1 Juan 5:9-21 - Certezas cristianas
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Introducción
Introducción
Cita bíblica: 1 Juan 5:9-21
I. Vida eterna (13)
I. Vida eterna (13)
Nos encontramos en la última sección de la carta de Juan. En un mundo de inseguridades el creyente tiene grandes certezas las cuales confiar. La vida eterna que posee es una gran realidad que no debe ser puesta en duda. El escrito de Juan no es para llevarlos a creer en Cristo, sino para afirmarlos en aquellos que ya han creído. Nos habla acerca de la seguridad de tener vida eterna.
Aquí se encuentra a la fe como un elemento principal de la seguridad de tener vida eterna. Si bien la fe nos lleva a recibir la salvación por gracia, nuestras obras son las que lo evidencian. Así lo podemos observar en toda la carta que hemos estado viendo: a) La obediencia a los mandamientos (2:3); b) El amor a los hermano (2:10); c) La afirmación de la fe (2:24); d) La pureza de vida (3:9); e) Afirmar y creer en la deidad de Jesucristo.
Cuando hacemos una observación de nuestras vidas en relación a nuestras obras, podemos determinar si realmente somos salvos o no.
II. Oración contestada (14-17)
II. Oración contestada (14-17)
La segunda certeza que el creyente tiene es que sus oraciones son contestadas siempre por el Señor. El asunto de Juan aquí es “pide todo lo que quieras”. Pero debemos notar que hay ciertos aspectos que debemos tomar en cuenta si es que queremos pedir lo que queramos:
Debemos ser salvos (1 Jn 3:21-22; Jn 15:7)
Confesar el pecado (Sal 66:18; 1 P. 3:7)
Darle gloria con lo que pedimos (Jn 14:13-14)
En sumisión (Lc 22:42)
Tener deleite en él (Jn 16:23-24; Sal 37:4)
¿Qué pasa si tengo todo esto y aún así pido al Señor por la restauración física de una persona que vive en continuo pecado?
Juan nos da la respuesta a esto mencionando que hay pecados de muerte y otros que no lo son.
Hay dos puntos de pvista, 1) La incredulidad como pecado de muerte y 2) La práctica continua de pecado como pecado que lleva a castigo de muerte. En la carta a los Hebreos 10:26-31 se menciona una consecuencia por una acción voluntaria. La acción voluntaria es cometer un pecado, la consecuencia de eso es esperar “una horrenda expectación de juicio”. Lo mismo encontramos en el Antiguo Testamento sobre el cometer un pecado voluntariamente (Num 15:30-31). ¿Significa esto que todos los pecados voluntarios reciben un castigo de pena de muerte? La actuación de Dios sobre el cristiano es diversa, pero una de las formas es que dicha persona sea cortada por muerte física (Hch 5:1-11; 1 Co. 11:30; 5:5; Jer 7:16; 11:14; 14:11).
Entonces, Juan no prohibe la oración, pero no la recomienda porque no sería respondida, ya que sería contraria a la voluntad de Dios. Orar por quienes están cometiendo pecado de muerte no dará lugar a los resultados que de otra manera podrían esperarse.
III. Victoria sobre el pecado (18)
III. Victoria sobre el pecado (18)
Nadie que ha sido transformado por el nuevo nacimiento sigue viviendo en un patrón de continuo pecado (Ro. 6:17-22).
IV. Pertenencia a Dios (19)
IV. Pertenencia a Dios (19)
No hay término medio, ni tercera opción. Todo el mundo es parte del reino de Dios, o del reino de Satanás (Lc 11:23).
V. Deidad de Cristo (20-21)
V. Deidad de Cristo (20-21)
Juan comenzó el tratado con la venida del Verbo de vida (1 Jn 1:1-4) y la termina con la seguridad de que el Hijo de Dios ha venido. Nuevamente se expone la importancia enfática de creer en la deidad de Cristo y no adorar dioses falsos, sino al Dios vivo y verdadero.
Conclusión
Conclusión
La esperanza que tenemos en Cristo nos genera certezas en la vida: Seguros de tener vida eterna, de que Dios nos escucha cuando estamos en su voluntad, hemos vencido al pecado, le pertenecemos a Dios y todo esto gira en torno a Cristo como el Hijo del Dios verdadero.