La incredulidad es la ceguera del alma

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La incredulidad es la razón por la que Dios ciega el entendimiento de los que no quieren creer.

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La incredulidad es la ceguera del alma

Juan 12:37–43
37 Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él; 38 para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor? 39 Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías: 40 Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane. 41 Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él. 42 Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. 43 Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.

Introducción

En la narración de la semana de la pasión de Cristo, entre su entrada triunfal en Jerusalén y la última cena, Juan hace una pausa para presentar esta reflexión, del por qué los judíos rechazaban a Jesús.
Esta narración es bastante triste porque a pesar de que Jesús había demostrado con suficientes pruebas y cumplimientos proféticos de que Él es el Cristo, los judíos no creyeron en Él.

Pruebas y señales

Juan 12:37Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él;
Jesús había realizado muchos milagros durante su ministerio, desde sanar de fiebre a la suegra de Pedro, (Mateo 8:14), hasta resucitar a Lázaro después de 4 días (Juan 11:43), pasando por multiplicar los panes y los peces, calmar la tempestad, etc.
Juan 12:9-11 relata que, a pesar de que fueron testigos de la resurrección de Lázaro, los principales sacerdotes querían matar a Jesús y también a Lázaro.

Las señales no son determinantes en la fe

Una persona puede venir a Cristo por las señales o sin ellas.
Los judíos pidieron señal para creer: Juan 6:30Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces?” Pero aunque Jesús les hubiera mostrado ese momento una señal, no hubieran creído en Él, esto es lo que Juan afirma aquí.
Jesús les declara que no creerían aun cuando un muerto se levantara a predicarles: Lucas 16:31Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.
Hoy más que nunca la gente pide señales, manifestaciones de Dios para creer en Él, pero no podrán alcanzar la fe sino creen en la Palabra de Dios. Romanos 10:17Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

El rechazo de Dios anticipado

Juan 12:38-40para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías, que dijo: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y a quién se ha revelado el brazo del Señor? Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías: Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane.
Dios está con los brazos abierto para todo aquel que creen en Él y en Jesucristo su Hijo, pero desprecia a los que le rechazan.
Dios rechazó a estos judíos de antemano porque sabía que escogerían lo malo antes que a Jesús.
Dios le advirtió a Isaías cuando lo llamó que le enviaría a predicar a un pueblo que no le escucharía. (v. 40): Isaías 6:10Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.
Dios es soberano y todopoderoso, no permitirá que su nombre sea blasfemado por rebeldes. Mateo 7:6No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.

Las decisiones del hombre

Juan 12:42-43Con todo eso, aun de los gobernantes, muchos creyeron en él; pero a causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga. Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios.
Muchos de ellos no creían a pesar de las señales, pero otros si creyeron pero prefirieron la gloria de los hombres.
Prefirieron quedar bien con la gente antes que sufrir los desprecios por causa de Cristo.
Tenemos la historia de dos hombre: Nicodemo y José de Arimatea. Juan 19:38-39Después de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente por miedo de los judíos, rogó a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces vino, y se llevó el cuerpo de Jesús. También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras.
Estos dos hombres importantes en la sociedad judía, debieron confrontar sus convicciones, seguir ocultando su fe por amor a la gloria de los hombres, o testificar de su fe en Jesucristo a costas de su posición social.
Por amar al mundo, perdieron la gloria de Dios, como Esaú que por un plato de comida perdió su herencia eterna. Juan 3.19Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Todavía hay personas que se les predica la Palabra, se les muestra su pecado a la luz de la Biblia, se les advierte del destino de su alma, pero prefieren el pecado antes que a Dios.

Conclusión

Este texto nos muestra que Dios es soberano, y otorga salvación a quien Él quiere según su potestad. Juan 5:21Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida.
La incredulidad es la ceguera del alma, podremos estar rodeados de la gloria de Dios, pero si seguimos empecinados en nuestra manera de pensar, no nos humillamos y no le abrimos el corazón al Espíritu Santo para que nos ilumine, no podremos alcanzar la fe que salva.
A pesar de las señales, los judíos prefirieron no creer en Jesús, con esto se cumplían las profecías de los sufrimientos de Cristo por nuestros pecados. Isaías 53:2-3Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
¿Qué vas a escoger hoy? ¿Prefieres seguir engañado en tu mente y con las mentiras del mundo, o creer en Jesucristo y en su Palabra para salvación?
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