dios quedó satisfecho y complacido!
¡Dios recibió con agrado el sacrificio de Su Hijo!
¡El sacrificio de Cristo no fue en vano!
¡Los pecadores encontramos esperanza!
¡Los pecadores encontramos Salvación!
¡Los pecadores nos convertimos en hijos amados por el Padre, gracias a los méritos de Cristo!
¿No aprecias la Cruz de Cristo?
¿Pasarás un día más sin venir y recibir los beneficios de este sacrificio?
Este día que recordamos de la crucifixión de Cristo ¿Cambiará tu vida por completo?