No améis al mundo

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1 Jn. 2:14-17

Os he escrito a vosotros, padres, porque conocéis al que ha sido desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes y la palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al maligno. No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

INTRODUCCIÓN

Aquí tenemos una de las aseveraciones más temibles de Juan “Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él”. Es radical, penetrante e incluso desconcertante, ¿Qué es exactamente lo que Juan quiere decir aquí? Definitivamente para poder entenderlo necesitamos comprender que implica el término mundo. “¿Es el mundo el producto del principal arquitecto y constructor, Dios, declarando la gloria de su hacer, o es el patio de recreo de demonios, la provincia de Satanás y el vestíbulo del infierno? ¿Debe pensar uno con respecto al mundo como un libro grande y maravilloso en el cual todas las criaturas, grandes y pequeñas, aparecen como letras revelando las cosas invisibles de Dios, o es la hoja de hacer garabatos del Diablo cuyo propósito es hacer caricaturas?” Van Til

I. LAS LINEAS DE PENSAMIENTO MÁS COMUNES

Esto es de suma importancia porque existe una estrecha relación entre el concepto que un creyente tiene del mundo y la participación que tiene Cristo en él, con la forma en la que ese creyente se desempeñará en el mundo. Es decir, si un creyente piensa que el mundo es esencialmente malo y que Cristo y el mundo son irreconciliables actuaré y participaré de cierta manera en el mundo. Si por el contrario piensa que Cristo como Agente Creador se deleita en el mundo de los hombres, el creyente actuará y participaré en conformidad a esa presuposición. Si por otra parte el creyente piensa que Cristo y el mundo están en una guerra sin tregua, entonces, peleará en este mundo en conformidad a su linea de pensamiento.
Como comprenderá la vida luce completamente distinta en cada linea de pensamiento.

a. Cristo y el mundo enemistados

En la primera linea en el que se piensa de Cristo y el mundo como una enemistad, la vida luciría como la de un peregrino mártir que odia al mundo y se interesa solo por las cosas de arriba. Su misión es llenar el cielo de almas y para nada está interesado en la cultura en la que le tocó vivir, los logros culturales son todos despreciable y no participará en la cultural de su época ni en sus luchas ni en lo logros. Este mundo es un valle de lagrima que debe ser evitado para ellos.
La base bíblica para ellos es la siguiente:
Jesús les advirtió: “Si el mundo os odia, sabéis que me ha odiado a mí antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no sois del mundo, sino que yo os escogí de entre el mundo, por eso el mundo os odia. Jn 15:18–19.
Y en su oración sacerdotal el Señor dijo: “Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.” Jn. 17:14
Pablo les recuerda que el mundo considera el evangelio como necedad y locura, pero a su vez Dios ha hecho que la sabiduría del mundo sea necedad (1 Co. 1:20–21).
Y Juan les advierte: Hermanos, no os maravilléis si el mundo os odia. 1 Jn 3:13
Ellos son del mundo; por eso hablan de parte del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. 1 Jn 4:5–6.
y las admoniciones de Santiago son:
“La religión pura y sin mácula delante de nuestro Dios y Padre es esta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y guardarse sin mancha del mundo.” Stg 1:27
¡Oh almas adúlterasa! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. Stg 4:4

b. Cristo y su amor universal por el mundo

La segunda linea, en el que se piensa de Cristo y el mundo en un amorío universal, la vida luciría como la de un hombre lincencioso y lujurioso que se entrega indiscriminadamente a los placeres de la vida al estilo: “comamos y bebamos, que mañana moriremos” 1 Co. 15:32. El escenario en el que este creyente se desenvuelve es en el de un supuesto amor, su Dios es amor y debe estar en paz con todas las criaturas. Pero en realidad, su escenario de amor se convierte en una blasfema neutralidad que deshonra a Cristo. El mundo entero es un lugar de deleite y debe ser aceptado.
La base bíblica para tal linea de pensamiento es la siguiente:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna. Jn. 3:16
yo estaba entonces junto a Él, como arquitecto; y era su delicia de día en día, regocijándome[k] en todo tiempo en su presencia, regocijándome[l] en el mundo, en su tierra, y teniendo mis delicias con los hijos de los hombres. Pr. 8:30-31
Juan El Baustista dijo de Jesús: “He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” Jn. 1:29
Y los samaritanos lo reconocieron como “el Salvador del mundo” Jn. 4:42
Y Juan el Apostol dijo:
“Él mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.” 1 Jn 2:2
y Pablo dijo: “a saber, que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo” 2 Co 5:19.

c. Cristo en guerra contra el mundo

La tercera linea de pensamiento, en el que se piensa de Cristo y el mundo como una guerra sin tregua la vida del creyente luciría como la de un guerrero que milita en los escuadrones de Cristo, siempre listo para la pelea, este mundo debe ser conquistado por la fe.
Esta es la base bíblica para tal linea de pensamiento:
Cristo es su ejemplo como el victorioso del mundo “En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Jn 16:33.
Las Palabras de Juan en su primera carta: “Sabemos que somos de Dios, y que todo el mundo yace bajo el poder del maligno.” 1 Jn 5:19.
y,
“Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.” 1 Jn 5:4.
Aún las palabras de Pablo son importantes:
“Pero jamás acontezca que yo me gloríe, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo. Gál. 6:14.
Y la pregunta a los Corintos también:
¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? 1 Co 6:2.
Dicho esto, sería bueno preguntar ¿En cuál de las tres lineas de pensamiento se ubica usted? Debemos decir que cada punto de vista goza de su respaldo bíblico. Así que a primera vista, parece que la Biblia va en direcciones opuestas y contradictorias con respecto al mundo. Pero pensar así, es blasfemar contra su carácter santo e insinuar que la Biblia presenta verdades contradictorias. En cuanto al tema del mundo, no se requiere tanto escoger lo uno o lo otro sino amalgamar lo uno y lo otro. Debemos ir tan lejos como la verdad no los permita, dejar que todo el consejo de Dios hable de manera armoniosa y actuar en concordancia.

II. EL USO DEL TERMINO MUNDO

Lo primero que debemos saber es que los escritores de la Biblia utilizaron el término mundo en varios sentidos y por lo tanto debemos de considerar el contexto para definir su uso apropiado.

a. El mundo como el universo creado

Dios creó este mundo (Gn. 1:1). Con poder hizo la tierra, con sabiduría estableció el mundo, y con inteligencia estableció los cielos. Jer. 10:12). EL salmista dijo: “Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y los que en él habitan (Sal 24:1), El Propio Dios dijo: Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y todo lo que en él hay. Sal. 50:12. Los cielos cuentan de su gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Sal 19:1. Esta creación muestra con tal claridad el poder y los atributos invisibles de Dios que los hombres que lo rechazan no tienen excusa ante Él. Rom 1:20.
Jesucristo Su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas, es también el medio a través de cual se hizo el universo (Heb. 1:2), Juan dice que el mundo fue hecho por él. El escritor de Hebreos dice que todas las cosas se sostienen por la palabra de su poder (Heb. 1:3). Pablo Reconoce a Cristo como el reconciliador del mundo, y nos recuerda que la creación entera esta gimiendo esperando la redención final de los hijos de Dios.
Van Til en este sentido habla del mundo como “...un cosmos, una pieza sinfónica de arte, un resplandor armonioso del divino creador, exactamente lo opuesto del caos y la discordancia... Este mundo, que Dios ama y Cristo salva, no es malo, sino que sufre, los efectos del pecado, debido a su cercana conexión con el hombre, a quien Dios constituyó rey de la creación en el principio. Pero Cristo, quien es un Redentor cósmico, ha venido para librarlo de la esclavitud y corrupción del pecado junto con los hijos de Dios, lo cual es llamado la restauración de todas las cosas (Hch. 3:21).”
Mirar a este mundo como un guerrero que espera su aniquilación es pecado, también lo es la actitud ascetica que desprecia los buenos dones del Padres desplegados en su creación. A este mundo no se le odia, le debemos amar, cuidar y trabajar de manera activa en él hasta que el Señor lo libere finalmente de su gemido. Es cierto, que no debe ser deificada pero tampoco debe ser menospreciada. Hay una apropiada medida de amor.

b. El mundo como la tierra habitada.

En este sentido Lucas nos dice que César Augusto hizo un edicto para que se hiciera un censo en todo el mundo habitado (Lc. 2:1). Y Mateo nos dice que el evangelio será predicado en todo el mundo para testimonio de las naciones (Mt. 24:14). Por su parte Marcos nos indica “id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Mr. 16:15). Juan registra a unos fariseos envidiosos que dijeron: “Mirad, todo el mundo se ha ido tras Él”. Este mundo es el capo del ministerio cristiano (Mt. 13:38) y Así como el Padre envío al Hijo así el Hijo envía a los suyos ( Jn. 17:6;18). A este mundo habitado se refirieron la multitud de Tesalónica que gritaba: “Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá” (Hch. 17:6). En este sentido el término se refiere al mundo habitado por los hombres sin ninguna referencia cualitativa o moral.

c. El mundo en un sentido ético y espiritual

Podemos llamar a este mundo el mundo malvado. Que está en constante enemistad contra Cristo y su iglesia, este mundo odia a Cristo. Este mundo no conoce a Dios (1 Cor. 1:21), ni conoce al Hijo (Jn 1:10). Este mundo es el que yace bajo el poder del maligno (1 Jn. 5:19). Satanás es el principe de este mundo quien ha sido ya juzgado (Jn. 12:31;16:11), Pablo lo llamó el “siglo malo” del cual el creyente ha sido librado (Gál. 1:4) ; Juan dijo que no debíamos maravillarnos si este mundo nos odia (1 Jn. 3:13); Este mundo tiene un espíritu que es contrario al Espíritu de Dios el cual ha recibido el creyente (1 Cor. 2:12). Todos los que pertenecen a este mundo están muertos en delitos y pecados, y siguen las corrientes propias de este mundo (Ef. 2:1, 2). Este mundo está formando por todos aquellos que detienen con injusticia la verdad (Rom. 1:18), Su corazón está entenebrecido, se volvieron necios, y Dios los entregó a pasiones degradantes (Rom 1:24-26). Van Til llama a este mundo: “como la masa de la humanidad alienada de Dios por medio del pecado y que vive tras los deseos de la carne...Este es el mundo en toda su rebelión impía y malvada, desnuda y horripilante, contra el Dios del cielo.”
Este mundo malo, no esta un mundo de cosas sino de hombres, de hombres malos, que tiene ideas malvadas y a partir de esas ideas construyen sociedades y culturas con principios completamente contrarios a Cristo el Señor del cosmos. Con este este mundo el creyente batalla a diario destruyendo especulaciones, y todo razonamiento altivo que se levante contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamientos cautivo en obediencia a Dios (2 Co. 10:5). La orden del apostol Pablo para con este mundo es “No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas? ¿O qué armonía tiene Cristo con Belial? ¿O qué tiene en común un creyente con un incrédulo? ¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo. 2 Co 6:14–16, y la de Juan: “
No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él (1 Jn 2:15.
Y la de santiago,
Oh almas adúlterasa! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad hacia Dios? Por tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. Stg 4:4
y aun la advertencia de Pedro,
Porque si después de haber escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, de nuevo son enredados en ellas y vencidos, su condición postrera viene a ser peor que la primera. 2 Pedro 2:20

APLICACIONES PARA LA VIDA

¿Cuál debe ser la actitud del creyente ante el mundo? ¿Es la del peregrino triste y enemistado con el mundo que solo piensa en su patria celestial a la vez que aborrece este mundo? ¿O la del licencioso que piensa que este mundo en todas sus formas son un regalo de Dios y por lo tanto debe disfrutarlo? ¿O las del guerrero que con determinación se lanza por vida en una batalla santa?
En primer lugar debemos decir que la Biblia nos manda a apartarnos del mundo impío y evitar ser contaminados con él. Debemos huir “de la concuspicencia de la carne, la pasión de los ojos, y la arrogancia de la vida”. Debemos estar en guardia todos los días contra la debilidad de la carne y las artimañas del príncipe de este mundo. Si abrazamos amistosamente su filosofía nos constituimos enemigos de Dios. No somos de este mundo, somos peregrinos y amar a este mundo es adulterar contra Dios. Por lo tanto una mente mundana (orientada al mundo) es pecado, es negación del señorío de Cristo.
En segundo lugar, Cristo habló de sus enemigo de una manera antitética: los llamó “hipócritas”, “generación de víboras”, “hijos de satanás”. Y llegó a declarar la antítesis total cuando dijo: “el que no está conmigo, está contra mi” (Mt. 12:30) y cuando dijo a Pilato “mi reino no es de este mundo”. Pensar en el amor como la virtud que debe reinar sola todas las relaciones de manera indiscriminada es una idea totalmente injustificada, Dios también es santo, y justo, celoso y vengador. Como dice Van Til “Por tanto, el Cristiano tiene un llamado cultural en contra del mundo de testificar contra su carácter impío. Está siempre el peligro de que pierda la perspectiva apropiada debido a la mentalidad de peregrino y al complejo de mártir que algunas veces obsesiona a los discípulos de Cristo, debido al odio del mundo. Pero la vida del Cristiano no es simplemente que resista algo que debe ser soportado, una carga que llevar, sino que es un llamamiento santo”.
Al mismo tiempo estamos irremediablemente enlazados (en un sentido) a los hijos del mundo. La cultura es el campo donde libramos las batallas con ellos, pero eso no significa que toda forma de cultura deba ser desechada, los logros en la tecnología, en la ciencia, en la economía y en al industria, y aún las leyes del gobierno civil nos son comunes. La tierra como el escenario donde cumplimos nuestro mandato cultural es común, los recursos que usamos son comunes, lo que nos diferencia es el espíritu con el que hacemos las cosas. Ellos todo lo hacen para la gloria propia, el cristiano lo hacemos para la gloria de Cristo. Dos hombres pueden ir a comprar el mismo auto en el mismo lugar, y uno pueda está cometiendo un acto pecaminoso horrendo mientras que el otros puede estar llevando a cabo un acto de adoración.
En tercer lugar, en la medida en que más nos vayamos conformando a Cristo esta tensión va ir aumentado. El odio del mundo será mayor. Jesús advirtió este odio hacia el cristiano en diferentes esferas (gobierno civil, familia). El dijo a sus discipulos: “Pero estad alerta; porque os entregarán a los tribunales y seréis azotados en las sinagogas, y compareceréis delante de gobernadores y reyes por mi causa, para testimonio a ellos.  Pero primero el evangelio debe ser predicado a todas las naciones.  Y cuando os lleven y os entreguen, no os preocupéis de antemano por lo que vais a decir, sino que lo que os sea dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.  Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte”. Mc. 13:9-12. Pero debemos estar animados porque el Señor ha prometido una especial presencia para estas ocasiones (v.11), Cristo es el vencedor del mundo (Jn 16:3), porque El que está en nosotros es mayor que el que está en el mundo (1 Jn. 4:4).
Cuarto lugar, debemos enfatizar que el señor luego de orar por sus discipulos los envió al mundo, para que se testificará de su muerte. Pablo ve a los creyentes como luminares en el mundo que resplandece en medio de una generación torcida y perversa (Fil. 2:15) Debemos ser como Noé pregonero de Justicia que por su fe condeno al mundo de su tiempo (2 Pe. 2:5, Heb. 11:7).
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