Fidelidad, unidad, disciplina y adoración

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Fidelidad, unidad, disciplina y adoración

Josué 22:1–4
1 Entonces Josué llamó a los rubenitas, a los gaditas, y a la media tribu de Manasés, 2 y les dijo: Vosotros habéis guardado todo lo que Moisés siervo de Jehová os mandó, y habéis obedecido a mi voz en todo lo que os he mandado. 3 No habéis dejado a vuestros hermanos en este largo tiempo hasta el día de hoy, sino que os habéis cuidado de guardar los mandamientos de Jehová vuestro Dios. 4 Ahora, pues, que Jehová vuestro Dios ha dado reposo a vuestros hermanos, como lo había prometido, volved, regresad a vuestras tiendas, a la tierra de vuestras posesiones, que Moisés siervo de Jehová os dio al otro lado del Jordán.

Introducción

En esta etapa, Israel había conquistado la tierra prometida, repartido las heredades y disfrutaban de paz.
Una parte del pueblo tomó posesión de la tierra al otro lado del Jordán cuando Moisés aun vivía.
Moisés les permitió tomar esta tierra con la condición de que acompañaran a sus hermanos a conquistar la tierra prometida.
La tribu de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés hicieron esta promesa: Números 32.18No volveremos a nuestras casas hasta que los hijos de Israel posean cada uno su heredad.
Las promesas son muy importantes para Dios. Eclesiastés 5:4Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes.” Aun las promesas que hacemos a nuestros hermano pues somos imagen de Dios, y si ofendemos a nuestro hermano ofendemos a Dios. (Los gabaonitas)
Aquí encontramos cualidades que hicieron del pueblo de Israel un pueblo bendecido como en ninguna otra etapa de su historia.
En esta época descubrimos a un pueblo sometido al Señor, fiel a su palabra y preocupado por darle el honor y la gloria.

Fidelidad

Josué 22:2-3Y les dijo: Vosotros habéis guardado todo lo que Moisés siervo de Jehová os mandó, y habéis obedecido a mi voz en todo lo que os he mandado. No habéis dejado a vuestros hermanos en este largo tiempo hasta el día de hoy, sino que os habéis cuidado de guardar los mandamientos de Jehová vuestro Dios.
Josué invita a volver a su tierra a las dos tribus y media (Rubén, Gad y Manasés). Reconoce que han sido fieles tanto a la palabra de Dios como a sus hermanos.
no habéis abandonado a vuestros hermanos en este largo tiempo, hasta el día de hoy”.
3. Esta es la clase de fidelidad que nosotros—el nuevo pueblo de Dios—necesitamos desarrollar: fidelidad a la Palabra de Dios y a nuestros hermanos en la familia de la fe.
Una de las evidencias de una genuina conversión es la fidelidad: Gálatas 5:22-23Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Fieles a Dios, a nuestra iglesia, matrimonio, familia, amigos, trabajo, país.

Unidad

Tan pronto como las dos tribus y media llegaron al otro lado del Jordán edificaron un altar de “aspecto imponente”. Era tan grande que se podía ver desde muy lejos.
Este monumento tenía el noble propósito:
1) dejar a las generaciones futuras un testimonio de pertenencia a Jehová,
2) que el Jordán no constituía una frontera que los separaba.
3. Desafortunadamente este altar o monumento fue edificado sin consultar al Señor, ni a Josué, ni a los ancianos, y trajo un problema no pequeño.
Las demás tribus creyeron que estaban levantando su propio altar, depreciando el altar del tabernáculo, por lo tanto fueron a confrontarlos para hacerlos volver.
Pero ellos explicaron que era como testimonio de que pertenecían a Israel:
Josué 22:28Nosotros, pues, dijimos: Si aconteciere que tal digan a nosotros, o a nuestras generaciones en lo por venir, entonces responderemos: Mirad el símil del altar de Jehová, el cual hicieron nuestros padres, no para holocaustos o sacrificios, sino para que fuese testimonio entre nosotros y vosotros.
El propósito era noble y simbolizaba la unidad del pueblo hebreo, pero el fin no justifica los medios y que no debemos hacer cosas buenas y correctas en maneras incorrectas y sin la previa autorización del Señor.
Otra evidencia de un cristianismo genuino es la unidad:
Juan 17:21para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

Disciplina para obedecer al Señor

Las nueve tribus y media vieron aquel monumento como una desobediencia al Señor. Inmediatamente confrontaron la falta:
Josué 22:16Toda la congregación de Jehová dice así: ¿Qué transgresión es esta con que prevaricáis contra el Dios de Israel para apartaros hoy de seguir a Jehová, edificándoos altar para ser rebeldes contra Jehová?
Su conclusión era válida a la luz de Deuteronomio 12:13-14Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que vieres; sino que en el lugar que Jehová escogiere, en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando.
Prohibía la construcción de cualquier otro lugar de adoración. Su conclusión fue que debían castigar a los transgresores.
Para llevar a cabo la medida disciplinaria hacia los “desobedientes” tomaron varias medidas:
1) Organización: Se organizaron para combatir contra ellos. Vv. 12, 33
2) Confrontación: Enviaron a Fineas, hijo del sacerdote Eleazar, juntamente con diez jefes de tribus para informarse mejor de lo que estaba pasando y también para reprocharles su conducta. Vv. 13–20.
3) Solución: Les ofrecieron tierras y posesiones entre ellos pero con la súplica que no se rebelaran contra el Señor. V. 19.
Este incidente, y la manera como fue tratado, es un buen ejemplo de cómo deben aplicarse las medidas disciplinarias por quienes tienen que hacerlo.
(1) La acción fue inmediata. V. 12
(2) La acción fue firme. V. 12–20
(3) La acción demostraba un genuino interés salud espiritual y hermandad. V. 19
IV. La adoración al Señor como resultado de la fidelidad, la unidad y la disciplina.
1. Todo se aclaró y quedó demostrado que todos estaban obrando de buena fe (v. 32).
2. La gracia amorosa del Señor les condujo a alabar y bendecir el nombre del Señor Josué 22:33Y el asunto pareció bien a los hijos de Israel, y bendijeron a Dios los hijos de Israel; y no hablaron más de subir contra ellos en guerra, para destruir la tierra en que habitaban los hijos de Rubén y los hijos de Gad.

Conclusión

1. Este hermoso capítulo nos muestra algunas cualidades que deben caracterizar al pueblo del Señor: fidelidad, unidad, disciplina y adoración.
2. También aprendemos que de ambos lados querían hacer lo correcto y bueno, pero ambos lo hicieron con una información parcial y de la manera incorrecta.
Aunque creamos que estamos en lo correcto debemos consultar al Señor, a nuestros líderes espirituales y a las personas a quienes afecta la decisión. La comunicación es muy importante.
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