ENSEÑANZA SOBRE EL DIVORCIO (MARCOS 10:2-12)

Notes
Transcript
1 UNA APROXiMACIÓN AL PASAJE.
2 ¿PUEDEN LOS CRISTIANOS DIVORCIARSE?
3 APLICACIONES SOBRE EL DIVORCIO.
Introducción
En esta serie del Evangelio nos encontramos ahora con texto de esos que el predicador normalmente no elegiría para predicar, porque es un texto difícil de predicar.
Pero eso es lo bueno de la predicación expositiva consecutiva, que el texto te elige a ti, y siempre llega en un momento oportuno para la iglesia.
Vamos afrontar el texto donde Jesús enseña sobre el divorcio.
Infelizmente estamos cada vez peor, es un mundo egoista, donde cada uno mira por si mismo, incluso si está casado.
Pero esto no es nada nuevo, forma parte de la naturaleza humana pecaminosa. Nos podemos preguntar, ¿Por qué suceden tantos divorcio? ¿Por qué se divorcian cristianos?
Vamos a ver las estadísticas.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas: En España en 2021 hubieron un total de 86.851 divorcio un 12,5% más que el año anterior.
La media de durabilidad de un matrimonio son los 16 años.
En Extremadura 1583 divorcios en 2021
De todas los matrimonios, un 60% acaba en divorcio a nivel nacional.
Las estadísticas hablan por si sola, aunque no con estos números ya era un problema en los tiempos de Jesús…
Ahora bien, ¿que enseña Jesús sobre el divorcio? ¿puede un cristianos divorciarse? ¿Cómo debemos comportarnos como para glorificar a Dios?

1. UNA APROXIMACIÓN AL PASAJE.

Antes de ir a conclusiones o ver cómo debe actuar un cristianos ante el divorcio, debemos tener una aproximación al pasaje.
El pasaje empieza de esta manera:
a) La trampa de los fariseos.
Marcos 10:2–4 LBLA
2 Y se le acercaron algunos fariseos, y para ponerle a prueba, le preguntaban si era lícito a un hombre divorciarse de su mujer. 3 Y respondiendo Él, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? 4 Y ellos dijeron: Moisés permitió al hombre escribir carta de divorcio y repudiarla.
Lo que hicieron los fariseos no fue una pregunta inocente, o que ellos ignoraban.
Teniendo en cuenta los antecedentes de Juan el Bautista, ellos quisieron pillarle y que fuera castigado por unos o por otros.
Su intención ahora es prender a Jesús con alguna trampa, ponerle en ridículo, y así desprestigiarle a ojos del pueblo, de modo que las multitudes le abandonen. Estaban convencidos que su pregunta, fuera cual fuera el modo de contestarla, le crearía a Jesús un serio problema.
Es posible que los fariseos sean conscientes de que Jesús se opone con fuerza al divorcio y planteen la cuestión para tenderle una trampa. Juan el Bautista había sido arrestado y finalmente ejecutado por Herodes Antipas por criticar su divorcio y nuevo matrimonio con Herodías (ver 6:17–18). Si Jesús está en territorio de Herodes, pasando el Jordán hacia Perea, sería vulnerable a sufrir el mismo destino.
Había dos corrientes extremas judías cara al divorcio, no había tampoco una unanimidad en aquellos tiempos.

La escuela rabínica de Shammai mantenía que erwath dabar significaba falta de castidad o > adulterio, el único crimen que justificaba a un hombre por divorciarse de su esposa. La palabra «adulterio» tiene un significado particular en la legislación judía antigua, dado que esta admitía la poligamia y el concubinato. Un hebreo podía tener dos o más esposas o concubinas, e incluso mantener relaciones con una sierva o esclava, a pesar de estar casado, sin ser acusado del delito de adulterio (cf. Lv. 19:20). El adulterio se cometía propiamente solo cuando un hombre deshonraba la esposa legítima de otro hombre

En el otro extremo, la escuela de Hillel aducía que erwath dabar denotaba cualquier cosa desagradable a ojos del esposo, o la menor falta de la esposa, p.ej., haber quemado la comida, lo que justificaba el divorcio por la más mínima razón.

Por lo tanto, de una mera y otra querían comprometer a Jesús.
b) La respuesta de Jesús
Pero como siempre Jesús realiza una gran respuesta:
Marcos 10:5–9 LBLA
5 Pero Jesús les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento. 6 Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y hembra. 7 Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre, 8 y los dos serán una sola carne; por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. 9 Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe.
¿Cómo responde Jesús?
Jesús responde con la ley, pero el hecho que una ley permita algo, no quiere decir que sea bueno para el hombre, sino que salvaguarda y protege en ciertas circunstancia.
Y si, ciertamente en la ley de Moisés está legislado el divorcio, pero no porque Dios le agrade, sino por causa del pecado y la humanidad pecaminosa.
Igual, que la ley de Moisés contemplaba la pena de muerte en algunos casos, no quiere decir que a Dios le agradara esto. Pero por causa del hombre debía permitirla. Igual pasa con el divorcio.
Deuteronomio 24:1–4 LBLA
1 Cuando alguno toma una mujer y se casa con ella, si sucede que no le es agradable porque ha encontrado algo reprochable en ella, y le escribe certificado de divorcio, lo pone en su mano y la despide de su casa, 2 y ella sale de su casa y llega a ser mujer de otro hombre; 3 si el segundo marido la aborrece y le escribe certificado de divorcio, lo pone en su mano y la despide de su casa, o si muere este último marido que la tomó para ser su mujer, 4 al primer marido que la despidió no le es permitido tomarla nuevamente como mujer, porque ha sido menospreciada; pues eso es abominación ante el Señor. No traerás pecado sobre la tierra que el Señor tu Dios te da por heredad.
Por lo tanto, la respuesta de Jesús es sabia acorde a la ley, pero aquí aprovecha y no da escusas para el divorcio o bases para este, sino lo que realmente hace, es usar la pregunta sobre el divorcio de los fariseos para convertirlo en defensa del matrimonio, que es lo que Dios instituyó y le agrada.
Pablo hace eco de ello
Efesios 5:31 LBLA
31 Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
Este mando que se extiende desde el Génesis, llega hasta los días de hoy.
Fue Dios quien hizo posible esta unión (Gn. 1:27). Fue Dios quien pronunció el mandamiento, “Fructificad …” (Gn. 1:28). Fue él quien dijo, “No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él” (Gn. 2:18). Fue Dios quien llevó a Eva para que se case con Adán (Gn. 2:22). Sin duda alguna, y desde todas las perspectivas, fue Dios quien estableció el matrimonio como institución divina (Gn. 2:24; Mt. 19:5, 6). El matrimonio es, por tanto “un estado honroso”. ¡Por tanto, lo que Dios ha unido no lo separe el hombre!
Esto, es la defensa de Jesús del matrimonio, y es lo que nosotros debemos hacer de manera vehemente, la defensa de la institución del matrimonio y la familia tal como Dios la diseñó. Poner en valor esto como Cristo lo hizo.
Por lo tanto lo que Jesús quiere decir:
El divorcio es contrario al propósito que Dios tiene para el matrimonio, surge de la dureza de los corazones humanos y produce adulterio espiritual.
Jesús, En lugar de pronunciarse sobre las “bases” legítimas para el divorcio, él les hace pensar en temas más fundamentales: la verdadera naturaleza y propósito del matrimonio y la dureza de los corazones humanos que conduce al divorcio.
Por lo tanto, El matrimonio es un pacto sagrado entre Dios, un esposo y una esposa, mediante el cual el hombre y la mujer se comprometen de por vida a estar unidos en una sola carne: a amarse uno a otro, a sacrificarse por el bien del otro y a trabajar constantemente por la reconciliación. Esta relación refleja la naturaleza de Dios, que es amorosa, generosa y trabaja constantemente para reconciliarse con sus díscolos hijos. El divorcio debería ser inconcebible en una situación donde ambas partes están comprometidas a hacer todo lo que pueden en favor de la otra persona.
Y con esto vamos a la enseñanza que le hace a los discípulos.
c) Una enseñanza a los discípulos
Marcos 10:10–12 LBLA
10 Y ya en la casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre esto. 11 Y Él les dijo*: Cualquiera que se divorcie de su mujer y se case con otra, comete adulterio contra ella; 12 y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.
Aquí vemos un matiz, si alguien se divorcia sin motivos legítmos, hay entran excepciones, y se casa con otra está cometiendo adulterio.
Hermanos, cada caso es un caso, ya vamos a ver esto más adelante, por eso cada caso debe ser visto con particularidad. Y si hay excepciones, pero cabe decir, que el divorcio es causa y consecuencia del corazón pecaminoso del hombre, esto no viene de Dios, aunque Dios lo permita.
El matrimonio es una unión, por cierto, sexual (nótese “se unirá a su esposa”), pero también intelectual, moral, y espiritual. Y esta unión la que debe cuidarse.
Lo que Jesús dice en el versículo 11 es que un esposo que se divorcia de su esposa, separando así lo que Dios ha juntado, está cometiendo un pecado gravísimo y que agrava su pecado al casarse con otra. Tal esposo está pecando no sólo contra Dios sino también contra su esposa: está cometiendo adulterio contra ella; o, “la está exponiendo al adulterio”,
Aunque Jesús reconoce que el divorcio ocurre (y por ello queda regulado en la ley del AT), siempre fue una condescendencia a la condición caída de los seres humanos.
Ahora vamos a la pregunta:

2. ¿PUEDEN LOS CRISTIANO DIVORCIARSE?

a) La respuesta rápida del No.
El matrimonio fue instituido por DIos para que ese sea indisoluble. Para que sea inquebrantable hasta que la muerte los separe.
Un matrimonio cristiano debe ser lleno de santidad.
Eclesiastés 4:9–12 LBLA
9 Más valen dos que uno solo, pues tienen mejor remuneración por su trabajo. 10 Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero; pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante! 11 Además, si dos se acuestan juntos se mantienen calientes, pero uno solo ¿cómo se calentará? 12 Y si alguien puede prevalecer contra el que está solo, dos lo resistirán. Un cordel de tres hilos no se rompe fácilmente.
Philip Henry un predicador calvinista del siglo XVII decía lo siguiente: «Todos deseas «felicidades» a los recién casado, yo les deseo «santidad» porque siendo matrimonios cristianos santos llegarán a la máxima expresión de la felicidad y el gozo como matrimonio y familia»
Precisamente es esto hermano.
La confesión de fe de Westiminster respecto al matrimonio dice en cap 24.2
Los estándares de Westminster y la forma de gobierno de Westminster Capítulo Veinticuatro: Del matrimonio y del divorcio

XXIV.2 El matrimonio fue instituido para la mutua ayuda entre el esposo y la esposa, para la multiplicación de la humanidad por generación legítima, y de la iglesia con una simiente santa;478 y para la prevención de la impureza.

Historicamente tenemos diferentes testimonios a favor de, matrimonio y en contra del divorcio entre cristianos.
En la parte occidental de la Iglesia, debido especialmente a Agustín de Hipona, el matrimonio fue tenido por indisoluble.
La parte de oriente:
Todas las Iglesias cristianas confesaban su fe en la prohibición evangélica del divorcio, pero hacia el siglo VI las Iglesias de Oriente hablaban ya de «muerte moral» de un matrimonio, y apelando a la cláusula de Mateo reconocieron al cónyuge inocente la libertad de poder volver a casarse, primero solo para casos de adulterio, después también por otros motivos.
Si hay un matrimoni crsitiano que guardan la comunión con Dios y viven como tal, será una familia de bendición, y nunca habrá un divorcio. El divorcio viene cuando una de las partes o las dos descuidan su comunión con Dios y fallan a sus votos…
Y aunque a veces es necesario, el divorcio siempre es resultado de la pecaminosidad humana. Aunque Dios permitió el divorcio nunca lo sancionó. Esto hace que el objetivo de buscar “bases” sea inapropiado.
De hecho ahora vamos a ver esa excepciones:
b) Observando algunas excepciones que permiten el divorcio
Aunque Dios detesta el divorcio,
Malaquías 2:16 LBLA
16 Porque yo detesto el divorcio—dice el Señor, Dios de Israel—y al que cubre de iniquidad su vestidura—dice el Señor de los ejércitos—. Prestad atención, pues, a vuestro espíritu y no seáis desleales.
Por causa de nuestro corazón, pero por falta de integridad humana Dios permite el divorcio y el volverse a casar en casos de infidelidad y de abandono por un cónyuge incrédulo.
Mateo 5:32 LBLA
32 Pero yo os digo que todo el que repudia a su mujer, a no ser por causa de infidelidad, la hace cometer adulterio; y cualquiera que se casa con una mujer repudiada, comete adulterio.
Jesús señala que el divorcio no es ni un derecho ni un privilegio, sino más bien una concesión a la pecaminosidad humana. Siempre es contrario a la voluntad de Dios, aunque esté “permitido” en algunas circunstancias. Estos puntos tienen implicaciones importantes en la manera de la iglesia de tratar el divorcio.
Aunque hay una norma, tampoco se puede ver cada matrimonio, situación y posible divorcio como todos iguales.
Volviendo a la Confesión de Westminster, ya da algunos consejo para no tener que aplicar el divorcio.
Los estándares de Westminster y la forma de gobierno de Westminster Capítulo Veinticuatro: Del matrimonio y del divorcio

XXIV.3 Es lícito para toda clase de personas que poseen la capacidad de entendimiento dar su consentimiento para casarse. Sin embargo, es deber de los cristianos casarse solamente en el Señor;481 y por lo tanto, los que profesan la verdadera religión reformada no deben casarse con infieles, ni con católicos romanos u otros idólatras. Los que son piadosos, tampoco deben unirse en yugos desiguales casándose con quienes sean notoriamente malvados en su vida, o sostengan herejías detestables.

¿Es decir un cristiano si su conyuge no es cristiana debe serparse? NO, si hay paz en el matrimonio, Pablo lo explica muy bien.
1 Corintios 7:10–16 LBLA
10 A los casados instruyo, no yo, sino el Señor: que la mujer no debe dejar al marido 11 (pero si lo deja, quédese sin casar, o de lo contrario que se reconcilie con su marido), y que el marido no abandone a su mujer. 12 Pero a los demás digo yo, no el Señor, que si un hermano tiene una mujer que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. 13 Y la mujer cuyo marido no es creyente, y él consiente en vivir con ella, no abandone a su marido. 14 Porque el marido que no es creyente es santificado por medio de su mujer; y la mujer que no es creyente es santificada por medio de su marido creyente; de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mas ahora son santos. 15 Sin embargo, si el que no es creyente se separa, que se separe; en tales casos el hermano o la hermana no están obligados, sino que Dios nos ha llamado para vivir en paz. 16 Pues ¿cómo sabes tú, mujer, si salvarás a tu marido? ¿O cómo sabes tú, marido, si salvarás a tu mujer?
Pero claro, muchas veces esto no se puede preever, y paeece que uno se casa con cristianos, y pasa lo siguiente… la confesión de Westmister, aplicando las palabras de Jesús, dice lo siguiente.
Los estándares de Westminster y la forma de gobierno de Westminster Capítulo Veinticuatro: Del matrimonio y del divorcio

XXIV.5 El adulterio o la fornicación cometidos después del compromiso, si son descubiertos antes del matrimonio, dan ocasión justa a la parte inocente para disolver el compromiso. En el caso de adulterio después del matrimonio, es lícito para la parte inocente presentar demanda de divorcio, y después del divorcio casarse con otra persona como si la parte ofensora estuviese muerta.490

Los estándares de Westminster y la forma de gobierno de Westminster Capítulo Veinticuatro: Del matrimonio y del divorcio

XXIV.6 Aunque la corrupción del ser humano sea tal, que le dé aptitud para estudiar argumentos para separar indebidamente a aquellos que Dios ha unido en matrimonio; sin embargo, nada excepto el adulterio, o la deserción obstinada que no pueda ser remediada por la iglesia o el magistrado civil, es causa suficiente para la disolución del lazo matrimonial. Si este fuese el caso, debe observarse un procedimiento público y ordenado, y las personas involucradas en éste no deben ser dejadas a su propia voluntad y discreción en su propio caso.492

Este último párrafo es importante.
Adulterio,
Enfrentamientos obstinados (que no se pretende cambiar)
Esto da pie también al maltrato.
Un esposo que maltrata físicamente a su esposa está violando claramente el mandamiento de amar a la esposa como Cristo amó a su iglesia (Ef 5:25).
Es causa suficiente para la disolución del lazo matrimonial.
Dice también:
Los estándares de Westminster y la forma de gobierno de Westminster Capítulo Veinticuatro: Del matrimonio y del divorcio

Si este fuese el caso, debe observarse un procedimiento público y ordenado, y las personas involucradas en éste no deben ser dejadas a su propia voluntad y discreción en su propio caso.

Hay que ordenar las cosas, no puden dos que están casados vivir separados, si se cumplen los requisitos mencionados hay que actuar en el orden. No vivir en desorden.
Pero como cristianos debemos afrontar el matrimonio y sus desafíos tomando el mayor ejemplo, este es Cristo: Y con esto quiero hacer un llamado a los matrimonios de la iglesia, futuros matrimonios o aquellos que están en divorcio, sigamos las pisadas de Cristo.
A los matrimonios, para no caer en el divorcio
A los futuros, para saber elegir y esperar.
A los que están en divorcio a saber perdonar y descansar en el Seño0r en su corazón aunque por los motivos no puedan volver con su ex.

3. APLICACIONES SOBRE EL DIVORCIO

Veamos a:
a) Cristo y la Iglesia, ejemplo perfecto de matrimonio.
Pretendo hacer como hizo Cristo con los fariseos, más que justificar las bases de un divorcio, es ensalzar los valores y bendiciones del matrimonio.
Efesios 5:22–33 LBLA
22 Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. 23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo Él mismo el Salvador del cuerpo. 24 Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada. 28 Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia; 30 porque somos miembros de su cuerpo. 31 Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32 Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia. 33 En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.
No vaya a ser nuestro matrimonio como aquel que voy a contar:
Una niña le preguntar a su madre: ¿mamá que se dicen los novios cuando se van a casar?
La Madre contesta: Se dicen que se quiere, que se aman, que se serviran los unos a los otros, en amor, respeto, entrega. Que velaran por la paz de su hogar, dandose el uno al otro.
Entonces, la niña habiendo percivido algunos desbarajuste en su hogar, le dijo a su madre: Mamá, ¿entonces vosotros no estáis casados, verdad?
Nuestros matrimonios deben reflejar el amor, el amor y la entrega de Cristo por su Iglesia. Y así debemos corresponder a nuestro cónyuge, con amor y entrega. La verdadera comunión debe empezar en el matrimonio.
Debemos ver a:
b) Cristo como ejemplo de unidad y amor
Que la unidad no nos duela, ni nos parezca pesada…
No seamos como ese matrimonio que discutía un día y le dice la mujer: Aprende de nuestro perro y gato, lo bien que conviven.
A esto contesta el esposo: Si, prueba entonces a unirlos por una cuerda, verás como reaccionan.
El matrimonio, no debe ser una unión a la fuerza y porque toca. Sino una unión en el delite del amor. Y ese amor que mana de Cristo como ejmeplo, debe ser el que nos une. No la cuerda de la hipeteca, un prestamos o los hijos. Debe ser el vinculo del amor. Como nuestra unión con Cristo, que es el amor.
Pero sobretodo debemos ver a Cristo:
c) Cristo también es dador de gracia y perdón.
El matrimonio cristiano debe estar lleno de gracia, gracia el uno con el otro, pero también de perdón, de saber pedir perdón y saber darlo cuando toca.
Debe reinar esto:
Efesios 4:26–27 LBLA
26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis oportunidad al diablo.
A los que me escuchan hoy y están divorciados. Aunque las circunstancias te lleven por los antecedentes a no poder restaurar tu matrimonio, y seas la parte víctima de estas excepciones. Si como cristiano, debes mirar a Cristo, que al igual que fue tu dador de gracia y perdón, poder perdonar a la otra parte como Cristo lo hace contigo cada vez que fallas y sin merecerlo te perdona.
No prives a la otra persona del perdón en tu corazón aunque no te lo pida, pues no te prives tu de la liberación del perdón.
Miremos a Cristo…
CONCLUSIÓN
Y Partamos de la bases de:
El divorcio es por causa de nuestra pecaminosidad, aunque Dios en cierta manera lo permite, Él no lo aprueba.
Hay excepciones en la que el divorcio es legítimo, pero sigue siendo por causa del pecado de la humanidad.
Cada caso es un caso y si llega el infeliz desenlace del divorcio, debe ser examinado particularmente.
Estamos llamados como iglesia a seguir el ejemplo de Cristo. Y Cristo representa lo que es totalmente contrario al divorcio.
Por lo tanto, matrimonios, cuidaros de esto, sieguid el ejemplo de Cristo.
Hermanos, que ya están divorciados, perdonad como Cristo nos perdonó, aunque no se pueda volver.
Marcos Actitud de la iglesia ante el divorcio

aunque a veces es necesario, el divorcio siempre es resultado de la pecaminosidad humana.

Por eso hermanos, busquemos la paz, y que esa paz y unidad reine en nusstros corazónes.
Su gracia es mayor, confía en Él.
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