Cuando la cura es peor que la enfermedad

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La solución de Israel por el crimen de Gabaa de Benjamín estaba contaminada de sentimientos humanos y no de la voluntad y ley de Dios. El resultado fue un desastre.

Notes
Transcript

Cuando la cura es peor que la enfermedad

Jueces 20:1–3
1 Entonces salieron todos los hijos de Israel, y se reunió la congregación como un solo hombre, desde Dan hasta Beerseba y la tierra de Galaad, a Jehová en Mizpa. 2 Y los jefes de todo el pueblo, de todas las tribus de Israel, se hallaron presentes en la reunión del pueblo de Dios, cuatrocientos mil hombres de a pie que sacaban espada. 3 Y los hijos de Benjamín oyeron que los hijos de Israel habían subido a Mizpa. Y dijeron los hijos de Israel: Decid cómo fue esta maldad.

Introducción

La semana pasada vimos la maldad de los hombres de Gabaa contra la concubina de un levita, pero también la maldad y corrupción espiritual de este levita.
Esta historia presenta a un pueblo que se ha desviado del propósito de Dios, las consecuencias las sufrieron con el ataque de sus enemigos, pero también con la desgracia que trae la corrupción moral y espiritual, al grado de atacarse y matarse entre hermanos.
Todos los hombres de Israel se reunieron para tratar este asunto, ningún juez de Israel había logrado reunir a todo el pueblo con en esta ocasión. Se reunieron todas las tribus excepto Benjamín.

El relato del levita

Es verdad que el levita es victima de la maldad de Gabaa de Benjamín, pero su deseo de venganza lo lleva a actuar con injusticia.
Jueces 20:4-5. 4 Entonces el varón levita, marido de la mujer muerta, respondió y dijo: Yo llegué a Gabaa de Benjamín con mi concubina, para pasar allí la noche. 5 Y levantándose contra mí los de Gabaa, rodearon contra mí la casa por la noche, con idea de matarme, y a mi concubina la humillaron de tal manera que murió.”
Jueces 19:22Pero cuando estaban gozosos, he aquí que los hombres de aquella ciudad, hombres perversos, rodearon la casa, golpeando a la puerta; y hablaron al anciano, dueño de la casa, diciendo: Saca al hombre que ha entrado en tu casa, para que lo conozcamos.
Jueces 20:6 Entonces tomando yo mi concubina, la corté en pedazos, y la envié por todo el territorio de la posesión de Israel, por cuanto han hecho maldad y crimen en Israel.
Omitió su participación y que la mujer estaba viva cuando los hombres la dejaron:
Jueces 19:25-26Mas aquellos hombres no le quisieron oír; por lo que tomando aquel hombre a su concubina, la sacó; y entraron a ella, y abusaron de ella toda la noche hasta la mañana, y la dejaron cuando apuntaba el alba. 26 Y cuando ya amanecía, vino la mujer, y cayó delante de la puerta de la casa de aquel hombre donde su señor estaba, hasta que fue de día.
El testimonio estaba incompleto, pero también la actitud de los lideres de Israel fue de injusticia.
Porque su juicio estaba viciado por sus sentimientos y opinión personal, y no siguiendo los lineamientos de la ley de Dios. Deuteronomio 19:15No se tomará en cuenta a un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier pecado, en relación con cualquiera ofensa cometida. Sólo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación.
El levita testificó a su conveniencia y no estaba los de Gabaa para presentar su versión.
Los lideres Israelitas no procuraron corroborar la verdad.

Guerra Civil

Jueces 20:8-9Entonces todo el pueblo, como un solo hombre, se levantó, y dijeron: Ninguno de nosotros irá a su tienda, ni volverá ninguno de nosotros a su casa. Mas esto es ahora lo que haremos a Gabaa: contra ella subiremos por sorteo.
Antes de enviar una comisión para dialogar con los líderes de Benjamín, enviaron hombres armados listos para la guerra, la intención era pelear.
No consultaron a Dios primero, estaban tomando la solución en sus manos en base a sus sentimientos de enojo e indignación.
No confundamos nuestra manera imprudente de actuar con celo por la obra de Dios, pues si queremos ser justos, debemos corregir primero nuestras injusticias y pecados.
La guerra contra sus hermanos no era la mejor solución: Gálatas 6:1Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
La gente de Benjamín fue rebelde al reclamo de Israel y no quisieron entregar a la gente de Gabaa (posiblemente en parte porque no fueron oídos)
Si Israel hubiese consultado primero a Dios, hubiese sido Él quien ejecutara su justa corrección contra los malos.
Fue Dios quien ejecutó su juicio contra Coré y sus cómplices: Números 26:10y la tierra abrió su boca y los tragó a ellos y a Coré, cuando aquel grupo murió, cuando consumió el fuego a doscientos cincuenta varones, para servir de escarmiento.

La derrota

Jueces 20:18–21
18 Luego se levantaron los hijos de Israel, y subieron a la casa de Dios y consultaron a Dios, diciendo: ¿Quién subirá de nosotros el primero en la guerra contra los hijos de Benjamín? Y Jehová respondió: Judá será el primero. 19 Se levantaron, pues, los hijos de Israel por la mañana, contra Gabaa. 20 Y salieron los hijos de Israel a combatir contra Benjamín, y los varones de Israel ordenaron la batalla contra ellos junto a Gabaa. 21 Saliendo entonces de Gabaa los hijos de Benjamín, derribaron por tierra aquel día veintidós mil hombres de los hijos de Israel.
Israel juntó a 400 mil soldados mientras que Benjamín a 26,700, de estos 700 eran guerreros de élite que no erraban a un cabello con la onda.
Los Israelitas luego de confrontar a los de Benjamín consultaron a Dios, pero condicionándolo a ir a la guerra.
Los Israelitas fueron vencidos por los de Benjamín 2 veces. 22,000 +18,000 = 40,000 muertos.
Aunque Dios les respondió estas dos veces, nunca les prometió la victoria: Jueces 20:18 “Luego se levantaron los hijos de Israel, y subieron a la casa de Dios y consultaron a Dios, diciendo: ¿Quién subirá de nosotros el primero en la guerra contra los hijos de Benjamín? Y Jehová respondió: Judá será el primero.
Segunda vez: Jueces 20:23Porque los hijos de Israel subieron y lloraron delante de Jehová hasta la noche, y consultaron a Jehová, diciendo: ¿Volveremos a pelear con los hijos de Benjamín nuestros hermanos? Y Jehová les respondió: Subid contra ellos.
Debemos suponer que Dios ordenó los ataques y permitió las derrotas para castigar también la forma incorrecta de actuar de los líderes de Israel.

Victoria amarga

Jueces 20:26–28
26 Entonces subieron todos los hijos de Israel, y todo el pueblo, y vinieron a la casa de Dios; y lloraron, y se sentaron allí en presencia de Jehová, y ayunaron aquel día hasta la noche; y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová. 27 Y los hijos de Israel preguntaron a Jehová (pues el arca del pacto de Dios estaba allí en aquellos días, 28 y Finees hijo de Eleazar, hijo de Aarón, ministraba delante de ella en aquellos días), y dijeron: ¿Volveremos aún a salir contra los hijos de Benjamín nuestros hermanos, para pelear, o desistiremos? Y Jehová dijo: Subid, porque mañana yo os los entregaré.
Esta vez los israelitas se humillan, ayunan y presentan ofrendas a Dios, de tal manera que promete derrotar a los de Benjamín.
Fueron muertos 26,100 soldados de Benjamín, quedaron vivos únicamente 600, la tribu de Benjamín corría el peligro de desaparece.
En total habían muerto 66,100 hombres del pueblo de Dios, esto no es para nada agradable.
Lloraron esta desgracia:

Soluciones incorrectas

Los israelitas, movidos por sus sentimientos de enojo habían prometido no darle mujeres a los benjamitas sobrevivientes. Jueces 21:7¿Qué haremos en cuanto a mujeres para los que han quedado? Nosotros hemos jurado por Jehová que no les daremos nuestras hijas por mujeres.” Después se arrepintieron.
Nunca hagas promesas a la ligera, basadas en la excitación de tus sentimientos. En esta caso los Israelitas por enojo, y Herodes decapitó a Juan El Bautista por alegría (Mateo 14)
Para solucionar su mala desición y darle mujeres a los 600 hombre de Benjamín, se inventaron una ley de castigar a los que no asistieron a la convocatoria.
Jueces 21:8–10
8 Y dijeron: ¿Hay alguno de las tribus de Israel que no haya subido a Jehová en Mizpa? Y hallaron que ninguno de Jabes-galaad había venido al campamento, a la reunión. 9 Porque fue contado el pueblo, y no hubo allí varón de los moradores de Jabes-galaad. 10 Entonces la congregación envió allá a doce mil hombres de los más valientes, y les mandaron, diciendo: Id y herid a filo de espada a los moradores de Jabes-galaad, con las mujeres y niños.
Es irónico que lloraran por Benjamín y estén pensando en ir a matar a otros israelitas (Jabes-galaad de Manases). Las soluciones fuera del propósito de Dios acarrean más problemas y culpas.
Lograron reunir 400 mujeres pero faltaban todavía 200.
Para solucionarlo les permitieron que secuestraran a sus hijas.
Jueces 21:20-22Y mandaron a los hijos de Benjamín, diciendo: Id, y poned emboscadas en las viñas, y estad atentos; y cuando veáis salir a las hijas de Silo a bailar en corros, salid de las viñas, y arrebatad cada uno mujer para sí de las hijas de Silo, e idos a tierra de Benjamín. Y si vinieren los padres de ellas o sus hermanos a demandárnoslas, nosotros les diremos: Hacednos la merced de concedérnoslas, pues que nosotros en la guerra no tomamos mujeres para todos; además, no sois vosotros los que se las disteis, para que ahora seáis culpados.
Es irónico que la causa que inició toda esta desgracia, sea la solución final: El desprecio a las mujeres.

Conclusión

En esta historia vemos que la corrupción del pueblo de Israel les hacía tomar decisiones sin tomar en cuenta a Dios, el resultado es “soluciones chapuceadas”, que traían más dolor que alivio.
El remedio fue peor que la enfermedad.
Si se hubiera aplicado desde un principio la ley contra la concubina adultera, se hubiera evitado la muerte de más de 600 mil personas, la eliminación de un pueblo inocente, y el secuestro de mujeres vírgenes.
Levítico 20:10Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos.
Obedezcamos la Palabra de Dios y no cuestionemos ni modifiquemos sus ordenes.
Oseas 8:4Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mí; constituyeron príncipes, mas yo no lo supe; de su plata y de su oro hicieron ídolos para sí, para ser ellos mismos destruidos.”
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