Lo que tengo te doy

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La condición de impotencia del cojo es figura del hombre sin Dios. La disposición de los apóstoles de ayudarlo es un ejemplo para nosotros, que aunque no tengamos riquezas para darles, tenemos el poder de Dios.

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Lo que tengo te doy

Hechos de los Apóstoles 3:1–8
1 Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. 2 Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. 3 Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. 4 Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. 5 Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. 6 Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. 7 Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; 8 y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.

Introducción

Pedro y Juan se dirigían al templo a la oración de las dos de la tarde cuando encontraron a un hombre paralítico a la orilla de la puerta que les pedía limosna.
No tenían nada para darle, pero en El Espíritu Santo los inspiró para darle una palabra de sanidad que fue más valiosa que cualquier cantidad de dinero que pudiera haber recibido.
La palabra declarada por los apóstoles y la obediencia del hombre activó el poder de Dios para que se produjera un milagro glorioso.

La condición del mundo

La condición del hombre cojo es figura de la condición del hombre sin Dios.
Había nacido discapacitado. Hechos 3:2Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo.
El hombre sin Dios está muerto. Efesios 2:5aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)
Necesitaba que alguien le ayudara. Habían personas dispuestas a ayudarle todos los días, lo hacían porque le amaban.
Cuando tenemos amor por las almas, no nos importará compartirles todos los días la esperanza en Cristo, orar por ellos y aconsejarlos.
Su discapacidad le impedía trabajar. Así el hombre no puede valerse por sus propios medios, cada día necesita de Dios. Juan 15:5Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

Compañeros espirituales

Hechos 3:1Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración.
Pedro y Juan eran buenos compañeros, antes de ser llamados por el Señor ya eran compañeros de trabajo, pero en la obra de Dios continuaban juntos. Juntos fueron al sepulcro. Aquí iban juntos a orar.
Cuan importante es que tengamos compañeros en la obra de Dios. Eclesiastés 4:9-10Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.
Esto lo aprendieron del Señor: Marcos 6.7Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos.
Los que son casados deben hacer juntos la obra de Dios. Los solteros deben buscar una pajera de su mismo sexo.

No solo las riquezas son necesarias

Hechos 3:6-7Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos;
Pedro y Juan no tenían dinero para darle (para el cojo su limitación financiera fue una gran bendición).
Pero no les impidió disponer a darles lo que habían recibido de Dios. Mateo 10.8Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
Con fe y autoridad ordenan al paralítico ponerse de pie. Pedro y Juan pudieron hacer esto porque estaba llenos del Espíritu Santo, tenían fe y habían dispuesto su vida a obedecer a Dios.
Al instante el hombre fue sano, pero en lugar de jactarse de este milagro, le dieron la gloria a Dios.
Hechos 3:11–16 11 Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo, atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón. 12 Viendo esto Pedro, respondió al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿o por qué ponéis los ojos en nosotros, como si por nuestro poder o piedad hubiésemos hecho andar a éste? 13 El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad. 14 Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, 15 y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. 16 Y por la fe en su nombre, a éste, que vosotros veis y conocéis, le ha confirmado su nombre; y la fe que es por él ha dado a éste esta completa sanidad en presencia de todos vosotros.

Conclusión

Es sorprendente lo que hizo Pedro, pero sinceramente no hizo mucho, lo único que hizo fue hablarle y extender su mano para ayudar a levantarse y Dios hizo todo.
Posiblemente te sientes incapacitado para ayudar al necesitado pues tus recursos y capacidades terrenales no son suficientes, recuerda que El Señor espera de ti únicamente disposición y obediencia, Él te capacita para hacer la obra con poder y autoridad, quizá no tengas los recursos para llevar ayuda económica al necesitado pero si puedes llevarle Palabra de salvación y vida eterna.
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