SANTOS PARA EL BIEN (MARCOS 9:42-50)

Evangelio según San Marcos  •  Sermon  •  Submitted
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1 PARA EL BIEN DE MI HERMANO (42)
2 PARA NUESTRO BIEN (43-50)
3 EL PORVENIR DE LA HUMANIDAD (50)
Introducción.
Que maravilla poder llegar a este tiempo y poder exponer la Palabra en esta serie del Evangelio Según san Marcos.
Recordemos que Jesús está camino a Jerusalén para ser entregado y está enseñando cosas valiosas a sus discípulos.
Como en base de la autoridad de su poder.
Como el servicio de humildad.
La comunión con los demás alejada del exclusivismo.
Y hoy precisamente es el llamado a ser santos para el bien. Para el bien de nuestros hermanos (que no le impidamos ser de bendición ni tampoco esxluvistas con ellos).
Por lo tanto, como dice el dicho popular «Haz el bien y no mires a quien». Pero aquí estamos hablando de algo más profundo, más importante que el concepto de bien a los estándares humanos, sino que es el concepto de santidad, procurar el bien acorde a las Escrituras.
¿Por qué es necesario esto? ¿Cómo podemos ser santos de bendición para mi hermano? ¿Cómo podemos ser santos para gloria de Dios? Pues la santidad parte de la piedad propia de como vivamos, actuemos y caminamos en este mundo…
Vamos allá… Santos para el bien...

1. PARA EL BIEN DE MI HERMANO (42)

42 Y cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si le hubieran atado al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y lo hubieran echado al mar.

Para entender mejor este texo, hay que unir el anterior pasaje con este, por eso vuelo a leerlo…
Marcos 9:38–42 LBLA
38 Juan le dijo: Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no nos seguía. 39 Pero Jesús dijo: No se lo impidáis, porque no hay nadie que haga un milagro en mi nombre, y que pueda enseguida hablar mal de mí. 40 Pues el que no está contra nosotros, por nosotros está. 41 Porque cualquiera que os dé de beber un vaso de agua, por razón de vuestro nombre, ya que sois seguidores de Cristo, en verdad os digo que no perderá su recompensa. 42 Y cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si le hubieran atado al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y lo hubieran echado al mar.
Le está diciendo que ese que tratasteis de impedirselo de una manera errada, no es que sólo sea vuestro hermano y no vaya en contra nuestra y que esté con nosotros aunque no permanezca a esta comunidad, sino que es vuestro deber bendecir y tratar bien, sin poner la zancadilla.
Pues fuimos llamados para hacer el bien, bendecir apartados para la comunión con nuestros hermanos. Por lo tanto…
a) No haciendo tropezar al hermano.
Llamese como se llame, sea de donde sea, lleve el tiempo que lleve, es nuestro hermano y debemos procurar su bien., debemos procurar que el hermano sea bendecido y fortalecido.
Filipenses 2:1–5 LBLA
1 Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu, si algún afecto y compasión, 2 haced completo mi gozo, siendo del mismo sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito. 3 Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, 4 no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. 5 Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús,
Hebreos 12:14 LBLA
14 Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Romanos 12:18 LBLA
18 Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres.
Y esta es muy importante:
Gálatas 6:10 LBLA
10 Así que entonces, hagamos bien a todos según tengamos oportunidad, y especialmente a los de la familia de la fe.
Este es nuestro mandato como cristianos, y eso que sólo hemos visto algunos versículos.
Pues de lo contrario,
b) Pues esto trae consecuencias.
Aquel que no procura la paz, aquel no no trata de bendecir a su hermano, no a conocido a Dios.
1 Juan 4:20–21 LBLA
20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto. 21 Y este mandamiento tenemos de Él: que el que ama a Dios, ame también a su hermano.
Por lo tanto, si no tienes un poco de amor por tu hermano, no has conocido el amor de Dios y si es así, actuarás para tu conveniencia y buscarás hacerle tropezar.
Y esto tiene consecuencia: Vamos a recordar:
Marcos 9:42 LBLA
42 Y cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si le hubieran atado al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y lo hubieran echado al mar.
(poner imagen en diapositiva)
La piedra de molino de la que habla el Señor es la piedra superior de las dos entre las cuales se tritura el grano. No se refiere a la piedra del molino de mano, sino a una mucho más pesada movida por un burro. En el centro de esta piedra superior, sea de un molino de mano o de uno movido por fuerza animal, hay un agujero por donde se puede echar el grano para molerlo entre las dos piedras. La presencia de este agujero explica la frase “que se le colgase una pesada piedra de molino alrededor del cuello”. Con esta piedra de molino alrededor del cuello, indudablemente se ahogaría.
Esta piedra era tirado por animales e incluía una piedra vertical de 1 a 1,5 metros que trituraba el grano rodando en un recorrido circular alrededor de una base de piedra.
Aquel que hace tropezar a su hermano, no ama a su hermano, por lo tanto no ama a Dios y su fin será la muerte eterna. Pues sólo aquellos que son salvos pueden amar a Dios y amar a su hermano como el quiere.
La consecuencia es inevitable para el ser humano, si no pone los ojos en el Señor.
Por eso, si hemos sido salvos, debemos procurar vivir como tales, y esto es amar a nuestro hermano, aunque difiera con nosotros.
Mi llamado es que si has escuhado la voz del Señor y a Él le sigues, procura amar a tu hermano, procurar bendecirlo y glorificarás al Señor. Ahora es el momento de arrepentimiento.
Pero no sólo somos llamados a ser santos para bendición de nuestros hermanos, sino para nosotros, y esto se hace evitando caer en la tentación, no dando lugar al enemigo, evitando todo aquello que nos de lugar a pecar.

2. PARA NUESTRO BIEN (43-50)

Marcos 9:45–49 LBLA
45 Y si tu pie te es ocasión de pecar, córtalo; te es mejor entrar cojo a la vida, que teniendo los dos pies ser echado al infierno, 46 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego no se apaga. 47 Y si tu ojo te es ocasión de pecar, sácatelo; te es mejor entrar al reino de Dios con un solo ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno, 48 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego no se apaga. 49 Porque todos serán salados con fuego.
¿Cómo hemos sido llamados a ser santos? ¿Cómo lo haremos para nuestro bien?
Aquí vemos palabras muy fuertes incluso, pero eso son hipérboles, para que nos demos cuenta de lo serio que es eso. Estamos hablando cosas eternas.
Pues parece que dice esto:
Por tanto, si cualquiera de estos induce a una persona a pecar, de inmediato se debe prescindir de dicho órgano. Si es una mano o un pie, debe cortarse; si es un ojo, debe sacarse.
Pero no, lo único que dice: evita caer en la tentación, por medios para no dar lugar a caer.
Efesios 4:27 LBLA
27 ni deis oportunidad al diablo.
Por supuesto, estas medidas destructivas y negativas, nunca tendrán éxito sin la acción poderosa, santificadora y transformadora del Espíritu de Dios en el corazón y en la vida.
Pero si tienes al ES, si has sido salvado, puedes hacer frente a esto y ser de bendición.
a) Evitando caer en tentación.
Hablan de mano, pie, y ojos… Esto tiene un significado.
Mano: Se referiere a la acción, con la mano es que trabajamos, comemos, hacemos cosas. Por eso, tratemos de no hacer cosas pecaminosas contra nosotros mismo y contra nuestro prójimo.
Ejemplo: Violencia, humillar, pecados sexuales.
Romanos 6:12–13 LBLA
12 Por tanto, no reine el pecado en vuestro cuerpo mortal para que no obedezcáis sus lujurias; 13 ni presentéis los miembros de vuestro cuerpo al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
Pie: Se refiere a nuestra forma de vivir, como caminamos, que camino tomamos. Si tenemos buen testimonio, frutos, o vamos caminando según las corrientes del mundo.
Ejemplos: Si no vivimos como cristianos, y participamos de las corrientes del mundo. Si nuestro testimonio no es bueno.
Proverbios 4:14–19 LBLA
14 No entres en la senda de los impíos, ni vayas por el camino de los malvados. 15 Evítalo, no pases por él; apártate de él y pasa adelante. 16 Porque ellos no duermen a menos que hagan el mal, y pierden el sueño si no han hecho caer a alguno. 17 Porque comen pan de maldad, y beben vino de violencia. 18 Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va aumentando en resplandor hasta que es pleno día. 19 El camino de los impíos es como las tinieblas, no saben en qué tropiezan.
Ojo: Se refiere a la codicia, a lo que envidiamos, a lo que permitimos entrar a nuestro interior. Hay que tener cuidado por esto es la ventana a nuestro interior, si nos rodeamos de cosas pecaminosas, los ojos son el primer paso para que los otros miembros actúen pecaminosamente.
Mateo 6:22–23 LBLA
22 La lámpara del cuerpo es el ojo; por eso, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz. 23 Pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Así que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande no será la oscuridad!
Por lo tanto, esto es muy sutil.
Un buen ejemplo:
Mateo 5:27–28 LBLA
27 Habéis oído que se dijo: «No cometerás adulterio». 28 Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Fijaros, es loq ue más influencia nuestra mente, por lo tanto, cuidemos nuestros ojos, evitemos llenarnos de cosas pecaminosas.
Romanos 8:13 LBLA
13 porque si vivís conforme a la carne, habréis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
Y esto se traduce:
b) Procurando el bien y la santidad.
Si somo cristianos debemos andar como cristianos.
Por lo tanto, el cristiano busca el bien, la paz, la santidad, porque esto es lo que su maestro, nuestro maestro, Cristo nos enseña.
Procurando como iglesia hacer el bien, buscamos servir, buscamos ser luz, para que otros puedan conocer el amor de Cristo.
Filipenses 3:7–8 LBLA
7 Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8 Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo,
Porque el Cristiano se mira a lo porvenir como mayor de lo que este mundo puede ofrecer, y busca glorificar a Cristo.
Pero puedes que te estés preguntando, ¿cuál es mi lugar? ¿Cómo evitar caer como aquel del dibujo?
Vamos al siguiente punto:

3. EL PORVENIR DE LA HUMANIDAD (50)

Hemos visto como santos, llamados por Cristo y apartados para hacer el bien, lo que debemos procurar y lo que debemos evitar.
Pero quizás tu te encuentres en la tesitura de no saber si eres de Cristo o no. Vamos a ver en este apartado lo que necesitas esuchar para entenderlo:
a) En base a nuestra naturaleza si no le ponemos remedios.
Nos iriamos al primer versículo:
Marcos 9:42 LBLA
42 Y cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si le hubieran atado al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y lo hubieran echado al mar.
Por mucho que procures hacer el bien, si no tienes al ES y por lo tanto actuarás según tu conveniencia, buscando tu propio interés, esto te lleva al camino que acaba en el infierno, muerte eterna.
Esta destrucción no es una aniquilación instantánea, de tal forma que nada quede de los impíos. En otras palabras, no dejarán de existir. La destrucción de la que habla la Escritura es una destrucción eterna (2 Ts. 1:9). Han perecido sus esperanzas, sus goces, sus oportunidades, sus riquezas, etc., y eso mismo es su tormento para siempre.
El ser humano en su naturaleza si no lo pone remedio está esclavo del pecado.
Romanos 3:23 LBLA
23 por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios,
Y no podemos ser salvos por nosotros mismos, en nuestras fuerzas, por el SH por naturaleza está muerto espiritualmente.
Romanos 6:23 LBLA
23 Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Este es el remdio, que necesitas.
Cristo.
Por lo tanto:
Hay dos caminos, uno en base a la naturaleza humana pecaminosa sin remedio, otro…
b) En base a los méritos y gracia de Cristo.
Mateo 7:13–14 LBLA
13 Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. 14 Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
Y esta es la invitación:
Juan 10:9 LBLA
9 Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto.
Por Cristo somos salvos, justificados. Para poder vivir en santidad.
No mires a otro lado, mira a Cristo.
Hebreos 12:2 LBLA
2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.
El único remedio para no caer en la muerte eterna, es Cristo.
Recibiendo a Cristo como tu Señor y Salvador, recibirás al ES, tendrás vida eterna, por eso te invito que te arrepientas de tus pecados, pidas perdón al Señor, le reconozca como tu Señor y Salvador, que el pagó el precio por ti. Para que te unas a la iglesia, sea santo para bendición.
Y ahora si...
c) Por Él podemos ser santos.
Marcos 9:50 LBLA
50 La sal es buena; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y estad en paz los unos con los otros.
Necesitamos sal en nuestra vida. y no para vivir saboroso, sino para vivir sin corrupción.
La sal antiguamente que no había remedio, era la solución para guardar la carne y que no se pudriera.
Por lo tanto, hemos sido salado, necesitamos ser sal, salar a este mundo como cristianos que somos somos.
Mateo 5:13–16 LBLA
13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres. 14 Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; 15 ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. 16 Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Como iglesia debemos dar testimonio de lo que hemos recibido, dar en gracia lo que hemos recibido en gracia.
CONCLUSIÓN
Este es el evangelio y misión de la iglesia.
Hemos sido salvados para ser de bendición y no de maldición.
Para ser luz y sal en este mundo.
Para amar al perdido y mostrarle el camino.
Para que este mundo conozca las maravillas de la salvación de nuestro Señor.
Y sepan que Sólo en Jesús hay salvación.
Hermanos, es nuestra responsabilidad, que Dios siga haciendo su obra. Cuidemonos nostros en lo que nos corresponde, porque Él cuida de ti y de mí.
Que el Señor bendiga su Palabra.
ORACIÓN FINAL
Señor Dios, concedenos que como hemos sido llamados para ser santos, busquemos serlo, procurando obras de bendición y amor a nuestros hermanos y prójimos. Te pedimos sabiduría para que evitemos caer en tentación y pongamos remedios a esos pecados que más nos cuestan, sabemos que podemos hacerlo pues nos has llenado con tu Espíritu Santo. Señor concedenos ser esa sal que tanto necesita esta tierra. Por Jesucristo Nuestro Señor, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo esté con todos vosotros. Amén.
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